Mundial brasil 2014

La debutante Bosnia: talento y descaro ofensivo

Sarajevo. La joven y talentosa selección de Bosnia participará en su primer Mundial en los 21 años que tiene de vida el país balcánico y menos de dos décadas después de una sangrienta guerra civil (1992-1995).

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Bosnia, con sus cuatro millones de habitantes, es el segundo país con menos población, después de Uruguay, que participará en el campeonato más importante del planeta el próximo año en Brasil.

Además, este éxito ha desbordado lo puramente deportivo en un país dividido por filiaciones étnicas y azotado por una dura crisis económica, que ha visto sorprendido cómo el éxito ha venido con un equipo en el que jugadores musulmanes, serbios y croatas han competido juntos.

Los “dragones” -como se conoce al equipo bosnio- estuvieron también en ocasiones anteriores a punto de clasificarse para un Mundial o una Eurocopa, y en dos veces cayeron en la repesca, ambas ante Portugal.

Esta vez el país balcánico quedó primero en la fase de grupos en una ajustada lucha con Grecia, en la que ambos equipos lograron 25 puntos, pero Bosnia logró el pase directo por la mejor diferencia de goles (24-8).

El partido crucial se jugó en marzo pasado en Zenica, el fortín del fútbol bosnio, donde los balcánicos superaron a los griegos por 3-1.

Después, ganaron a Eslovaquia en campo contrario por 1-2 y subieron al primer puesto del grupo G. Necesitaron entonces un triunfo en Lituania, y lo lograron con un tanto de Vedad Ibisevic en el minuto 68.

“La clasificación para el Mundial es un gran éxito, no vamos a ir Brasil para que nos den lecciones”, declaró el entrenador, Safet Susic, sobre las aspiraciones en Brasil, donde esperan no pagar la poca experiencia internacional del equipo.

El talentoso excentrocampista Safet Susic es el único integrante del equipo bosnio que tiene experiencia mundialista, ya que disputó con Yugoslavia los torneos de España 1982 e Italia 1990.

Susic, nombrado el mejor futbolista bosnio de todos los tiempos, será recordado también como el primer técnico que llevó a su país a un Mundial, además, practicando un fútbol bello y ofensivo, con una media de casi tres goles por partido.

Sus dos delanteros, Edin Dzeko y Vedad Ibisevic, son los jugadores cruciales, ya que aportan mucho dinamismo y hasta ahora han sido el arma más efectiva contra los rivales.

Dzeko, del Manchester City inglés, ha sido el futbolista bosnio más importante en la fase de clasificación, y hasta ahora ha marcado 33 tantos en 60 encuentros internacionales, lo que le convierte en el mejor goleador bosnio de la historia.

En el centro del campo el auténtico mariscal de campo es Miralem Pjanic, del italiano Roma, que aporta un gran talento creativo al equipo.

Otra estrella de la selección es el guardameta Asmir Begovic, del inglés Stoke City, así como el exsevillista Emir Spahic, ahora en el Bayer Leverkusen alemán y que es el jefe indiscutible de la defensa bosnia.

El principal punto débil del equipo es que carece de suplentes que estén a la altura de un muy buen once inicial, por lo que cualquier baja supone un gran problema.

Además, el equipo padece de una crónica falta del clásico centrocampista defensivo que aporte equilibrio a unos jugadores con un indudable espíritu ofensivo.

El único volante defensivo puro es Elvir Rahimic, de 38 años, del moscovita CSKA, que desde hace tiempo tiene planes para poner fin a su carrera, pero ha prorrogado el contrato con el club ruso por otro año a la espera de poder viajar a Brasil con la selección bosnia.

Ante esta circunstancia, Susic suele alinear al ex del Real Valladolid Haris Medunjanin como volante defensivo pese a que ha solido jugar de mediapunta la mayor parte de su carrera.

Algo más adelantado queda Miralem Pjanic, por quien pasa todo el juego ofensivo del equipo, pero tiene mayores exigencias defensivas que en el Roma, lo que lastra su juego con Bosnia.

La selección balcánica depende mucho de las asistencias de Pjanic y de su golpeo en las faltas directas, por lo que su inspiración es fundamental para la marcha del equipo.

El centro del campo lo completan los volantes Zvjezdan Misimovic y Senad Lulic, que aportan un gran trabajo aunque no ofrecen mucho recorrido en las bandas y suelen tender al juego interior.

“Sabemos que nos exponemos demasiado y que hay un gran riesgo en la forma en que jugamos -utilizando un solo mediocentro defensivo y dejando mucho espacio para el oponente- pero sería injusto para los aficionados, para el juego y para nosotros que no utilizáramos el talento y la técnico que tiene el equipo”, resumió la situación Susic.

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