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Películas
Leap Year” (2010)
Una de las representaciones más directas de un año bisiesto en el cine es la comedia romántica “Leap Year”. Esta película gira en torno a una joven mujer que viaja a Irlanda para proponer matrimonio a su novio el 29 de febrero, siguiendo una antigua tradición irlandesa que dice que en un año bisiesto, las mujeres pueden proponer matrimonio a los hombres.
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“The Pirates of Penzance” (1983)
Basada en la opereta de Gilbert y Sullivan, la película “The Pirates of Penzance”, incluye un giro de trama único relacionado con el año bisiesto. El protagonista, Frederic, se ve atrapado en un contrato de aprendizaje con piratas hasta su vigésimo primer cumpleaños.
Sin embargo, al haber nacido el 29 de febrero, su liberación se complica, ya que técnicamente solo cumple años cada cuatro años.
Literatura: El año bisiesto como telón de fondo narrativo
“Piratas en el Callao” (1960)
La novela infantil “Piratas en el Callao”, del escritor peruano Hernán Garrido Lecca, introduce el año bisiesto como parte crucial de la aventura. Los personajes pueden viajar en el tiempo a través de un portal que solo se abre el 29 de febrero, generando así un entorno mágico y único en la historia.
Poesía y relatos cortos
El año bisiesto también ha servido de inspiración para poetas y cuentistas que exploran temas de renovación, oportunidades perdidas o el flujo atemporal del tiempo. Una antología imaginaria de tales obras podría incluir piezas que destaquen la peculiaridad de un día “extra” en nuestras vidas.
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Arte: capturando la esencia de un día agregado
Instalaciones y exhibiciones temporales
En el mundo del arte, el año bisiesto puede inspirar exhibiciones temporales que destacan la naturaleza efímera de la existencia humana y la manera en que medimos el tiempo. Por ejemplo, una instalación puede ser abierta sólo cada cuatro años, instigando una reflexión sobre el tiempo y la anticipación.
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Arte visual
Artistas visuales pueden utilizar la idea del año bisiesto para explorar conceptos de ciclos y recurrencias en sus obras. Por ejemplo, un cuadro o serie fotográfica podría representar la misma escena o temática con ligeras variaciones, simbolizando el trascurso de cuatro años y el regreso de la fecha singular.