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El padre Alberto Luna relata que el lunes santo se caracteriza por ser un día donde inician una serie de experiencias que viven Jesús, previa a su crucificción.
Señala que tras ser recibido en Jerusalén con ramos, el hijo de Dios comparte con sus amigos los apóstoles y Lázaro y sus hermanas, en Bethania, situada cerca de la ciudad citada, que utilizaba como lugar para hospedarse durante su visita por la cercanía de la Pascua.
“Nosotros encontramos nuestros apoyo en la familia, los amigos, los parientes, fijarnos un poco en eso, cómo estamos cuidando eso y ver cómo Jesús vive esa relación importante con su comunidad que le apoya, que le arropa, no está solo y que tiene amigos que le reciban”
Fue un tiempo que el señor aprovechó para enseñar su doctrina. En ese entonces ya soportaba mucha incomprensión por parte de un sector de la población que lo tenía en la mira.
Fue en una de esas visitas que una mujer se le acercó a lavarle los pies con su cabello y su perfume como muestra del arrepentimiento de sus pecados.
“El evangelio de hoy lunes santo relata cuando va esta mujer y rompe un frasco de perfume a los pies de Jesús y le perfuma, y allí es donde la gente le critica y le cuestiona por qué derrama ese perfume porque cuesta dinero que puede darse a los pobres. Allí es donde Jesús dice: a los pobres le van a tener siempre, pero a mí no, ella me está preparando para mi muerte”, expresó.
La actitud de la mujer demuestra la importancia que se debe dar a Jesús y que no se debe ser mezquino, y siempre se debe ofrecer lo mejor tanto para Dios como para las personas que están en sufrimiento porque Jesús estaba sufriendo en ese momento.