Una enemiga silenciosa y peligrosa

Existe una enfermedad silenciosa y peligrosa llamada hipertensión, que no presenta síntomas, solamente complicaciones. Muchas personas en nuestro país la padecen y requieren de muchos cuidados.

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Para que podamos comprender mejor el tema de la hipertensión, primeramente necesitamos definir qué es la presión. Para ello conversamos con el Dr. José Mayans, exministro de Salud Pública.

La presión o tensión arterial “es la fuerza con la que el corazón debe actuar o debe impulsar la sangre a través de las arterias, para vencer la resistencia de las mismas de manera a que la columna sanguínea pueda recorrer todo el organismo”, comenzó diciendo el galeno.

Con esa fuerza, la sangre recorre llevando oxígeno a todo el organismo. Por lo general, esta puede ser medida con un aparato llamado tensiómetro. Este instrumento puede ser el de brazalete con el manguito de presión, o bien, el digital.


La presión se puede tomar de dos maneras: la primera se da en la contracción que experimentan el corazón y las arterias al momento de impulsar la sangre. “Ahí da un primer ruido, vamos a decir, que marca la presión sistólica o máxima”, aclaró el galeno.

La segunda medición, cuando hay una pausa entre dos latidos cardíacos, es decir, cuando el corazón se dilata -médicamente hablando, entra en diástole-, y en este momento se puede marcar la presión mínima o “presión diastólica”.

El Dr. Mayans explicó el procedimiento que se sigue y se da escuchando con un estetoscopio colocado sobre la arteria en la que se interrumpió la circulación con el mango de presión. “Cuando se escucha ruido es la presión máxima y cuando se deja de escuchar es la mínima”, añadió.

“Esa presión normalmente, en una persona de edad mediana, tiene que ser como promedio 120/80 milímetros de mercurio, de ahí para abajo, 110/70, y de ahí para arriba, se puede permitir hasta 130/90. Una vez que pase de esto ya se está hablando de hipertensión”, explicó el Dr. José Mayans.

La hipertensión se puede dar de varias formas: la primera es cuando la tensión supera la presión máxima y la segunda, cuando supera la mínima, o bien, pude superar ambas al mismo tiempo. Pero una persona que tiene una presión de 130/90 está experimentando un cuadro prehipertensivo.

Este puede ir acentuándose en dos tipos: presión de grado 1 es cuando la persona tiene una presión de 150/120, y sobrepasando 180/130 ya entra en el rango de presión de grado 2, considerada la más grave, ya que existe ahí un cuadro de hipertensión grave.

“La hipertensión es conocida como la asesina silenciosa, porque solamente se la descubre, la mayoría de las veces, ya por algunas de las complicaciones, ya sean cardíacas, cerebrales o renales”, señaló el exministro de Salud.

Esta enfermedad por lo general no presenta síntomas, pero las señales más comunes en una persona que la padece son: dolores de cabeza o cefaleas, que son las molestias en la cabeza, con sensación de pesadez y tensión hacia un lado.

Así también, los dolores corporales, los mareos y, en casos de más gravedad, el sangrado. Por esto es la denominada asesina silenciosa, ya que al no presentar síntomas pasa desapercibida y solo se la descubre a través de las complicaciones que presenta.

“En el Paraguay, 4 de cada 10 personas son hipertensas y casi la mitad de ellas no saben que son hipertensas. En el país tenemos 2.500.000 personas con hipertensión y lo más peligroso es que no se dan cuenta y no conocen que son hipertensos, solamente cuando tienen alguna complicación”, señaló el Dr. José Mayans.

“Las causas de la hipertensión, el 90 ó 95 por ciento, son primarias o esenciales, es decir, cuyo origen no se conoce, y solamente 5 ó 10 por ciento son las hipertensiones secundarias, debido a otras enfermedades que pueden causar hipertensión”, señaló el especialista de la salud.

Estas dolencias que pueden derivar en hipertensión pueden ser: las cardíacas, de las arterias, por ejemplo un bloqueo. Así también, forman parte el hipertiroidismo, la hiperfunción de la corteza suprarrenal, problemas hormonales y el consumo de anticonceptivos.

Varias manifestaciones más como la apnea del sueño, dolencias de la aorta. Pero no solo ahí radica la problemática, ya que las enfermedades psicológicas o psicógenas también tienen participación.

El consumo de sal por parte de personas que sufren de hipertensión es un factor grave. El consumo normal de sal en la alimentación diaria en el organismo “no tiene que pasar de 6 gramos, esto corresponde a 3.4 de cloruro de sodio (NaCl), es menos que una cucharita”, mencionó el Dr. Mayans.

Pero no solamente la sal es un elemento que puede empeorar la situación hipertensiva de las personas, sino que la forma de alimentación en sí juega un papel importante. Aquí entran tanto las comidas como las bebidas, principalmente las gaseosas.

“La obesidad, el consumo de alcohol, los antecedentes genéticos que pueden decir mucho, las situaciones de estrés, el consumo de tabaco, los malos hábitos higiénico-dietéticos, la alimentación rica no solamente en sal, sino en azúcar, café, grasa, inclusive las bebidas carbonatadas”, estos y muchos otros son los factores de riesgo en la hipertensión, según citó el médico.

La edad avanzada de una persona también juega un papel importante en cuanto a la presencia de la hipertensión, “ya que con la edad los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos por la presencia de colágeno”. Este hecho demanda más trabajo al corazón al momento de bombear la sangre.

Dentro de esta relación entre edad y trabajo del corazón, los órganos que se ven afectados son los del sistema nervioso, las arterias, los riñones y el corazón.

Entonces, cuando la persona padece de hipertensión corre el riesgo de sufrir infarto y derrame cerebral. Para este último, explicó el doctor, “si te sangra la nariz, bien, porque sale la sangre sin problema; pero si te sangra dentro del cerebro, ahí tenes el derrame, se rompe una arteria por la presión o se rompe un aneurisma”.

Como los síntomas de esta “enfermedad silenciosa”, como ya dijimos, son a veces ambiguos, como los dolores de cabeza, mareos y cefaleas, “hay que controlarse la presión arterial, siempre, por lo menos dos o tres veces al año, inclusive las criaturas”, exhortó Mayans.

Más aún durante la época veraniega, en la que vamos ingresando, ya que las temperaturas fácilmente superan los 35ºC, y durante este periodo es imprescindible cuidar la hidratación, ya que con el calor se pierde mucho líquido.

Otros cuidados a tener en cuenta son: bajar de peso, hacer ejercicios, mantener una dieta a base de frutas, verduras, vegetales, lácteos y libre de grasa. Se recomienda también limitar el consumo de alcohol y principalmente el cloruro de sodio (sal).

“Hay que aumentar la ingesta de potasio, de calcio y de magnesio. Ni cigarrillo ni cafeína. Hay que disminuir las grasas saturadas y el colesterol”, recomendó el médico. Las grasas saturadas son aquellas que derivan de animales.

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