Una voz infernal que se ganó el cielo

Hace apenas dos años, Chris Cornell declaraba a la revista Rolling Stone que había perdido a un montón de amigos durante su carrera como músico. Con espíritu de sobreviviente, nombró a algunos que ya se habían ido, como Andy Wood, Kurt Cobain, Jeff Buckley entre otros, pero nadie se imaginaba por entonces que pronto él iría a reunirse con ellos.

Oriundo de la ciudad de Seattle, estado de Washington, Chris nació el 20 de julio de 1964, fruto del matrimonio compuesto por un farmacéutico y una contable. Para su desgracia, la pareja que conformaban sus padres se disolvió con un muy difícil divorcio de por medio cuando él tenía 14 años, lo cual le causó una severa depresión que lo llevó incluso a estar un año entero sin salir de su casa. Este aislamiento, sin embargo, le permitiría cambiar el piano, instrumento que llevaba tocando desde muy pequeño, por la guitarra y la batería.

Abandonados los estudios, el joven Cornell comenzó a deslumbrarse con la música de bandas como Rush, AC/DC, Sex Pistols y The Ramones, grupos cuyas canciones interpretaba junto a su primera banda: “The Jones Street Band”. Todo esto lo hacía mientras se ganaba la vida como ayudante de cocina.

Ya en 1984, Chris se encontró en medio de la escena musical de Seattle como baterista de una banda llamada The Shemps, que luego de su separación daría paso a la formación de Soundgarden, junto a Kim Thayil e Hiro Yamamoto en guitarra y bajo, y en la que originalmente Cornell hacía las veces de cantante, mientras golpeaba los palillos.

Posteriormente, sería reemplazado por Matt Cameron en esta última labor, lo que le posibilitó dedicarse en exclusivo a las labores vocales.

Tras una serie de EP's distribuidos por la mítica discográfica independiente “Sub Pop Records”, lanzaron su álbum debut, denominado “Ultramega OK” en 1988, seguido por “Louder Than Love”, al año siguiente.

Su tercer disco, llamado “Badmotorfinger”, publicado en el año de oro de la música “grunge” (1991), fue una de las primeras muestras bien claras del agresivo sonido de la banda.

El año 1994 sería el del gran salto. "Superunknown" salió a la venta y con sus himnos "Spoonman" y "Black Hole Sun" (este último impulsado por un aterrador vídeo) convertiría a Soundgarden en una de las bandas principales de la década.

Un hecho muy doloroso para Chris unos años antes había sido la muerte de su querido amigo Andy Wood, líder de una banda llamada Mother Love Bone, que mutaría y se convertiría posteriormente en la legendaria agrupación Pearl Jam. Junto al cantante de esta banda, Eddie Vedder, grabarían el único álbum del supergrupo Temple of the Dog, en homenaje a Wood.

Separados los Soundgarden en 1997 por diferencias artísticas, Cornell se dedicó a diferentes proyectos, hasta que en el 2000, el productor Rick Rubin le presentó a tres músicos de otra banda que acababa de perder a su cantante, Zack de la Rocha. Se trataba del grupo Rage Against The Machine.

Con Chris a la cabeza, acompañado de Brad Wilk a la batería, Tim Commerford al bajo y Tom Morello a la guitarra, la agrupación tomó el nombre de Audioslave y se convirtió en algo totalmente único.

En una carrera muy corta, que apenas abarcó tres álbumes de estudio, el grupo creó un sonido original y potente, innovador y a la vez clásico, con ritmos dinámicos y una guitarra totalmente fuera de lo común. Todo como un acompañamiento de lujo para la brutal voz de Cornell y sus letras existenciales.

A pesar del tremendo éxito que lograron con este nuevo supergrupo, llegando incluso a ser los primeros rockeros norteamericanos que tocaron en la Cuba de Fidel Castro en el año 2005, dos años más tarde la banda se separó, dejando una sensación de que se habían ido antes de que se los pudiese comenzar a disfrutar.

“Aún trato de entender si caí en la adicción porque era infeliz o si más bien era infeliz porque caí en la adicción”, dijo Chris Cornell en una nota al diario El País de Madrid, durante una visita de Soundgarden a España en 2012, en el marco de su gira de reunión. Y es que el alcohol y los fármacos siempre fueron los demonios contra los cuales luchó.

Chris desarrolló la primera parte de su carrera en una época en la cual la mayoría de las figuras del grunge y del rock en general tenían problemas con las drogas. Desde el mismo Kurt Cobain, de Nirvana, hasta el líder de Alice in Chains, Laney Stanley, muchos de los allegados al músico se veían afectados por este flagelo, y este no permaneció ajeno, aunque siempre trató de mantenerlo al margen de los medios de comunicación.

En 2002, sin embargo, trascendió que había ingresado a una clínica de rehabilitación debido a su drogadicción, algo que él mismo confirmaría luego.

Durante la grabación del primer álbum de Audioslave, el músico declaró que tuvo una “horrible crisis personal”, a lo que se sumó la separación de su mujer. Aseguró además que había arrastrado a sus compañeros por “un sendero de mierda”.

El apoyo de sus colegas de Audioslave fue tan fundamental en aquellos difíciles momentos, que en uno de sus primeros conciertos juntos, Chris gritó a la audiencia “estos chicos salvaron mi vida este año”.

Pese a sus problemas del pasado, lo cierto es que la rigurosidad con la cual Chris cuidaba su intimidad hacía que se sepa muy poco de su vida privada y los eventuales fantasmas que lo habrían podido estar acosando. Esto a su vez no dejaba ninguna pista acerca de un posible final trágico, como el que terminó aconteciendo. Lo único cierto es que el cantante fue hallado muerto luego de haberse ahorcado en el baño de su cuarto de hotel en Detroit, después de haberse presentado con Soundgarden.

A las pocas horas de confirmado el trágico suceso, su excompañero de Audioslave, Tom Morello, le dedicó unas emotivas líneas en su fan page de Facebook, en compañía de una foto de ambos tocando juntos: “Te amo, hermano. Fue un gran honor conocerte como amigo y compañero de banda. Tu hermosa voz estará siempre en mi corazón. Dios te bendiga a vos y a tu familia”, decía el conmovedor mensaje de despedida.