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Se desarrolló el acto conmemorativo de estos 30 años de la inclusión de las Misiones en la lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a partir de las 18:00, en la Misión Santísima Trinidad del Paraná, en el distrito de Trinidad, departamento de Itapúa. Fueron partícipes del acto autoridades locales y nacionales.
Las Misiones Santísima Trinidad y Jesús de Tavarangûe fueron inscriptas en la Lista del Patrimonio Mundial en 1993. Una arquitectura y estilos únicos que combinan atributos de un tipo de construcción que ilustra un periodo significativo de la historia de la humanidad, y se constituyen en la estructura urbana más completa de los 30 pueblos de la compañía de Jesús, de la cual formaron parte entre los siglos XVII y XVIII.
Desde el año 2009 se pueden realizar visitas nocturnas de características excepcionales en la Misión de la Santísima Trinidad del Paraná, con un sistema de luces, sonidos e imágenes, que permite al visitante sentir las vivencias de guaraníes y jesuitas.
El Museo lítico de Trinidad se halla alojado en la antigua sacristía de la Iglesia, con un acervo compuesto por restos arquitectónicos y ornamentales realizados en piedra que pertenecían a la antigua iglesia.
En tanto, en la Misión Jesuítica de Jesús de Tavarangûe, con el apoyo de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y la cooperación de la Unesco, desde el 2018 fue implementado el video Mapping 3D. Consiste en una proyección audiovisual que relata la experiencia jesuítica guaraní, utilizando momentos construidos por las imágenes y la música que consta de escenas que narran la “Aventura Jesuita Universal”.
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Festejos
Las celebraciones en torno al 30º aniversario de la declaratoria de patrimonio mundial proseguirán el sábado 25, con la actuación del Coro Mbya, y el recorrido de luces y sonidos, en Trinidad. En San Cosme y San Damián está prevista la actuación del coro Pindó, el mismo día sábado 25.
El domingo 26, en Jesús de Tavarangûe se prevé la actuación del teatro Táva, seguido del Mapping 3D. Para estos días las entradas serán gratuitas.
Las Misiones Jesuíticas en Itapúa
En el departamento de Itapúa, al sur del país se encuentran los remanentes de la Misión Jesuítica Guaraní de San Cosme y San Damián, famosa por el ser el Centro Astronómico de las Misiones; la Misión Jesuítica Guaraní Jesús de Tavarangûe, cuya iglesia aspiraba a ser una de las más grandes de la época, pero quedó inconclusa debido a la expulsión de los jesuitas; y la Misión Jesuítica Guaraní de la Santísima Trinidad del Paraná, considerada como la más grande y mejor conservada de todas.
Estos puntos turísticos reciben a muchos turistas que se acercan para contagiarse del misticismo, historia y energía de estos lugares cargados de memoria. Estos patrimonios culturales están estrechamente relacionados con la religiosidad y son ideales para quienes gustan de realizar turismo religioso, porque encontrarán regocijo en sus visitas.
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La Misión Jesuítica Guaraní de Santísima Trinidad del Paraná, que es considerada la mayor de todas las misiones, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1993. Se encuentra ubicada a unos 35 km. de la ciudad de Encarnación, en el distrito de mismo nombre.
La Misión Jesuítica Guaraní de Jesús de Tavarangûe se encuentra ubicada a unos 50 km. de la capital departamental, en el distrito de Jesús. En el lugar se realiza el tradicional video mapping 3D dentro del lugar turístico, a partir de las 18:00.
La Misión Jesuítica Guaraní de San Cosme está ubicada a 82 km. de la ciudad de Encarnación en el distrito de San Cosme y San Damián. La ciudad es conocida por ser uno de los destinos turísticos más elegidos del departamento de Itapúa. La Misión Jesuítica Guaraní de San Cosme atiende desde las 7:00 hasta las 21:00 toda la semana.
¿Qué fueron las misiones jesuíticas?
Las reducciones jesuíticas guaraníes fueron un conjunto de treinta pueblos fundados en América del Sur, a partir del siglo XVII, por los misioneros de la Compañía de Jesús, entre los guaraníes y otros pueblos nativos, con el objetivo de expandir la evangelización.
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Cada reducción estaba a cargo de dos o tres jesuitas, al frente de 3.000 a 4.000 originarios. Los pueblos se desarrollaban en torno a una gran plaza central, alrededor de la cual se construían los principales edificios, el templo, la escuela, la huerta, el cementerio, los talleres y las viviendas de los nativos.
Aunque los jesuitas también dejaron huellas en otros países de la región, Paraguay atesora los restos de dos de las reducciones más emblemáticas: la de San Ignacio Guasu, la primera en ser fundada en el año 1609, y la de Santísima Trinidad del Paraná, la mayor y mejor conservada de todas.