Isinbáyeva, con un mejor salto de 4,70, tuvo que conformarse con la medalla de bronce, derrotada también por la cubana Yarisley Silva, que igualó el salto de la vencedora. Un nulo con el listón en 4,45 la relegó al segundo puesto.
Subcampeona en Pekín 2008 y segunda en el ránking de todos los tiempos con 4,92, Suhr llegó a Londres sin una sola derrota esta temporada y con un registro de 4,81, favorita frente a Isinbáyeva, campeona olímpica en Atenas 2004 y Pekín 2008, en ambos casos con récord del mundo.
La medalla de bronce no devuelve su antiguo prestigio a la “Zarina”, ni le redime de los fracasos que ha cosechado en los tres últimos años en los campeonatos del mundo (fuera de la final en 2009 y sexta en 2011).
A la vista de su reciente fracaso en la reunión de Mónaco, donde no pudo con su primera altura (4,70), Isinbáyeva empezó a competir hoy en 4,55 y aun así derribó el listón a la primera. Despreciando esa altura, se dejó los otros dos intentos para los 4,65, que superó con holgura.
En 4,45 metros, la primera que intentaba, se había despedido la polaca Anna Rogowska, campeona mundial en 2009. Dominaba la prueba, con dos saltos impecables (4,55 y 4,70), Jennifer Suhr.
La altura de 4,70 seleccionó a las tres medallistas. Suhr, Isinbáyeba y Yarisley Silva fueron las únicas que se elevaron sobre la barra, aunque la alemana Silke Speigelburg se dejó, inútilmente, dos intentos para los 4,75.
Suhr cometió su primer fallo en 4,75, pero superó esa altura a la segunda, lo mismo que Silva, en tanto que fracasaba Isinbáyeva.
Plusmarquista mundial con una marca de 5,06 metros y ganadora de dos de las tres finales olímpicas que se habían disputado hasta hoy, Isinbáyeba se tomó un año sabático después de ser eliminada en los Mundiales en sala del 2010 sin hacer una sola marca, aunque este año había vuelto a batir su récord mundial en pista cubierta, el número 28 de su colección (5,01), y había ganado el título mundial bajo techo.