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A punto de cumplir los 25 años, Axel Bachmann es considerado el mejor ajedrecista paraguayo de la actualidad y es el compatriota más joven en haber alcanzo el grado de Gran Maestro, un título que en nuestro país poseen apenas otras tres personas.
Y pensar que todo comenzó como consecuencia de la curiosidad de un niño.
En la casa de la familia Bachmann Schiavelo en el Área 1 de Ciudad del Este, los dos hijos mayores solían compartir algunos momentos con su papá aprendiendo un nuevo pasatiempo: el ajedrez. Axel tenía en aquel entonces 4 o 5 años.
El más pequeño de los hijos varones era un niño hiperactivo, extremadamente curioso; por lo que apenas vio que sus hermanos tenían un nuevo pasatiempo quiso sumarse también cuanto antes. Ante su incansable insistencia, decidieron incluirle en la actividad.
Desde entonces, nunca más lo pudieron sacar de su tablero. No pasó mucho tiempo antes de que formara parte de su primer torneo en algún club local en su querida Ciudad del Este, si bien no recuerda cuál específicamente. No es para menos, es que han pasado ya dos décadas y las competencias se han sucedido una tras otra. Así que recordarlas todas es una misión casi imposible.
Pese a que alternaba su amor y entrega al ajedrez con la pasión por el fútbol, Axel se mantuvo siempre ligado de alguna manera al deporte ciencia. El interés encontró un puntal importante en la escuela de ajedrez que en aquel entonces funcionaba en el club social del Área 1, donde compartía con otros niños de diferentes edades.
Un año después de su primera competencia local, el pequeño Axel ya participó de su primer torneo internacional, un Panamericano que tuvo lugar en la ciudad de Blumenau, en el estado de Santa Catarina de Brasil. “Si no fui el último, habré sido el penúltimo”, recuerda entre risas mientras conversa con ABC Color. La experiencia no fue para nada grata en las primeras oportunidades. “Hubo muchas más derrotas que triunfos”, agrega.
Pero Axel nunca se permitió decaer y siguió insistiendo pese a las malas experiencias iniciales. Él “culpa” a una cuestión casi genética que lo empuja a ser extremadamente competitivo en todo lo que hace y que hasta en el fútbol habitual con los amigos le hace querer ganar siempre, más allá de que se trate de apenas una diversión ocasional.
“Al saber que alguien es mejor que yo, yo quiero volverme mejor que esa persona. Si me meto en algo quiero hacerlo bien. En el ajedrez siempre está ese desafío, siempre vas a encontrar alguien que juegue mejor que vos; eso me motiva a seguir mejorando y llegar a ser el mejor en algún momento”, asevera.
Con 14 años llegaría su primer título importante, un Campeonato Nacional Absoluto. Pocos meses después conseguiría su primer título panamericano, justo en un año en el que había pensado no volver a presentarse pues llevaba ocho o nueve ediciones consecutivas participando sin poder lograr medalla alguna; cuando por fin alcanzó la presea, se llevó la de oro.
Al año siguiente, a Axel le llegaría una oferta de beca para ir a estudiar a Estados Unidos. Una universidad norteamericana le ofrecía pagarle todo, estudios, departamento, lo único que pedían era que jugara ajedrez en dos o tres torneos anuales representando a la casa de estudios.
Mientras permaneció en territorio estadounidense, Bachmann se concentró en su carrera (Comercio Exterior) y si bien seguía participando de algunos torneos y otras actividades, aunque no en un alto nivel competitivo lo que de hecho repercutió en su nivel.
Tras cinco años en el exterior, Axel volvió a Paraguay en 2012. Si bien seguía enamorado del ajedrez, durante algunos meses decidió centrarse en conseguir un trabajo en la carrera que había estudiado; estaba en medio de una relación y quería algo que fuera más estable y que no implicara tantos viajes constantes.
Permaneció un tiempo en la empresa, hasta que una idea comenzó a darle vueltas en la cabeza. “Si no me arriesgo ahora y veo hasta dónde puedo llegar ¿Cuándo lo voy a hacer?”, se cuestionaba y decidió volver a meterse en el alto nivel competitivo.
Desde entonces, nada lo pudo detener. Axel fue escalando niveles a lo largo de sus dos décadas con el ajedrez, fue Maestro Fide, Maestro Internacional y se convirtió en el Gran Maestro paraguayo más joven y el mejor ajedrecista paraguayo de la actualidad. Todo ello, en apenas dos años de haber regresado a la alta competencia. “Avancé muchísimo más de lo que esperaba y llegué a un lugar donde nunca antes había llegado”, expresa.
A corta edad y con una ya dilatada carrera, el ajedrecista cosechó ya unos 40 ó 50 títulos además de otras distinciones, una de las últimas la que le otorgó la Secretaría Nacional de la Juventud como Joven Destacado. Uno de sus últimos fue el que alcanzó meses atrás en el Campeonato Iberoamericano que tuvo lugar en Linares.
Más allá de lo deportivo, Axel destaca que el ajedrez le dio oportunidades que quizás no hubiera tenido nunca si no fuera por el deporte ciencia. “Me llevó a conocer casi 30 países en el mundo, cosa que no hubiera hecho si no fuera por el ajedrez. Conocí muchísima gente, muchísimos amigos dentro y fuera del ajedrez. También me dio la posibilidad de estudiar en el exterior que difícilmente también hubiera podido", puntualiza.
El Gran Maestro afirma que le parece interesante que existan proyectos que pretendan incluir al ajedrez en la malla curricular de las escuelas. “Por los valores que transmite ajedrez, como deporte mental, sería buenísimo. Realmente no hay un lugar o club, hay algunos clubes pero no son muy populares, por lo que ¿qué mejor manera de introducir que a través de la escuela?”, señala.
Bachmann asegura que el ajedrez podría enseñar a los niños a pensar por sí mismos, a razona y a ganar en autoestima. Sin embargo advierte “la idea en sí es muy buena, pero se falló en un paso previo” que es la capacitación de quienes deberían entrar en las escuelas a enseñar ajedrez. “Lo único que va a hacer es daño porque si el maestro no llega bien a los chicos, lo único que va a hacer es que los chicos le tengan un miedo o terror al ajedrez”, apunta.
Destaca que el ajedrez en Paraguay está pasando un momento histórico pues cuenta con mucho apoyo, crecimiento, jóvenes talentos y futuros valores. “Cada vez hay más torneos, comparado con lo que era antes. Pero si te ponés a comparar con otros países, todavía nos falta un montón”, reconoce.
“Estamos en el camino correcto. Hay apoyo que antes no existía, pero todavía falta mucho. Hay muchos chicos que tienen talento pero carecen de apoyo, se quedan estancados y se frustran; esto pasa no solo en el ajedrez sino también en otros deportes”, sentencia.