La riqueza de Paraguay: su agua

La escasez de agua dulce, que representa solo el 2,53% de toda el agua en el mundo, se hace sentir paulatinamente a nivel global mientras el Paraguay –uno de los países más ricos en este sentido– la falta de conciencia puede poner en peligro este tesoro.

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Una impactante imagen del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) revela la limitada cantidad de agua que existe en el mundo en comparación con el volumen terrestre.

La sobreexplotación de este recurso genera cierta inquietud en varias regiones del globo mientras a nivel local, el problema –que afortunadamente aún no llega en toda su dimensión– es abordado sin la preocupación necesaria.

En años anteriores, se enseñaba en las escuelas que el líquido vital era un recurso renovable, a través de un ciclo mediante el cual las lluvias ayudaban a recargar las fuentes de agua. Sin embargo, ante el exponencial aumento de la demanda, surge el concepto del agua como “recurso no renovable”.

La capacidad de recarga natural se ve “avasallada” por el uso irracional por parte del sector productivo.

“Nos han enseñado en la escuela todo eso pero en la realidad muchas veces no se aplica, sobre todo cuando se trata de aguas subterráneas”, manifiesta el Ing. José Silvero, Director de Hidrogeología de la Secretaría del Ambiente (Seam).

Paraguay se ubica entre los países con mayor riqueza hídrica a nivel mundial, con una disponibilidad de agua de 60.000 m3/año, según datos de la UNESCO-PHI, Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe.

“Paraguay es un país donde existe exceso de agua de lluvia (forma en que se recargan las fuentes de agua). Lo que tenemos que aprender en el Paraguay es a manejar el agua”, explica.

Señala que para aprovechar mejor el recurso y hacer frente a los cambios climáticos que generan largos periodos de sequía y exceso de precipitaciones en ciertos sectores, “hay que aprender a cosechar el agua”.

Por ejemplo, la ciudadanía debe aprender a construir reservorios, como hacen en el Chaco, agrega.

Silvero señala que lejos de la escasez de agua, en el Paraguay el problema es la abundancia.

“La falta de conciencia es un factor importante. Cuando más fácil acceso al agua, menos conciencia hay para cuidarla”, manifiesta.

Lamenta que la contaminación de los recursos hídricos sea una constante en un país tan rico.

Un ejemplo claro es el acuífero Patiño, que abastece de agua a Central, Cordillera, Paraguarí y Asunción.

“Ocurre que el acuífero Patiño es en parte renovable por las lluvias, pero el problema son los vertederos mal ubicados, la contaminación que llega a la aguas por las precipitaciones, las cámaras sépticas mal construidas”, explica.

El 70% de los pozos que se abastecen del acuífero presenta colonias de bacterias coliformes, lo que confirma el estado de vulnerabilidad de la fuente de agua frente a los agentes contaminantes, señala un informe del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa).

Con respecto al acuífero Guaraní, que se extiende a lo largo de las capas subterráneas de Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay, Silvero menciona que no existe actualmente un peligro considerable.

“Pueden haber casos puntuales de contaminación por fertilizantes. Pero digamos que todavía no estamos en una situación grave”, insiste.

Se trata de una fuente de agua subterránea prácticamente no explotada en el país, explica.

El funcionario de la Seam indica que, aunque se encuentra vigente la Ley Nº 3.239, aprobada en el 2007, aún hay varios puntos que deben reglamentarse para dar cobertura total a este tesoro invaluable.

Finalmente señala que –aún si se adoptasen leyes más rígidas– la clave para conservar esta riqueza radica en la conciencia de la ciudadanía en general.

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