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El cantautor Adrián Berra lleva un sustancioso camino recorrido a pulso de guitarra y voz, acompañado de las canciones que lo venían trasladando de un punto a otro del mundo. Con la pandemia y la cuarentena el músico argentino vivió, como muchos, por primera vez en su vida un largo periodo de tiempo sin poder subir a un escenario. Tras regresar entre nervios y emoción, su “primer viaje” de esta era será a Paraguay, ya que se presentará hoy en el bar Sacramento Brewing, de Asunción, desde las 21:30.
Hace unos días tocó por “primera vez” en esta nueva parte de la vida en la que muchos artistas están regresando a los escenarios. Ese reencuentro con la tarima, las luces, la gente, lo tuvo “nervioso”, como si fueran los nervios de realmente hacer algo por primera vez. “Imprimí mis propias letras, pensé que ya no me iba a acordar nada, pero subí a cantar y empecé con el primer acorde cuando me invadió una emoción tremenda. Terminé tirando todas las letras y sentí que no había pasado el tiempo. Es como cuando te encontrás con un amigo que no ves hace años, pero sentís que está todo igual o incluso mejor, mucho más madura y añeja la cosa”, explicó el músico el miércoles pasado en comunicación telefónica con ABC Color desde el lugar donde vive, en la Sierras Chicas, de Córdoba, a días de tomar el avión que lo traerá de vuelta a Paraguay.
“Fue una experiencia límite”, pensó sobre el encierro al que nos vimos obligados de forma colectiva para evitar la propagación del coronavirus. Pero para él, al final es una experiencia que también configura nuestras vidas. “Yo justo también el año pasado fui papá, y eso sumado a la cuarentena como que me permitió tomarme algunos recreos que no sé si hubiera podido lograr voluntariamente”, afirmó.
A pesar de los días de encierro, Berra dijo que al principio pudo ser más optimista. Tuvo una reconexión con la música, ya que tiene su estudio en casa. “Todos los días me levantaba e iba al estudio, escuchaba música, trabajaba en los talleres que daba de composición, la música me mantuvo a flote, realmente me salvó el año. Después me fui conectando con la música más allá de salir para afuera, de compartir con otros, fue como un año de mucha música puertas adentro y en algún momento me creí también esa sensación de que yo ya no necesitaba quizás tocar en vivo porque estaba muy bien así. Empecé a pensar en eso, en la importancia de la música más allá de los conciertos. Pero después cuando salí a tocar de nuevo por primera vez me quebré y volví a entender por qué hacía lo que hacía, y la nafta y el combustible que es salir a encontrarse, y la importancia de la celebración y el encuentro. Me sacudió, me sacó el polvo, fue como un reencuentro conmigo”, analizó. Todo lo sucedido fue como un “terremoto” que le demostró que si podía sobrepasar o al menos vivenciar los acontecimientos sin decaer, reafirmaba el amor por la música. “Es sentir que todo se tambalea y sin embargo uno sigue eligiendo lo mismo de la misma manera, intentando conectar con lo mismo y sosteniendo a la música como un acto de resistencia y expansión a la vez”.
Vuelta de timón
Berra, quien fue colando sus sentimientos entre canciones que dieron vida a discos como “A favor de mi corriente”, “Mi casa no tiene paredes”, “El funeral” y “Mundo debajo del mundo”, vivenció como todos la incertidumbre, pero pasó además por un periodo en el que supo abrazar su mundo interior. Si bien el contexto hizo que “bajemos un poco el pie del acelerador”, según observó, también “fue un momento de replanteo de muchas cosas”.
Al respecto de replantearse cosas, Adrián lanzó el año pasado dos nuevos sencillos: “Sendero ceniza” y “Tarde de calor”, que vuelven a sus raíces cantorales. Para él, volver a transitar ese camino evoca a ese “primer espacio” musical en el que se mostró al mundo, el de cantar solo con la guitarra. Pero si bien se encontraba haciendo un disco, su búsqueda lo obligó a dejarlo por el camino y a comenzar a pensar en otro con una aspiración completamente diferente. “Fue como un año también de habitar el proceso puertas adentro”, señaló.
Este nuevo disco en el que viene trabajando, luego de que su timón haya virado, será uno no solo de guitarra y voz, sino que propondrá que cada canción sea trabajada por un productor diferente que aporte su propia visión. Esa necesidad, según pensó, nace “quizás también de ese deseo de encuentro, de apertura, de tirar ideas colectivas”. “Me parece que es un disco de reaperturas, de reiniciación, es como volver a salir para afuera”, definió el artista, quien también detalló que la premisa es hacer un disco “celebratorio”.
Al servicio de las canciones
Para Adrián lo esencial radica en “escuchar” a la canción y hacer lo que ella pida, ver hacia dónde viajan y seguir ese rumbo. “Hay un montón de gente con la que me gustaría cruzarme en el camino y tocar, pero la verdad que siempre veo qué es lo que me pide la canción y compongo según lo que va a apareciendo”, dijo.
Acerca del vuelo que cobran las letras y las melodías más allá de cristalizarse en los discos o en los conciertos, el cantautor celebró que sus canciones lleguen a otros lugares. Por ejemplo, sus creaciones llegaron a escuelas, espacios de debate, organizaciones y colectivos, para ponerle música a proyectos como “La Educación Prohibida” (documental sobre educación libre), “Trazando Resistencia” (lucha del pueblo de Cajamarca, Perú, contra el proyecto minero Conga), “Asira” (Asociación Síndrome Rett Argentina), “Tierra de Sueños” (Bogotá) y “Logopedia” (Madrid).
“Eso está buenísimo y es lindo cuando uno se entera, pero creo que naturalmente las canciones viajan de por sí y hacen su recorrido. Muchas veces se manifiestan y aparecen en esos lugares un poco más presentes, pero sí sé que en esta pandemia he confirmado el valor que tiene la música en la vida de la gente, tanto de los que hacemos música o los que consumen música. Es re lindo saber que cumple ese objetivo, que se mete en todos esos lugares, es como el agua”, reflexionó.
Con esas energías renovadas, Adrián tocará esta noche incluso con invitados como el paraguayo José Samaniego y su par argentino Joaquín Del Mundo. “Será un show renovado de alguna manera desde la búsqueda de las canciones, y voy a presentar canciones nuevas. Cuando salgo solo con la guitarra aprovecho para hacer un repaso de lo que vengo haciendo y generar un espacio de juego y de compartida con la gente”, cerró.