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Llegar a los 100 años constituye siempre un gran motivo de festejo para los familiares de la persona que los cumple. En el caso de la señora Celina González, quien el 2 de julio cumplió su centenario, es precisamente el cariño de esa familia lo que la motiva a seguir teniendo la fortaleza de espíritu y prolongar su vida, según el testimonio de su única hija mujer, María Emilia.
“Los sábados y domingos nos reunimos en su casa y merendamos una torta marmolada, que es una receta de ella que yo preparo, con el café con leche. Eso es lo que a ella le ayuda a vivir tantos años con el cariño de sus hijos. Ella está en primer lugar para nosotros y ella lo siente y eso la alienta a seguir”, cuenta la hija con un dejo de orgullo en su voz.
Y es que doña Celina supo inculcar a sus cuatro hijos valores que hoy día hace que sean personas de bien y realizadas, como la laboriosidad, la honestidad, la generosidad y la fortaleza. A sus 100 años, la valiente mujer permanece metódica y disciplinada, según el relato de su hija: se levanta puntualmente a las 05:00 y duerme temprano, con la ayuda incansable de Águeda Pesoa, la mujer que la acompaña todos los días.
Incluso el valor de la fe, ya que mantiene la costumbre de rezar el rosario todos los días. “Reza por cada uno de sus hijos y por cada nieto. Va citando a cada miembro de su familia durante sus oraciones. Siempre está pendiente de los demás”, relata.
Doña Celina Isabel González Vda. de Recalde nació el 2 de julio de 1915 en Ayolas. Sus padres fueron doña Dolores Epifania Blanco y don Pedro Antonio González. Proviene de una familia de 10 hermanos y es la única que sobrevive.
Su infancia y juventud pasó en la Ciudad de Pedro Juan Caballero. Desde pequeña se caracterizó por ser una persona aplicada, dedicada y colaboradora con todos sus hermanos, a los que siempre les recuerda como si estuvieran con ella. “También tuvo mucho cariño a todos sus hermanos y hasta hace poco, cuando dos de sus hermanas aún vivían, ella les enviaba el dinero de la jubilación dejado por su marido porque se preocupaba por ellas”, recuerda María Emilia.
Estudió corte y confección, obteniendo la profesión de modista y con su trabajo aplicado se ganó la amistad y el reconocimiento de toda la sociedad pedrojuanina e incluso de ciudadanos de la vecina ciudad fronteriza de Ponta Porä (Brasil).
Contrajo matrimonio el 8 de febrero de 1951 con el Cnel. Ramón Recalde Cardozo. Tuvieron cuatro hijos: Carlos Alberto (63), Roberto Ramón (62), Rigoberto Antonio (59) y María Emilia (57), 16 nietos y tres bisnietos: Sofía Guadalupe (4), Rafael (3) y Julieta (2). Hace 15 años enviudó, por lo que su hija decidió traerla a vivir en una casa cercana a la suya en el barrio Villamorra.
En el día de su cumpleaños, el pasado jueves, tanto hijos, nietos como bisnietos y allegados se hicieron presentes para agasajarla, excepto uno de sus hijos que se encuentra en República Dominicana por motivos laborales. “Habló por teléfono y se le notaba muy emocionado porque lastimosamente no pudo llegar para el cumpleaños”, relata María Emilia. Además, este domingo, los hijos preparan una gran fiesta, de la que participarán parientes y amigos de doña Celina.