Una villana divertida

Con una creciente popularidad en México y Estados Unidos, Flor Martino disfruta del éxito de la telenovela “Amores con trampa”. La actriz paraguaya radicada en México está dispuesta a conquistar el mundo.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2061

Cargando...

En 2011 sintió que debía partir, y así lo hizo. Fanática de culebrones mexicanos como Muchachitas y Amigas y rivales, decidió dejar de ser una simple espectadora para cumplir su sueño de ser actriz en los mismos estudios de Televisa. Inmediatamente, había quedado elegida entre 8.000 personas para ingresar al Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa, desde donde empezó a generar una ascendente carrera.

A la par de iniciarse en la actuación, en nuestro país había hecho prácticamente de todo. “Voy a ser esa clase de abuelitas que le va a decir a sus nietitos; yo pude hacer todo en esta vida”, comenta. “Saliendo de la escuela trabajé en una financiera, luego trabajé en una empresa de viaje, llevaba a chicos a excursiones… fui profesora de Matemática, Física; mis alumnos se suelen reportar en las redes sociales. ¡No pueden creer dónde la profe terminó!”, apunta, entre risas.

Volviendo a México, apenas culminó sus estudios de actuación la empezaron a convocar para diferentes proyectos: Amores verdaderos, Cachito de cielo, Corazón indomable, La mujer del vendaval, Mentir para vivir y Libre para amarte. Pero el personaje más importante, hasta ahora, llegó de la mano de Amores con trampa, de la mano del productor Emilio Larrosa y con figuras como Itatí Cantoral y Ernesto Laguardia. En la telecomedia, Flor interpretó a Francis, una villana juvenil bastante particular. “Lo que me encantó de Francis es que ella es una villana, pero no puedes odiar porque es cómica, es muy simpática. Y para los que no saben, yo amo la comedia, entonces me encantó hacer este personaje porque lleva en sí muchas situaciones cómicas que no la hacen quedar como tan, tan mala. Por lo tanto, la gente en las calles sí hay gente que te odia, pero hay gente que no”, comenta.

-¿Sentís que la gente terminó amando al personaje?

-Sí, porque la gente en la calle lo que más me decía era: ‘Ay, ¡cómo me haces reír! ¡Ay, qué simpática!’, entonces para mí eso es… ¡wow, un súper halago! Porque yo siempre dije que lo que yo quería al ser actriz era tocar corazones y hacer que la gente o llore o ría con mi trabajo, que son –creo- las cosas más difíciles de lograr en esto de la actuación.

-En la anterior telenovela, Libre para amarte, habías interpretado a “la chica sexy”…

-Hice un papel muy diferente en la anterior novela, que era la chica sexy, efectivamente, entonces este personaje de Francis me dio la oportunidad de hacer algo totalmente diferente: demostrar que soy multifacética, que puedo dar otras cosas y no solamente una cara o un cuerpo bonito; que puedo hacer un sinfín de cosas, porque a este personaje le atropellaron coches, se tiró de las montañas, hubo guerra de lodos, animales… pegó y le pegaban… bueno, todo. Te lo juro que este personaje me dio la oportunidad de hacer de todo.

-Mucha gente no sabe lo difícil de llegar a un mercado de Televisa, hay una serie de cástings, mucha competencia. El acento (mexicano) también es una exigencia…

-Lo que muchos no saben es que por detrás hay mucho trabajo. Obviamente desde el año 1, que llegue allá, me pusieron profesores de acentos. Te hacen mucho trabajo de cabeza y te dicen que es fácil: que allá, si no hablas así, no trabajas, y que significa hablar así, que también en el diario los productores te escuchen en el pasillo hablando así, que tú ya adaptes a ti la forma de hablar, etcétera, etcétera. Porque no es lo mismo hacer que hablo como mexicana a, en realidad, ya sentirlo. Y te salen mucho más fáciles las escenas, ya no piensas en el acento, nada más en la escena, en cómo lo voy a decir, en el sentimiento.

-¿Cómo son las reacciones con el público de México? Salir a las calles y que te reconozcan…

-Sí, fíjate que es curioso y muy simpático porque de verdad nunca pensé que un extranjero me pediría un autógrafo… me sorprende mucho. Siempre, de hecho, hay muy buenos fanes que te esperan -te lo juro- todos los días en la puerta de Televisa. Están en la puerta parados esperando que salgas, y te llevan regalitos, fotos, playeras, remeras, te admiran, te siguen, envían cartas, todo. Otra cosa que me impactó mucho fue en EE.UU. Tuve la oportunidad de ir y no sabía que allá la novela es un ‘boom’. ¡Nunca en mi vida firmé tantos autógrafos y me reconocieron tanto como en EE.UU.! Y a mis compañeros les pasó lo mismo, y comentábamos: ¡no puede ser!

-De ahora en adelante, ¿qué le espera a tu carrera? ¿Cuáles son los próximos pasos y sueños?

-Siempre digo que mi sueño es ser feliz, porque eso engloba todo, y que el cielo es el límite para mí. Tengo muchos proyectos, muchas cosas en la cabeza y platicadas. Tengo que volver allá, ver qué me conviene, qué se concreta. No me gusta decir nada hasta que tenga los papeles firmados… El mundo de la televisión es así: hoy día te dicen algo, mañana otra cosa. Pero no se preocupen que va a haber Flor para más. Eso sí les puedo decir.

@jorgecoronel

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...