Willy Chávez, el impresentable

Su salida de Salamandra dejó muchas dudas sin responder. Hoy, en un estado de plenitud, Willy Chávez habla por primera vez de los verdaderos motivos de aquel divorcio musical, y de la nueva propuesta que emprendió de la mano de Los-inprensent-ab-les.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2061

Cargando...

La salida de quien era el guitarrista ícono de la banda de rock nacional Salamandra, fue un golpe para los fans. Numerosas interrogantes quedaron en el tapete y los seguidores aún lo añoran mucho.

El hecho confundió sobre todo porque primero Willy Chávez (33) manifestó que la salida sería temporal, por unos contratiempos de salud que estaba experimentando. Pero finalmente, anunció que se trataba de una despedida definitiva, para iniciar su propio camino con nuevos emprendimientos artísticos.

Tanto Willy como los demás integrantes de Salamandra brindaron una “versión oficial” y políticamente correcta, pero algo nos decía que había algún motivo más oculto.

Las cosas se enfriaron y esta semana, bastante más relajado, Willy nos aceptó un encuentro en la Plaza Uruguaya.

Tereré en mano, en el calor de una de estas tardes asuncenas, Willy entró en confianza y nos contó que desde hace un buen tiempo atrás estaba necesitando desarrollar su arte en forma total, sin las presiones del ámbito mediático, que lo venían agobiando bastante. Ahora, junto a Andrés Román Sitjar (bajo) y Huguito Maidana (batería), el guitarrista lidera la agrupación Los-inpresent- ab-les, que propone al público un rock experimental “sin prejuicios”, con toques de música paraguaya, mucha música instrumental y el canto de Willy, quien se estrenará como solista.

¿Cuánto tiempo hace desde que nació el proyecto para esta formación?

-El proyecto fue motivado por la música instrumental, y nació hace aproximadamente tres años, porque necesitaba hacer arte. Siempre estuve acostumbrado a tener dos o tres proyectos, pero con Salamandra la exigencia fue mayor por el tema de la imagen, entonces no podía tanto. Empecé a componer unos temas y a tocar en el ambiente underground jazz cuando estaba libre. Así me preparé de a poco, y ahora somos tres nomás. Estamos empezando a juntar caminantes.

El estilo instrumental es diferente a lo que nos tienen acostumbrados los grupos nacionales.

-Sí, empezamos como instrumental, pero ahora estamos experimentando con escribir letras, que es algo que yo no hacía. Tengo pensado hacer voces con el tiempo, porque no estoy tan acostumbrado a mi voz sola... Mi objetivo es que la música pueda trascender un poquito más, que la gente pueda entender la música.

¿Con Salamandra no lograbas eso de trascender?

- Y... yo quería tocar y tocar nomás, no daba más gusto. Tocaba todo el día con Salamandra ante 2.500 personas, pero todo el mundo quería saber de mi vida y...esa cuestión de la tele, no quería saber más nada. Quería algo diferente, salir de eso.

De hecho, se escuchan muchas críticas acerca de que Salamandra tiene letras “fáciles” y muy comerciales. ¿Qué respondés a esos conceptos?

-Tal vez en lo más simple encontremos cosas mucho más complejas de lo que podemos darnos cuenta. Por eso admiro mucho a cuentistas como Julio Cortázar o Jorge Luis Borges. Detrás de una forma aparentemente sencilla de escribir pueden existir muchas metáforas. Por eso trataba de implementar muchos solos de guitarra en los conciertos.

Ojo, las letras que estoy haciendo ahora también tienen un contenido bastante social, y claro, también queremos vender.

¿Te molestaba ser criticado con Salamandra?

-A veces, pero entonces trataba de hacerle arreglos más bellos, para destacar la canción. Confieso que antes no les prestaba mucha atención a las letras de Salamandra, pese a que tocaba ahí. Yo soy músico netamente, aunque sí me gustaba escuchar las rimas y entendía las fórmulas.

Así como para la gente fue triste despedir a Willy, para él también fue difícil, pero no se dio de un día para el otro. El guitarrista venía experimentando una relación bastante complicada con los demás integrantes del grupo.

¿Por qué se complicó la relación con tus compañeros?

-Ya veníamos teniendo una relación complicada. No le conté a nadie esto, de hecho ahora estoy hablando por primera vez ahora. Ojo, no es mala onda, siempre tuvimos un buen trato, pero yo quería hacer otras canciones y me di cuenta que, o lo hacía con Salamandra o ya no podía hacerlo más. El grupo venía con otra corriente. Intenté meter un poco de mi onda, pero no se pudo.

¿Cuál fue el problema concretamente?

-Son muchos años de estar juntos y ya nos conocemos demasiado. Cada uno venía agarrando otra vida como la suya, nos metíamos demasiado en donde no teníamos qué. Y como ya veníamos discutidos, cualquier otro guitarrista que tocaba con nosotros de invitado ya era mejor que yo por ahí. Y bueno, querés otro guitarrista, ahí tenés...

Cuando se anunció que salías temporalmente, mencionaste que tenías un problema de salud...

-Realmente lo tenía, me afectaba en la salud. Yo venía con mucha fiesta encima, falta de sueño y mucha preocupación, encargándome de demasiadas cosas que no me correspondían. Llegó un momento en el que me pasó la factura el no preocuparme por el descanso.

¿Ese bajón de salud fue el que te ayudó a decidir salir definitivamente?

-Yo tomé la decisión un día en que no pude llegar a un ensayo. Llegó un momento en el que ya no me despertaba más ni con la alarma, entonces hablé con los muchachos. Lógicamente tomó de sorpresa. Había que ver quién me iba a reemplazar, teníamos que ver todo para poder dejarlo. Pero salí de una, y ya no me comuniqué con ellos. Pasaron dos o tres semanas, hablé con mi manager y le dije que estaba mejor así, solo.

Además, ya había comenzado a ensayar con mi actual grupo, me puse en conexión, y ya me sentía a gusto.

Para aclarar los rumores, ¿estás bien de salud?

-Lógicamente estoy haciendo algunos tratamientos desestresantes para tratar de estar normal, porque dentro de todo los artistas no somos normales. No tenemos horario, no tenemos método.

¿Te agostaste de Salamandra?

-Ya no era un trabajo para mí y los perros se daban cuenta de que yo cada vez menos quería hacerlo. Tal vez hice cosas de las que no me di cuenta, a consecuencia del estrés. Pero ahora me siento pleno, relajado. Esto no me estresa.

¿Te dolió salir del grupo después de tantos años?

-Claro que es doloroso. Estoy medio indiferente nomás porque me siento más liberado por una parte, pero por otro lado, lamento que tenga que haber tomado ese tipo de decisión en vez de hacerlo a la par. Pero, se dieron así las cosas. No llegamos a un acuerdo y ellos ya querían definir. Yo sé que es difícil, un matrimonio es. Y a los quince años, el divorcio es complicado.

Willy tiene alrededor de 20 grupos producidos por él. No reniega de lo comercial y asegura que la música puede ser puro arte, y también venderse.

Si hoy en día te dicen “Salamandra es una agrupación muy comercial”, ¿lo aceptás?

-Eso es un hecho. De hecho que lo que yo quiero hacer también es comercial. Pero yo creo tener la fórmula para hacer que la música no sea tan comercial y que la gente pueda consumirla de igual forma. Pensando un poquito más, podemos llegar a esa vanguardia.

¿Creés que la música que estamos haciendo ahora pueda ser consumida por un gran público?

-Yo soy consciente de que el estilo instrumental que estoy haciendo toma su tiempo. De por ahí vas a estar 10 años tocando para que recién la gente empiece a descubrir el estilo.

En cambio con las letras las personas buscan identificarse, encontrarse consigo mismas. Eso sí, también estoy grabando muchos tema, creo que haremos un disco de canciones de música instrumental y un disco de música paraguaya también.

¿Cuál es tu fuente de ingresos además del trabajo que venías haciendo con Salamandra?

-Yo soy profesor, pero no me dedico a la docencia ahora mismo. Además soy productor musical, tengo un pequeño estudio de grabación y también otros negocios dentro de la música. Soy autor de varias canciones, cobro derechos, entre otras cosas.

¿Estás dentro de alguna productora?

-Sigo siendo independiente. Tengo muchas propuestas, pero prefiero trabajar por mi cuenta.

Como demostrando que la amistad sigue intacta, al igual que en sus mejores momentos, los integrantes de Salamandra estuvieron presentes en un emotivo show de despedida a Willy de la banda. Tocaron con él y Chávez presentó a su nuevo conjunto musical.

¿Qué tal tu despedida?

-Fue muy conmovedora. No quise ni hablar más después con los muchachos porque no me caen muy bien las despedidas. Ya saben ellos que los quiero, que fue increíble tocar todo este tiempo. Pasamos todas las etapas que se puedan ni maginar, y eso no se olvida nunca.

¿Cómo reaccionás ante los comentarios del público que te extraña en Salamandra?

-Entiendo, me doy cuenta de lo que significa para ellos, todos los días me escriben. De repente ya no sé qué responderles y no contesto más. Pero van a seguir viéndome, y dentro de poco van a querer escuchar otra vez las propuestas que tenemos con los muchachos.

 

El nombre de la agrupación surgió en medio de una broma de amigos, pero Willy fue separando en sílabas el nombre, formando otra significación dentro de la palabra.

El grupo forman parte Andrés Román, bajista de jazz que ahora se adentra el rock, y Huguito Maidana, baterista con gran experiencia en colaboraciones con músicos internacionales. A ambos, Willy los considera “ viejos amigos musicales”.

¿Dentro de qué estilo se puede definir lo que están haciendo ahora?

-Es complejo. Rock experimental, porque mezclo la música instrumental con lo comercial. A fin de cuentas también queremos vender shows. Me gusta la definición de rock sin prejuicios.

¿Se vienen giras?

-En marzo quiero hacer una gira por colegios. Apunto a la gente joven, que puedan entender los conceptos musicales. A la par quiero ir enseñando música.

¿Cuándo los escucharemos sonar en la radio?

-Dentro de una semana o dos estamos sacando los primeros cortes comerciales para radio y televisión.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...