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Desde hace dos décadas, el garage de Graciela de Alderete en Lambaré, exactamente en Augusto Roa Bastos (ex Hernán Cortes) y calle Segunda, es invadido por piezas de un gran pesebre, con figuras que miden hasta medio metro de altura.
Además del "gran pesebre", la mujer ofrece cada año novenarios y obsequia a quienes visitan el lugar bocaditos, pandulce y clericó. La iniciativa es muy aceptada por los vecinos de la zona -y de otros puntos del país- que concurren en masa para apreciar el pesebre y luego disfrutar del refrigerio.
Marina Bobadilla