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El mundo del séptimo arte llora a Mario Camus, uno de los representantes más ilustres del llamado Nuevo Cine español, que ha fallecido hoy en su ciudad natal de Santander a los 86 años de edad.
A Mario Camus le debemos títulos tan fundamentales como La colmena (1982), basada en la novela homónima de Camilo José Cela, largometraje con el que ganó el Oso de Oro a la mejor película en Berlín, o Los santos inocentes (1984), basada en la novela homónima de Miguel Delibes, con la que dos años después triunfó en Cannes y que les valió a Paco Rabal y Alfredo Landa el premio de interpretación del festival.
Aunque en su filmografía no faltan guiones originales, este gran cineasta destacó sobre todo por sus adaptaciones literarias. Enorme lector, Mario Camus lograba traducir a imágenes en movimiento la esencia de los libros que llevaba a la pantalla, y gracias a ese extraordinario talento varias generaciones descubrieron la obra de autores como Ignacio Aldecoa, Carmen Laforet, Jesús Fernández Santos, Benito Pérez Galdós, García Lorca, Carmen Martín Gaite o Calderón de la Barca, y se acercaron a la literatura. Camus nunca dejó de leer, y enseñó a leer además a muchos otros.
En el terreno de la televisión, Mario Camus nos ha dejado series tan notables como La forja de un rebelde (basada en la trilogía autobiográfica de Arturo Barea), Curro Jiménez (basada en la vida real del bandolero español del siglo XIX Andrés López) o Fortunata y Jacinta (basada en la novela de Pérez Galdós), entre otras.
Hace ahora una década, en el año 2011, la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de España reconoció su labor de toda una vida otorgándole el Goya de Honor. Aunque él ya tenía otro, recibido en 1994, por Sombras en una batalla (1993) –la historia que nos contó lo que había que contarnos sobre el terrorismo de ETA–: el Goya al mejor guion.
Y es que como guionista, ya lo dijimos más arriba, Camus era excepcional: escribió Los golfos (1962) y Llanto por un bandido (1964) para las películas dirigidas por Carlos Saura, Chicas de club (1972) para la de Jorge Grau, Truhanes (1983), Marbella (1985) y Gallego (1987) para las de Miguel Hermoso, Luces de Bohemia (1985), a partir de la obra de teatro de Valle-Inclán, para Miguel Ángel Díez, Werther (1986), Beltenebros (1991) y El pájaro de la felicidad (1993) para Pilar Miró, y Más allá del jardín (1996), a partir de la novela de Antonio Gala, para Pedro Olea.
El joven Mario Camus, nacido en Santander el 20 de abril de 1935, abandonó en cuarto curso la carrera de Derecho para estudiar dirección en la Escuela Oficial de Cinematografía. Y ese fue un giro de guión que los amantes del cine agradeceremos eternamente.