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Hasta el momento, el sistema ha sido rescatar a los animales, desparasitarlos, y atenderlos en la veterinaria Dog Show, que está ubicada en Fernando de la Mora. Luego, van a algunas casas temporales, o bien quedan en la veterinaria. Sin embargo, la necesidad aún persiste, por lo que se vieron obligados a iniciar el montaje de un refugio.
Adriana Moreira Páez, una de las voluntarias, cuenta que mediante donaciones, consiguieron un tinglado en la ciudad de Mariano Roque Alonso. Todavía se necesitan tejidos resistentes, puntales, madera, comida para cachorros, y artículos de limpieza, por lo que piden ayuda de la ciudadanía.
El refugio tendrá capacidad para mantener a entre 60 y 70 animales al mismo tiempo, por lo que es necesario encontrar personas de buena voluntad y amantes de los animales que quieran adoptar a los perros y gatos rescatados.
Sin embargo, de los 135 rescates que se hicieron hasta ahora, solamente cinco fueron adoptados por familias. “Hay poquísimas adopciones, queremos promover esto”, manifestó Adriana.
Todos los voluntarios hacen este trabajo por amor a los animales, pero es una realidad innegable que todas estas actividades son inseguras para los mismos rescatistas.
Ya que el Estado está asistiendo a los mismos damnificados, piden que por lo menos garanticen la seguridad de los mismos durante los rescates. Por ejemplo, hay zonas en el barrio Tablada que están totalmente cubiertas por agua pero que siguen teniendo energía eléctrica. Inclusive, hay columnas de la ANDE que tienen electricidad, comentó una de las rescatistas.
Cada rescate de los animales es una aventura. No siempre tiene un final feliz, desafortunadamente. “Hay animales, perros y gatos, que murieron en nuestras manos. Algunos son rescatados luego de días sin comer, con heridas. Algunos vomitan sangre por toda la inmundicia que tragaron estando en las aguas”, contó.
Sin embargo, aquellos finales felices animan a los rescatistas a seguir trabajando por los animales. Esta semana se ganó el corazón de todos los miembros del grupo RI un perro, ya viejo, de unos 50 kilos. El animal fue encontrado casi por casualidad bajo un montón de madera y entre las aguas sin poder moverse. Esta vez, llegaron a tiempo.
“Nina” es otra de las perritas rescatadas de las aguas. Si historia fue una de las primeras dadas a conocer por el grupo, y que conmovió a más de uno. Hoy, ya se recuperó completamente, pero fue devuelta a sus dueños, quienes la reclamaron al ver que se encontraba bien.
La necesidad principal, además de todos los insumos para armar el refugio, son los voluntarios. El grupo sale diariamente a las zonas inundadas, y las personas pueden acoplarse de acuerdo a su disponibilidad de tiempo.
El grupo liderado por Adriana trabaja en el barrio Tablada y el contacto para donaciones o voluntariado (que sean mayores de edad, por cuestiones de seguridad) es el (0981) 665-388. También se difunden importantes noticias a través de la red social Facebook, en la fanpage: Grupo Rescate Inundación.