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La difícil situación económica por la que atraviesa el país es un factor que preocupa a la organización de Teletón este año, debido a que las empresas han disminuido su aporte a organizaciones sociales. “Por un lado, estamos preocupados por la meta, pero también hay una gran expectativa de que la ciudadanía participe”, manifiesta Andrés Silva.
Como cada año, las críticas a la fundación siempre aparecen; sin embargo, a Silva no le preocupa esta cuestión, debido a que la confianza de la gente va en aumento. “Construimos cuatro centros gracias al aporte de la ciudadanía, eso es fruto de la confianza. Además, todos los estudios revelan que la mayoría de las personas confían en el trabajo que hacemos; el tema es buscar la participación, porque no es lo mismo ser un espectador que ayudar”, declara el director de Teletón.
A quienes, a pesar de todo siguen tirando malos comentarios respecto a la labor de la fundación, Silva les solicita que comprueben los hechos, que vayan a los Centros de Rehabilitación Integral Teletón (CRIT), hablen con las familias y vean los documentos públicos de cómo se invierte el dinero. “Tenemos hechos concretos: cuatro centros no se construyen mintiendo, engañando ni robando. Al contrario, se construyen con un trabajo honesto, trasparente y profesional. Pero, por sobre todo, con mucha vocación de servicio. Las personas que acuden a la fundación son ciudadanos que atraviesan por circunstancias extremas y los acompañamos por interés y vocación real”, insiste.
La fundación Teletón ha ejecutado el 81% de sus fondos en inversiones para los centros. Ahora, con un nuevo CRIT en Minga Guazú, lo recaudado el año pasado resulta corto. Es por eso que este año la meta es de G. 15.500 millones, cifra mínima para sostener todos los servicios que ofrecen en sus cuatro locales. “Si no llegamos a nuestra meta, tendremos que retroceder en nuestros servicios. Sería muy duro tener que decirles a todas las familias que dependen de nosotros: 'Hasta acá llegamos'”, expresa el director.
Teletón asiste a niños y adolescentes de todos los departamentos del país, lo que indica la necesidad que hay con respecto a servicios de rehabilitación. Y, según Silva, es una problemática que no solo compete a Teletón, sobre todo debería preocupar al Estado, pero como ciudadanos todos tenemos un compromiso de participar y ayudar.
La lista de espera de familias que desean acceder a los servicios que ofrece la fundación es de 2.000 niños y adolescentes, pero, debido a la falta de recursos, Teletón no puede asistir a todos. “Tenemos ganas y vocación pero no nos dan los fondos. Con lo que tenemos solo podemos ayudar a 2.000 usuarios, nuestros recursos son limitados”, lamenta. Asimismo, señala que el criterio que se tiene en cuenta para la selección es la necesidad terapéutica de cada chico.
Según el directivo, la mayoría de la gente que acude a solicitar ayuda y no recibe respuesta favorable es porque pide cosas que Teletón no ofrece. “Este es un centro de rehabilitación especializado en discapacidad física y, si quieren cosas que no caben dentro de eso, no podemos desviarnos de los objetivos de la fundación: ofrecer servicios integrales de rehabilitación y acompañamiento en el proceso de inclusión”, explica.
Silva insta a olvidar las diferencias y evitar ser indiferentes. “Como país estamos atravesando por un momento de muchas polaridades y discrepancias que están a flor de piel. No está mal tener diferencias, pero sí ser indiferentes. No podemos ignorar la tremenda necesidad que están atravesando muchos sectores olvidados y excluidos, sobre todo las personas con discapacidad”, manifiesta.
Finalmente, el director ejecutivo de Teletón resalta la necesidad de comprometernos más allá de una donación, porque esta problemática requiere una toma de conciencia diferente, para que como sociedad eliminemos las barreras que hacen que las personas con discapacidad estén al margen de las oportunidades.