Una reinserción con dignidad

La primera Asociación de Exinternos formada hace unos tres meses atrás, emprende un significativo proyecto en pos de la reinserción de personas que recuperaron su libertad, anteponiendo el derecho a un trabajo digno y derribando el muro del rechazo.

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De acuerdo a estadísticas gubernamentales, en nuestro país existe más del 70% de reincidencia delictiva. Indicador de que actualmente está lejos de revertirse por diversas causas, principalmente las condiciones infrahumanas de encierro y la falta de políticas para lograr la tan ansiada reinserción social real, para quien pagó su deuda con la Justicia.

En medio de ese porcentaje altamente desfavorable, hace aproximadamente tres años atrás un grupo de internos emprendió los primeros pasos para lo que hoy se convierte en la primera asociación de exinternos del país con personería jurídica, local propio y estructura administrativa, denominada “Exi Con Dignidad”, integrada por unas 190 personas y presidida actualmente por el abogado Dante Freire.

La asociación se enfoca principalmente en la reinserción laboral, a través de un programa pospenitenciario interdisciplinario que inicia incluso antes de que el interno recupere su libertad. El programa consiste en la capacitación para elaborar un currículum vitae, pautas para una entrevista laboral y la inclusión en una base de datos para el acceso a un empleo formal, mediante alianzas estratégicas con referentes del sector privado, como la Unión Industrial Paraguaya, la Asociación Rural del Paraguay, la Cámara Paraguaya de Supermercados, entre otros.

“Recibimos una recomendación de las instituciones que trabajan muros para dentro, mayormente de Tacumbú y Buen Pastor unos seis meses antes que recuperen su libertad, de esta manera conocemos sus antecedentes, las capacidades adquiridas dentro de la penitenciaría, luego llena una planilla que lo afilia a la asociación y a partir de ahí comienza la capacitación”.

El abogado destacó la implementación del programa, partiendo de dos ejemplos, uno de ellos, el de un joven que entró a trabajar en un hospital de élite a nivel local y otra chica que esta trabajando en una empresa asociada a la UIP, con un salario por arriba del mínimo, seguro médico y bonificaciones extras por metas alcanzadas, “esto les hace sentir útil a la sociedad y representa una nueva oportunidad de recomponer su vida tras un encierro de forma digna”, dijo.

Freire relató que este aspecto fue el más difícil al momento de confeccionar los estatutos de la asociación, puesto a que se excluyó de la lista a personas procesadas por abuso sexual, narcotráfico y violencia intrafamiliar, “no pasa por una cuestión de discriminación, sino porque estas personas necesitan otro tipo de ayuda”.

Lo mismo ocurre con quienes cayeron en la adicción a las drogas, durante su periodo de encierro, “no tenemos centros especializados para tratar adicciones, los menonitas tienen uno pero su costo es muy elevado, hoy lamentablemente no podemos recibir a un adicto”, lamentó.

“También hay que tener en cuenta que el empresario exigente que pagó su impuesto, y está al día, es sacrificado, y no podemos ser irresponsables en presentar una carpeta de un adicto a las drogas, por ello cuidamos todos los detalles”.

El seguimiento a cada caso es uno de los aspectos fundamentales del programa, debido a que en muchos de ellos, un reo que cumple con su condena choca con la realidad, el rechazo de la sociedad en general para quienes alguna vez estuvieron encarcelados.

“Muchos de los que salen no tiene noción, otros directamente tienen miedo de presentarse, porque en el sistema penitenciario actual, un interno recupera la libertad con el autoestima por el suelo, si bien tienen una formación en oficios y hasta religiosa, un mes pueden aguantar tranquilos, al segundo mes se quedan sin plata, busca empleo y es rechazado, entonces vuelve a la calle y en el siguiente paso vuelve a la cárcel” expresó.

Por estos factores, la incipiente nucleación antepone la seriedad como su principal atributo y en lo posible no dejar ni un detalle al azar, de tal forma a alcanzar el objetivo primario de reinserción laboral, no obstante el abogado reconoció que para ello se requiere un mayor involucramiento tanto del Estado, como del sector privado y mismo de la sociedad civil para los objetivos a largo plazo.

 

Además de los ejemplos anteriormente mencionados, la asociación experimentó significativos avances, mediante el apoyo de diversas instituciones. El pasado domingo se realizó la primera jornada solidaria a cargo de sus miembros, una comilona con la cual se juntaron capital  para la construcción de un taller en el local en el que piensan ayudar a sus asociados.

A esto se suma la donación de una máquina industrial para coser cuero, donada por la Cámara Paraguaya de Supermercados, y la realización de consultorías para acceso al empleo, a cargo de empresas especialistas en capacitación en Recursos Humanos, "en poco tiempo estamos logrando resultados satisfactorios", afirman.

No obstante “Exi Con Dignidad” se trazó una meta mucho más abarcante, pasar de la figura de asociación privada, a la del patronato de liberados, establecido en el Código de Ejecución penal, con el fin de desarrollar el primer programa integral postpenitenciario en el país, para ello es fundamental el trabajo mancomunado entre todos los actores de la sociedad.

“Dicha ley establece que asociaciones privadas trabajen en sintonía con el Ministerio de Justicia, sector empresarial, sociedad civil, religiosa, organizaciones no gubernamentales y otras dependencias del Estado, por medio de una unión con la cual se reciba a una persona y se le brinde un seguimiento laboral, también con tratamiento, ya que un exreo debe recomponer los lazos familiares, reinsertarse en el círculo laboral y que se mantenga como ciudadano de bien, evitándose la reincidencia”

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