Polémica por supuestos documentos históricos

Una serie de documentos obtenidos por el Dr. Jorge Jarolín, atribuidos al Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, Carlos Antonio López y el Mcal. Francisco Solano López, desató una polémica en torno a su autenticidad.

Jorge Rubiani, historiador.
Jorge Rubiani, historiador.Archivo, ABC Color

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El pasado 16 de febrero, el historiador Jorge Rubiani, el doctor Jorge Jarolín y la senadora Blanca Ovelar se reunieron con el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, para iniciar un proceso de autenticación y conservación de esta serie de documentos.

Esto encendió la alarma de la Academia Paraguaya de la Historia que, el pasado 25 de febrero, emitió un pronunciamiento, en forma preliminar, con respecto a la autenticidad de dicha documentación, señalando que estos serían apócrifos. Sostiene que la escritura de estos documentos, que fueron difundidos por las redes sociales, no cuenta con las características grafológicas de los que integran el acervo del Archivo Nacional de Asunción en cualquiera de sus colecciones.

“En los dubitados se aprecia grafía forzada y errática, que no se compadece con la grafología de la época, con exageración en bucles, ganchos y adornos, notables diferencias en firmas de personajes conocidos y frecuentes faltas de acentuación en relación con las reglas”, expresa el comunicado.

También detalla las diferencias que, a simple vista, se observan con relación al papel utilizado y que por el color y la textura “evidencian un proceso de envejecimiento, con técnicas habitualmente usadas para falsificar documentos antiguos”. Agrega que “se observan irregularidades en los sellos en cuanto a tipografía, tamaños y formas”.

El pronunciamiento también remarca las diferencias, a partir de los sellos, de la institución en las que estuvieron catalogados y resguardados; y señala la falsedad de una medalla y diploma de condecoración al “General Caballero” y la “Sargenta Ignacia Ortiz”.

El pronunciamiento aclara posteriormente que “las consideraciones señaladas arriba se limitan a dichos documentos divulgados y no se extienden a otros materiales que no hayan sido dados a conocer”. También subraya que, a criterio de la Academia, “antes de procurar una legitimación política, lo más prudente es recurrir al ámbito académico, aclarando que el costo para descartar la falsedad de cualquier colección debe correr por cuenta de quien o quienes pretendan legitimarlos”.

El documento agrega que “los recursos del Estado no pueden financiar estos procedimientos, habiendo tantos en el Archivo Nacional de Asunción y la Biblioteca Nacional que esperan desde hace años –postergados– su aporte para su restauración, catalogación y digitalización”.

Peritaje necesario

Tras la reunión en el Palacio de López, el Arq. Jorge Rubiani sostuvo que estos documentos podrían revelar importantes datos en torno a personajes de nuestra historia, la financiación de las compras realizadas por Paraguay en Europa y la participación femenina en la Guerra contra la Triple Alianza.

En su página de Facebook, Rubiani brindó detalles sobre la investigación iniciada por el Dr. Jarolín hace más de 30 años, a través de distintas fuentes, y que durante la reunión con el presidente Abdo Benítez se señaló la necesidad de someter los documentos a un peritaje “para otorgar plenas garantías de autenticidad a todos sus componentes”.

En este sentido, cuestiona que sin un peritaje se afirme que estos documentos son apócrifos. “Estas piezas son iguales a otras muchas que están en manos privadas o de coleccionistas, residentes en el Paraguay y en el extranjero, sobre los que nadie exige –ni ha exigido nunca– ‘certificado de autenticidad’”, subraya Rubiani.

El historiador también especula sobre los motivos por los cuales estos supuestos documentos, que habrían estado en archivos de Brasil, llegaron hasta el Paraguay. Entre estos motivos señala la negativa del país vecino de admitir la existencia de documentos históricos robados al Paraguay; el acervo de objetos, piezas de arte, banderas, imágenes y armas que albergan los museos brasileños, llevados durante la ocupación militar y la intervención política en Paraguay, que no fueron devueltos; y un “misterioso ‘goteo’ de documentos hacia al Paraguay, con la intención de que los paraguayos discutamos nuevamente sobre nuestra historia y personajes históricos”.

Rubiani detalla igualmente que tras la reunión con Abdo Benítez se acordó realizar otra reunión, con una mayor cantidad de asistentes; la presentación de un bosquejo de inventario de documentos, objetos y joyas; el peritaje de todos los componentes de la colección, y tramitar otra reunión parecida con los miembros del Congreso Nacional. Añade que si los documentos, o la mayoría de ellos resultaran auténticos, “una Comisión Especial estudiará los impactos o efectos en la historia nacional hasta hoy conocida”. “Nosotros no escribimos sobre la guerra, lo escribieron los extranjeros. Entonces ahora se presenta una posible alternativa para acceder de primera mano a documentos que eran nuestros y que nos robaron, y resulta que la gente pone el grito al cielo. Eso para mí no es controversia, es una actitud completamente irracional porque para cualquier intelectual debería ser bienvenido el intento de aproximarnos un poco a la verdad o documentos que nos acerquen a la verdad”, expresó Rubiani, en conversación con ABC Tv.

“Son un montaje”

Tras el pronunciamiento de la Academia Paraguaya de la Historia, los historiadores Enrique Cosp y Fabián Chamorro compartieron el jueves último una videoconferencia. Chamorro comentó que en 2018, junto a un grupo de gestores culturales e historiadores, tuvo acceso a la colección de documentos de Jarolín. “Se nota que son un montaje”, sostuvo Chamorro, explicando la intención del dueño del acervo de vincular su nombre al del Mariscal López, a través de su abuela que fue una de las Residentas y que habría sido hija extramatrimonial de Carlos Antonio López. “En torno a esta figura se van tejiendo muchas historias como la historia de las mujeres guerreras. Es cierto que las mujeres pelearon en la Guerra de la Triple Alianza pero no como unidades formadas para el efecto”, explicó. También detalló que en uno de los documentos aparece una supuesta firma de Juana Pabla Carrillo quien, según los documentos del Archivo Nacional de Asunción, era analfabeta y solamente marcaba una “X” donde le correspondía firmar.

Cosp también remarca las diferencias que aparecen entre los documentos divulgados y los que suelen consultar en los archivos. “Los que miramos documentos de la época, sin hacer un análisis demasiado exhaustivo, pillamos que esto no corresponde, esto no es de la época”, detalla.

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