Teleton 2016

Dejaron todo por Luis Miguel

El sueño de una pareja oriunda de Misiones es solo uno: Que su hijo pueda caminar. Luis Miguel tiene 8 años y gracias al sacrificio de sus padres acude al Centro de Rehabilitación de Teletón en Asunción, a donde debió mudarse para seguir su tratamiento.

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María Jiménez y Miguel Angel Fretes han luchado por su hijo desde que se enteraron que contaba con parálisis cerebral parcial. Luis nació con seis meses de gestación, desde que tiene un año sigue sus tratamientos en diferentes hospitales de su localidad, Misiones. Sin embargo, sus padres no veían tantos avances, por lo que decidieron que lo mejor para él era venir a Asunción para acudir al Centro de Rehabilitación Integral de Teletón.

Así, con un gran sueño, el que Luis pueda caminar algún día, María y Miguel llegaron a Asunción. Al principio, solo él trabajaba, pues ella debía encargarse cuidar a su hijo. Sin embargo, el dinero no alcanzaba, por lo que, con mucho pesar, tuvieron que llevar de vuelta al pequeño hasta Santa Rosa, mientras ellos quedaban a trabajar para poder traerlo de vuelta.

Luego de un año ahorrando y alquilando una pieza para ambos en una zona cercana a la fundación, por fin pudieron traer de vuelta a Luis, a quien aceptaron en Teletón muy poco después de haber metido la solicitud. “Al principio él no se hallaba acá, le extrañaba a su abuela, a su tía, no quería comer. Por eso vino mi cuñada también a vivir con nosotros, todos estamos acá por él”, relata María.

Ahora la madre de Luis Miguel trabaja de noche cuidando a una persona de tercera edad, llega a su casa por la mañana, prepara a su hijo y lo lleva a la escuela, donde se queda con él hasta las tres de la tarde a excepción de los días en que debe ir a CRIT. Mientras que su padre trabaja todo el día como guardia de seguridad, juntos se desviven por seguir en Asunción para que su pequeño pueda continuar con el tratamiento.

“Me gusta mucho ir a Teletón, nadar en mi hidroterapia, hacer mis ejercicios”, afirma Luis Miguel. Además, no olvidó mencionar el taller de música, que también disfruta mucho. “Demasiado luego me gusta”, dice sonriendo.

En Santa Rosa él acudía a una escuela especial para niños con discapacidades, sin embargo, según la madre, allá no aprendía nada. Incluso Luis expresa con tristeza que en esa institución se sentía como “una silla”, porque estaba nomás ahí y no le prestaban atención. Teniendo en cuenta eso, María empezó a buscar en Asunción una escuela donde realmente pudieran ayudarlo, una tarea que se volvió más difícil de lo que pensaba.

“Me cerraron las puertas en cinco escuelas, todos me decían que no estaban capacitados para tener a un chico como él. Tuvimos que dejar pasar un año entero porque no sabía dónde llevarle”, lamentó la mujer. No obstante, este año logró estudiar en la Escuela Sudvencionada Caacupemí.

La maestra Rossana Alcaraz es quien tuvo la misión de ayudar a Luis Miguel, a quien le derivaron al sexto grado. Ella destaca los sacrificios que hacen el niño y sus padres para seguir adelante. “Cuando le trajeron le hice varias pruebas y me di cuenta de que no le habían enseñado absolutamente nada, le hacían pasar nomás de grado en su otra escuela. Empezamos de cero. Ahora él está aprendiendo a leer y ya ha avanzado muchísimo”, relata.

Los compañeritos de Luis Miguel lo ayudan cada día para realizar las tareas y juegan con él durante los recesos. “Los niños aprenden a valorar la vida desde que él llegó, ellos son quienes más le abrieron no solo las puertas sino también el corazón. Yo le debo mucho a él y sus amiguitos también”, asegura la profe Rossana. Además, la misma aprovecha para resaltar que Teletón la ha ayudado a crecer mucho a nivel profesional, pues desde que ingresó Luis a la institución le han brindado capacitaciones constantes y visitan asiduamente la escuela para ver los avances.

“Teletón es la´única fundación que hasta el momento me ayuda. Cuando estás dentro del programa y ves como trabaja te das cuenta de que vale la pena realizar las donaciones. No solo ayudan a los niños, también a sus familiares, maestros, a todos los que rodean a los pequeños”, manifestó la Lic. Alcaraz.

“Antes yo no hacía nada y mis compañeros me ayudaron. Me siento muy bien acá”, relata Luis Miguel en medio de la sala de clases. El niño sostenía en sus manos unas oraciones con las que practicaba deletreo. “Ya sé leer y me gusta mucho leer”, resalta orgulloso. Asimismo, no olvida destacar lo feliz que es en su nueva escuela, con su profe y amiguitos.

La familia de Luis Miguel hizo recorrer una alcancía en todos los lugares donde pudieron, en sus trabajos, en el vecindario, en la escuela, pues sienten que deben retribuir un poco a la fundación que tanto les ayuda. “Hay que donar para que más personas puedan acceder a lo mismo que nosotros, muchísimos son los que todavía no pueden porque no alcanza la plata. Nosotros tenemos demasiado que agradecer a Teletón”, manifestó la madre, María.

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