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Paraguay precisa un organismo que administre el uso de los recursos hídricos en el territorio. El Dr. Juan Francisco Facetti, presidente del Comité Científico de la Asociación Paraguaya de Recursos Hídricos (APRH), dijo que “no tenemos una autoridad de aplicación”, así como tampoco se tiene definido en “dónde debería estar y cómo debería estar”.
A partir de la falta de reglamentación y de una autoridad que se encargue de delimitar el uso adecuado del agua, surge la mala distribución del recurso hídrico, que a su vez deviene en tres conflictos que pueden clasificarse en: “mala distribución, escasez y degradación del recurso hídrico”. En este caso los conflictos son definidos como cambios.
Facetti hizo referencia –como ejemplo– al rubro del arroz, donde el productor utiliza cierta cantidad de agua para su producción. ¿Pero qué pasa si en un momento determinado abre más de lo usual su bomba para extraer mayor cantidad de líquido? Esto puede provocar cierta degradación en el recurso debido a que afecta el cauce de aguas abajo necesario para el mantenimiento del ecosistema.
La “extracción de más puede provocar cambios, en la migración de los peces, en el desove de estos; que aparezca un predador o que desaparezca uno; afectar la toma de agua de una ciudad, de Essap o de una junta” a raíz de la disminución del nivel provocado por la mala distribución del agua. Al respecto también advirtió: “Hay que evitar que por culpa de la dejadez de las autoridades, la abundancia de recursos en nuestro país se convierta en una maldición, por el avance de la contaminación en los arroyos”, que a su vez se da como consecuencia de la degradación del recurso y por los efluentes no tratado que son arrojados a las aguas por las industrias.
A nivel nacional, la contaminación de las aguas se encuentra en un porcentaje bastante elevado, principalmente en cauces que se encuentran cercanos a las ciudades. El Dr. Facetti señaló que hasta el momento “el único lugar donde se conservan las aguas es en el Embalse de la Itaipú”. Aquí es donde el estado del agua, tras ser monitoreado por un periodo de 33 años hasta la fecha, se pudo observar que el “embalse de Itaipú sigue siendo oligotrófico, es decir, que no hay demasiada productividad primaria y eso es un indicador de que no hay un aporte de nitrógeno y fósforo que son contaminantes”.
Pero ese buen estado del recurso hídrico puede constatarse en la “margen derecha, donde hay reservas que permiten amortiguar el impacto provocado por los productores de la zona, mientras que en la margen izquierda no hay protección”, expuso. Otro sitio donde se observan problemas de contaminación es la cuenca del Tebicuary, donde “tenemos buscadores de oro entre los departamentos de Caazapá y Guairá, donde se utiliza mercurio para esta acción”. Dentro de este marco, la Essap realiza constantes controles por la presencia de mercurio (Hg), ya que puede ser dañino para la salud humana.
Hay avance del sector agrícola, industrial, pero no hay tratamiento de las aguas domésticas, lo que provoca que el efluente de estas vaya a parar a los cauces contaminándolos. La Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) realiza inversiones para tratamiento de las aguas en la cuenca de Bella Vista, donde una importante cantidad de aguas domésticas se tratarán y se podrá “disponer de esos efluentes de forma adecuada y conveniente en el río, y con ello mejorará la calidad del agua en la costa”.
En la Bahía de Asunción se vienen realizando estudios de la calidad del agua desde el año 1991 y se observa que sigue la contaminación por sedimentos. “Encontramos mercurio, muchos metales pesados en el sedimento”. Esto solamente con un sistema de interceptores, que colecten los efluentes para que después sean descargados, se podrá solucionar.
En un material de investigación elaborado por Facetti y la JICA (Agencia de Cooperación Internacional del Japón), denominado “Manual Técnico para la Gestión del Saneamiento Ambiental”, la cuenca hidrográfica del Ypacaraí abarca 20 municipios, de los cuales solo Areguá, San Bernardino, Itauguá, J.A. Saldívar e Ypacaraí están íntegramente insertos dentro de la misma.
La población de estas localidades es una gran fuente contaminante con carga difusa para el recurso del lugar. En tanto que también se incluyen a las industrias ubicadas en el sitio. Así, las fuentes de contaminación más comunes son provenientes de cloacas, industrias y la difusa propiamente dicho.
“Para poder recuperar este lago se necesitan inversiones de entre 500 millones y 700 millones de dólares, pero ahí no solamente se deben tratar las aguas domésticas sino también la contaminación difusa”, que proviene de los pequeños productores que tienen ganado y el estiércol de estos, termina en las aguas.
Pero no todo requiere de inversión económica sino también de capital humano, pues en este caso lo que se debe hacer es transformar la cultura de los productores que están instalados en la zona, para que de esta forma ya no arrojen sus desechos a las aguas sino que conviertan ese estiércol en otro elemento.
Se tiene que recuperar la franja ciliar del agua, porque hay muchos sedimentos que se están descargando. Con relación a esto, el lago Ypacaraí perdió el 30% de su profundidad desde 2007, de acuerdo a estudios realizados por la Facultad de Ingeniería–UNA. Advirtió Facetti: “Si se sigue con este ritmo, vamos a tener el algo totalmente colmatado de sedimentos en los próximos años”.
La mejor solución que se puede proyectar en este caso es la recuperación de las “márgenes con vegetación, lo que no requiere mucha inversión; así, el capital se invertirá para hacer en plantas de tratamiento en hospitales, en el sector industrial y para el alcantarillado de los municipios”, dijo.