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El 4 de junio de 1989, tropas del Ejército de Liberación del Pueblo entraron con tanques a la plaza de Tiananmén, en Pekín, y dispararon con rifles de asalto contra la multitud que se manifestaba en ese lugar desde el 15 de abril en reclamo de reformas democráticas. Entre cientos y miles de ciudadanos, sobre todo jóvenes estudiantes universitarios, fueron asesinados.
El movimiento de protesta surgió de forma espontánea el 15 de abril de 1989, al conocerse la noticia de la muerte del veterano Hu Yaobang, que fue secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) y luchó por la modernización del régimen político, la abolición del culto personalista y una campaña anticorrupción dentro del gobierno, generando el rechazo de los jerarcas del partido. Hu Yaobang fue obligado a renunciar a su cargo y, marginado y deshonrado, tuvo que retirarse de la vida pública. Ante su muerte, miles de personas, especialmente estudiantes universitarios y trabajadores, se reunieron en la plaza para recordarlo, y lo que comenzó como un homenaje se convirtió rápidamente en un reclamo de libertad y democracia.
La noche del 3 de junio, la televisión y la radio estatales advirtieron a la población que debía quedarse en sus casas ante el paso de las tropas del Ejército de Liberación del Pueblo. El mensaje causó indignación y cientos de miles de personas salieron a las calles y bloquearon con autobuses y barricadas los principales accesos al centro de la ciudad de Pekín. En las horas siguientes, los militares abrieron fuego a su paso contra civiles desarmados. Pero eso se quedaría corto frente a la carnicería que se desataría horas más tarde, un día como hoy.
El recuerdo de la masacre sigue siendo incómodo para las autoridades chinas, y está sujeto a censura y represión. En diciembre pasado, la Universidad de Lingnan eliminó una inscripción en relieve sobre la masacre de Tiananmén. Ya en 2021, la Universidad de Hong Kong había retirado el Pillar of Shame del escultor Jens Galschiot, y el Museo 4 de Junio, dedicado también a la masacre, había tenido que cerrar por orden del gobierno de Xi Jinping.
Antes de la masacre de 1989, movimientos de trabajadores socialistas contra la dictadura habían aterrado mucho antes a Mao y a Deng Xiaoping, que los reprimieron brutalmente.
Ayer, la policía advirtió que los habitantes de Hong Kong que se atrevan a conmemorar hoy, sábado, la masacre de Tiananmén podrían ir presos. A pesar de todo, muchos siguen recordando los sangrientos sucesos, como lo demostraron a comienzos de este año las protestas contra la elección de Pekín como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022.
La trágica masacre de la Plaza de Tiananmén ha merecido un dossier de nuestro Suplemento Cultural dedicado íntegramente a su historia, sus antecedentes y contexto socioeconómico y político y sus repercusiones en la actualidad, así como al papel de la propaganda ideológica del régimen en la adulteración de los hechos: “Especial: La Masacre de Tiananmén”.
En febrero, 500 tibetanos marcharon desde el Comité Olímpico Internacional hasta el Museo Olímpico en Lausana, llamando a boicotear los “Juegos del Genocidio” con pancartas que recreaban una de las fotografías más famosas del siglo XX: el Hombre del Tanque.
Conquistada la provincia de Xinjiang por la dinastía Qing en el siglo XVIII y heredada por la república China, desde la llegada de Mao al poder en 1949 los uigures, entre otras etnias tibetanas y mongolas, se convirtieron para el PCCh en minorías a integrar cultural e ideológicamente. De este proyecto estatal de unificación etnolingüística habla, entre otras cosas, el artículo “Y la risa, horrible mueca”.
De la muerte de Hu Yaobang como antecedente inmediato de la masacre y los procesos políticos que llevaron al sangriento desenlace del 4 de junio de 1989, entre otras cosas, habla el artículo “La Masacre de la Plaza de Tiananmén”.
El número de fallecidos que dejó como sangriento saldo la brutal represión del 4 de junio de 1989 jamás fue esclarecido. No obstante, se calcula que oscila entre cientos y miles, cifras variables según las diversas fuentes.