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Felix George Pan egresó de la universidad donde estudió Ciencias Sociales, trabajó en el área, luego en una fábrica en otro momento… es decir, tuvo una vida “normal” hasta el año pasado. Luego de un satisfactorio viaje en bicicleta de algunos días en su país, se planteó la posibilidad de repetir esa aventura, pero ya al siguiente nivel. En mayo del 2014 le dijo a su familia que quería viajar por el mundo, pero en bicicleta.
Su primera meta fue Europa. Recorrió varios países de hostal en hostal y acampando. Así conoció Portugal, España, Suiza… Pero esto no fue suficiente. Cambió los paisajes montañosos por el calor de América, en su afán por seguir ganando kilómetros sobre la bicicleta y conocer al mismo tiempo diversos sitios, al costo más bajo.
“Mi familia me dijo que estoy loco… Pero lo aceptan”, contó Félix, visiblemente entusiasmado por su estadía en nuestro país. En Paraguay, lo recibieron varios fanáticos del ciclismo, deporte que desde hace unos años se trasladó a las calles de las ciudades, a través de la formación de grupos de ciclistas que salen especialmente en las noches a hacer recorridos.
De hecho, los ciclistas paraguayos le están mostrando a Félix la ciudad, y lo hospedan en sus casas. Esta amabilidad ya la sintió en otros países latinoamericanos, resaltó este aventurero. México, Colombia, Perú, El Salvador, son algunos de los sitios ya conocidos por él y su bicicleta.
En cada uno de esos países ha ganado amigos y ha acumulado anécdotas. “Siempre me han tratado bien, en El Salvador me han llamado ‘gringo’, pero no sé si es algo malo o bueno”, comentó, entre risas. Contrariamente a la fama mundial que se le atribuye a Latinoamérica, para Felix, los países que ha conocido han sido sitios muy tranquilos, seguros y con mucha calidez humana.
La siguiente parada, tras su paso por Paraguay, será Bolivia, comentó. La meta es cubrir la mayor parte de Sudamérica y terminar el tour en Ushuaia, Argentina, dijo. ¿Volverás de nuevo a Alemania? Le preguntamos. Cree que si vuelve, no se quedará por mucho tiempo, ya que su impulso de “probar algo nuevo” recorriendo países en bicicleta, se ha convertido en parte de su vida.
Félix está convencido de que la bicicleta es “el transporte del futuro”. De hecho, en Europa, la bicicleta ha ganado terreno y se ha constituido en la opción más amigable para el medio ambiente. Él espera que en Sudamérica se tome en cuenta esa experiencia y se empiece a accionar al respecto, previendo carriles exclusivos para los ciclistas, puestos de alquiler de bicicletas, entre otras políticas.
Esto, sin contar los beneficios para la salud o los bajos costos que implica utilizar la bicicleta como medio de transporte. “La bicicleta te da el mejor viaje. Es suficientemente rápido para trasladarte, pero lo suficientemente lento para disfrutar”, reflexionó.