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La jornada inaugural había brindado una emocionante conjunción entre historia, literatura y música, presentando un gran espectáculo.
En el centro del Estadio Olímpico se podían ver montadas grandes estructuras de hierro que representaban los puntos más representativos de la capital británica.
En medio del silencio, se escuchó el repique de las campanas de una réplica del Big Ben situada en el estadio que servían para indicar la cuenta regresiva para el inicio de la clausura.
La ceremonia se dio inicio con la representación de Londres en pleno estadio. En el recinto se podía ver a una ciudad llena de vida, con un ritmo vertiginoso. El escenario formaba una enorme bandera británica sobre el suelo del Estadio.
En el centro del estadio apareció la figura de Winston Churchill, representado por un actor, luego de algunas palabras del que fuera dos veces primer ministro británico, se dio inicio a una fiesta callejera encabezada por el grupo Madness.
Luego le tocó el turno a los Pet Shop Boys y One Direction, que se encargaron de desatar la locura de los presentes en el Estadio Olímpico.
Instantes después apareció en escena Stomp, un grupo de percusionistas que hacen música con lo que se les cruce enfrente. La intensidad del sonido bajó pero la emotividad creció cuando Ray Davies, excomponente de The Kinks, tomó el escenario para cantar “Waterloo Sunset”, su declaración de amor a la capital británica.
Emile Sande se encargó luego de deleitar al público con su voz, mientras las imágenes de los motivos más emotivos de las dos semanas de competencias se sucedían.
Una vez más llegó el turno de los atletas. Los representantes de los países participantes tenían así su última presentación oficial en la edición 30 de los Juegos Olímpicos.
Luego de la parada de los competidores, se presentó una coreografía en la que se mostraban algunos de los momentos deportivos de las dos semanas. Al mismo tiempo, 303 cajas representaban las disciplinas que se disputaron en los Juegos Olímpicos.
Llegó el momento de la premiación a los ganadores de la Maratón, que recibieron sus medallas de las manos del mismo Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional.
A continuación se dio paso a una de las primeras sorpresas de la noche londinense, cuando la voz de Freddie Mercury inundó el Estadio Olímpico con “Bohemian Rhapsody”.
Por si las emociones no hubiesen sido suficientes, un grupo de coros originarios de la ciudad de Liverpool se hicieron presentes para dar un homenaje a uno de los músicos británicos más conocidos: John Lennon, con su “Imagine”.
Mientras se escuchaba uno de los más grandes clásicos del ex Beatle, un total de 101 fragmentos fueron formando una representación de su rostro en el centro del escenario.
Luego se sucedieron en escena George Michael, que hizo presente al pop británico; Kaiser Chiefs, con un cóver de The Who; y una selección de temas de David Bowie que terminaron con “Fashion”.
De a poco se dio paso a un estilo más movido con la llegada de Annie Lennox, la excomponente del grupo Eurythmics.
Si había otro grupo que no podría faltar a la fiesta era Pink Floyd. Nick Mason, antiguo baterista del grupo, acompañó a Ed Sheeran para interpretar “Wish You Were Here”.
Mientas tanto, en lo más alto del Estadio Olímpico, un acróbata caminaba sobre una fina plataforma hasta llegar a un hombre que ardió en llamas apenas estrechó su mano, en una representación de la portada del álbum “Wish You Were Here”, del mítico grupo británico.
Russel Brand apareció montado en uno de los clásicos buses de dos pisos ingleses, cantando “Pure Imagination” de la película “Willy Wonka and The Chocolate Factory”. La sicodelia se adueñaba de la noche londinense cuando Brand comenzó a interpretar “I am the Walrus” de The Beatles.
Llegaba el momento de retomar la fiesta. Y para ello se sumaba el DJ Fatboy Slim quien se encargó de ponerle ritmo al Estadio Olímpico, mientras en el centro del escenario un pulpo gigante se formaba.
Después llegaron Jessie J, Tinie Tempah y Taio Cruz, quienes interpretaron de manera individual varios temas propios y juntos el “You should be dancing” de The Bee Gees.
De la nada, una invasión de los clásicos taxis negros londinenses se apoderaron del Estadio Olímpico. Cinco de ellos de pronto rompieron el esquema y decorados con luces de colores llegaron hasta el centro del escenario, para permitir el descenso de sus pasajeras: las cinco “Spice Girls”, que se reagruparon para la presentación en la clausura de la máxima fiesta deportiva.
Y si de los '90 se trataban, Liam Gallagher no podía estar ausente. El exvocalista de Oasis, acompañado de su nuevo grupo Beady Eye, presentó uno de los clásicos de la banda que lideraba en compañía de su hermano Noel: Wonderwall.
Luego le tocó el turno al humor, de la mano de Eric Idle, exintegrante de “Monty Python”.
Durante uno de los momentos más esperados de la noche, el grupo Muse subió al escenario para cantar “Survival” el tema oficial de Londres 2012. Le siguió una de las sorpresas más grandes de la noche.
Brian May y Roger Taylor, componentes de Queen, subieron al escenario para presentar “We Will Rock You” en compañía de Jessie J.
Llegó el momento del protocolo. El alcalde de la ciudad de Londres, Boris Johnson, entregó la bandera olímpica a Jacques Rogge, presidente del COI, quien se la pasó al alcalde de Río de Janeiro, dando inicio oficial a los Juegos de Río 2016.
Y el carnaval se adueñó de Stratford. Los colores, la música y los personajes del país sudamericano se adueñaron del escenario. Bailarinas de samba, Yemanja, y el mismo Pelé llegaron al centro del Estadio Olímpico.
La trigésima edición de los Juegos Olímpicos llegó a su fin cuando el pebetero lentamente se fue desarmando en las 204 partes que lo componían, y el fuego olímpico fue apagado. Cada “pétalo” será entregado a las delegaciones participantes de los juegos, a manera de recuerdo de Londres 2012.
Los encargados de realizar el cierre musical fueron los componentes de la mítica banda “The Who”, con “Baba O'Riley”.
Londres 2012 llegó a su fin, se abre un nuevo periodo de cuatro años en el que los deportistas de todos los países del mundo buscarán conseguir un lugar para el próximo desafío: Río 2016.