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Daniel H. Rey es un curador criado en Asunción, hijo de padres colombianos, y quien desde hace algunos años vive en Dubái, ciudad de los Emiratos Árabes Unidos.
El joven paraguayo fue seleccionado para formar parte de la muestra, junto con otros ocho artistas de diferentes nacionalidades.
Así, “Youth Takeover” es presentada en el Jameel Arts Centre, de Dubái, y estará abierta al público hasta el 16 de noviembre.
El tema “Reasignar valores” surge debido a las “circunstancias que la juventud y el mundo atraviesan en el 2020”, por ende “los organizadores están explorando formas de reinterpretar valores en sus disciplinas mientras reimaginan las complejas realidades de sus entornos”, según manifiesta el comunicado de la muestra.
En este contexto, como curador, Daniel eligió el tema “Sistemas de valores: creencias, ciencia y riqueza” y bajo esa consigna trabajaron los artistas Zuhoor Al Sayegh, Talal Al Najjar y Sree.
En comunicación desde Dubái, Daniel contó que eligió “estas venas de exploración del tema curatorial porque sentí que los valores los recibí de mi casa y de mi iglesia casi empacada, obviamente con muchos beneficios y muchos aprendizajes, pero sentí que no había tenido espacio en mi crianza para poder cuestionar y reclasificar la forma en que yo veo los valores, que guían mi vida, mi cultura y la fe en la que crecí”.
En ese sentido, el también artista y egresado de NYU Abu Dhabi mencionó que se animó a decir: “Miremos las creencias en todo, desde la fe hasta la nacionalidad, la religión, el género, la sexualidad; luego miremos la ciencia desde el ángulo de los algoritmos, de internet, pero también desde la biología, desde la física; y la riqueza, porque sentí también que cuando hablamos de valores hablamos de la bolsa de valores, de las finanzas, del dinero. O sea, el valor como palabras tiene tantas manifestaciones y tantos usos, y yo soy muy aficionado a la lingüística, entonces quería ver cuáles son las múltiples ramificaciones de este término”, indicó.
Asimismo, detalló que complementó toda esa clasificación con “lecturas académicas de escritores no occidentales para poder entender qué son los valores y cómo se aplican en esta clasificación empírica que estoy haciendo”.
Sobre el desarrollo del emprendimiento de quienes trabajaron con él, explicó que Zuhoor Al Sayegh, por ejemplo, “miró a las creencias sobre el género y sobre la suavidad socialmente asignada a las mujeres e intersectó eso con valores a nivel ciencia y las relaciones parasíticas, las relaciones entre parásitos. Ella, viendo esa intersección, llegó a que muchas personas somos parásitos de la suavidad y del amor de muchas mujeres, de nuestras madres, de nuestras hermanas, por darte un ejemplo”, planteó.
“Otro artista, Talal Al Najjar, lo que hizo fue ver cómo las creencias del Islam y el Cristianismo le ayudan o no a sobrevivir la tecnología de las ciudades donde él creció, que son Dubai y Chicago (Estados Unidos). El otro artista, Sree, miró cómo los materiales como la cúrcuma, de la India, de donde viene su familia, que también es un símbolo de riqueza y comercio, le puede ayudar a entender creencias sobre su identidad como hindú en una región árabe”, observó.
“Es superinteresante darle a un artista una consigna y ver cómo responde a las distintas temáticas que resuenan con su realidad diaria y también con las preguntas que tiene sobre su entorno y sobre el mensaje que puede dar a su audiencia”, reflexionó.
Arte y juventud
Para Daniel ya el hecho de haber sido seleccionado para este trabajo fue una “sorpresa”. Contó que fue nominado en este caso por una curadora llamada Munira Al Sayegh, quien también es su mentora. Luego tuvo que realizar entrevistas, en las que explicó que vive en un país con “triple juventud”. “Estoy en un país con triple juventud: gente joven, instituciones jóvenes y un país que tiene solamente 49 años. Esa triple juventud no se encuentra en otras partes del mundo y era una oportunidad fenomenal”, aseguró.
Recordó estar en Asunción justamente, en la casa del también artista Hugo Cataldo, cuando recibió una de las llamadas de entrevista. “Al volver a Emiratos Árabes y unirme efectivamente a la plataforma el proceso requirió mucha atención a cuáles son las nuevas venas artísticas de un país cuya vida artística también es joven”, argumentó.
Destacó así el “poder estar muy en contacto con no solamente los sueños y aspiraciones de esta escena cultural tan dinámica pero también con sus frustraciones, desafíos, retos difíciles, cómo como jóvenes podemos facilitar una experiencia con el arte para una audiencia que apenas se está conociendo a sí misma”.
Diálogo cultural
Para Daniel, el formar parte de toda esta experiencia como curador de arte se define de la siguiente manera: “Curar es cuidar. Curar es transmitir un mensaje y una intención sobre el arte de una manera intencional, pero sobre todo de una manera concisa que se preocupa por la audiencia y por los artistas”.
Asimismo, planteó que ser parte de una muestra internacional como esta “requiere no solamente curiosidad sino también humildad para entender de que estoy operando en un espacio del que sabía muy poco hace 5 años y que hoy es mi realidad cotidiana”.
Rey manifestó que lo fundamental de este trabajo fue “acercarse con mucha atención a los artistas y a su proceso, para poder lograr una obra de arte y una experiencia inmersiva que genere atención y un impacto en la audiencia”. En esa línea planteó que “muchas personas en el mundo del arte tratan el arte como si fueran productos terminados, cuando en realidad todos estamos constantemente haciendo cosas nuevas”.
El curador reafirmó así que “ser uno de los jóvenes latinoamericanos con mayor presencia en la escena cultural de Emiratos Árabes, y por extensión del Golfo Arábigo, es muy grande, porque aunque no lo quiera a veces tengo la responsabilidad de que soy la única persona latina o en el arte que conocen, entonces ¿cómo puedo ser yo mismo pero también saber que soy un punto de acceso para mucha gente que no conoce mucho sobre Latinoamérica? E imaginate, aún menos sobre Paraguay, un país poco representado en la escena global”, precisó.
El joven continuó diciendo que ser parte de esto es algo que también “revela que no es necesario salir a Norteamérica o a Europa para poder salir adelante en el arte”, ya que esto “comprueba que los jóvenes latinoamericanos podemos abrirnos campo de manera importante en una región que se está desarrollando tanto como América Latina”. Al respecto, puntualizó que “es hora de reclamar las regiones en desarrollo, es hora de reclamar el sur global y decir: ‘mi experiencia con el arte en Paraguay es tan válida como mi experiencia en los Emiratos Árabes’. Y no solamente son válidas ambas sino que se complementan idealmente, perfectamente”, recalcó.
El artista insistió en que esta oportunidad es algo que “abre muchísimo las puertas” porque “te revela que el mundo del arte también es un mundo donde se tienen que tomar decisiones muy estratégicas a la hora de compartir contenido, a la hora de transmitir un mensaje, a la hora de involucrar una audiencia”. Es decir, esto para él significa que ahora puede “tomar decisiones sobre cómo otras personas viven el arte” y aún más, agregó, “puedo decidir invitar a nuevos públicos, a la juventud, tanto árabes como latinoamericanos, a estar en un diálogo cultural que antes existía muy mínimamente”, cerró.