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“Me acuerdo perfectamente de cómo fue y el dolor fuerte que sentí. Me adelanté a un vehículo a punto de llegar a una esquina y de la otra dirección venía otro que no pudo frenar y me llevó por delante. Fui a parar por otro auto que estaba estacionado. Me acuerdo de todo, pude ver mi cuerpo partido en dos y en ese momento todavía lo sentía, pero ahora ya no”, es el desgarrador testimonio de M.V.T., joven que hoy tiene 22 años.
El motivo por el que recuerda todo con lujo de detalles y por el que no perdió la vida es que llevaba el casco protector, según lo admite. “Eso me salvó la vida. Y por eso, le digo a todos que usen el casco, yo sé que a veces molesta porque hace calor o cosas así, pero eso puede marcar la diferencia. No tomen, no manejen a velocidad exagerada”, agrega.
Él es uno de lo 62.000 lesionados (2017) en accidentes de tránsito y que quedaron con secuelas graves (unos 300 anualmente,) ya que no puede mover miembros inferiores y quizás no podrá hacerlo nunca más. Según datos, la mayoría son jóvenes que quedan discapacitados en plena edad productiva.
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Al año son 1.200 los muertos en siniestros de tránsito a nivel país. De ellos, el 50% son motociclistas. Hasta el Hospital de Trauma llegan anualmente unos 13.000 lesionados en motos, de los cuales al menos 2.000 tienen traumatismo craneoencefálico. “Aquellos que no tienen la suerte de morir, quedan con secuelas. Esto es, una persona que está en una cama no puede moverse, se llena de escaras y se muere infectada a los seis meses porque en sus casas no tienen la infraestructura para cuidar pacientes con esas características”, comentó el extitular de dicho centro asistencial, Dr. Aníbal Filártiga al respecto. Entre 80 y 100 pacientes son los que quedan cada año en estas condiciones tras salir de alta.
Un nuevo estudio, divulgado en estos días por el Touring y Automóvil Club Paraguayo, da cuenta de que esta realidad no se da sólo a nivel nacional, sino también regional. El análisis que fue realizado, además de Paraguay, en Argentina, Bolivia, Uruguay y Colombia, revela que más del 30% de los motociclistas de dichos países no utiliza el casco correctamente.
“Esto significa que lo llevan por el codo, como visera, suelto, golpeado o sujetado atrás. La mayoría lo lleva por el brazo”, señala Wilfrido Giménez, jefe de Educación y Seguridad Vial del Touring, respecto a los motociclistas paraguayos, ya que nuestro país es el que tiene el más alto índice del mal uso del casco entre los seis países que se tomaron como referencia, con un 34,5%. En el caso de Paraguay fueron analizados 3.800 motociclistas.
“Otro índice alto con relación a los otros países es el no uso de ropa reflectiva. La legislación obliga al motociclista usar el chaleco reflectivo en rutas nacionales e internacionales”, recuerda, haciendo alusión a la Ley Nº 5016 “Nacional de Tránsito y Seguridad Vial”.
Un dato que destaca Giménez es que Paraguay tiene la particularidad de que el 100% de los motociclistas manejan de manera empírica, “porque no existe una sola escuela de conducción de motocicletas en nuestro país que esté habilitada. La gente aprende a manejar por cuenta propia, a través de amigos, padres o mirando. No hay ninguna escuela registrada ni habilitada para la enseñanza de la conducción responsable de la motocicleta”, puntualiza.
En el caso paraguayo sólo existe una suerte de “familiarización” que hacen las empresas que venden la motocicleta. “En el marco de su programa de responsabilidad social, les adiestran a los que compran la moto, lo que es más familiarización que una escuela de conducción”, apunta.
Según señala, el estudio arrojó que las infracciones más cometidas por motociclistas paraguayos son la circulación entre carriles. “Las motocicletas son un vehículo más, por lo tanto los motociclistas deben ir dentro de los carriles, y no de forma zig zag”, explica. Otras faltas frecuentes son el adelantamiento por la derecha y la circulación por veredas.
La ley con vigencia actual y que regula este tipo de infracciones es la 5016/14 y habla sobre las motocicletas en los siguientes artículos:
Artículo 75.- Circulación por las aceras. Queda prohibida la circulación de ciclomotores, motocicletas, triciclones, cuatriciclones y motocargas por las aceras y paseos públicos destinados exclusivamente a los peatones.
Artículo 76.- Uso obligatorio de casco y chaleco reflectivo. Los ocupantes de ciclomotores, motocicletas, triciclones, cuatriciclones y motocargas, deberán llevar puesto el casco reglamentario y normalizado que cubra toda la cabeza, con excepción del rostro. El casco deberá contar con material reflectivo y el número de matrícula de la motocicleta grabado en la parte externa inferior. Además, deberá estar debidamente sujeto por la cinta de retención o barbijo abrochado.
Según datos brindados por la Patrulla Caminera, en el caso de las multas en sí, circular sin casco significa una multa de G. 893.772 y el mismo monto es para quienes no utilizan el chaleco reflectivo.
Por pasar el límite de velocidad máxima, existen tres niveles de multas: entre 11 a 20 km/h: G. 325.008; entre 21 a 30 km/h: G. 568.764; y entre 31 km/h y más G. 812.520.
Circular por las veredas es pasible de una multa de G. 406.260, considerando que dichos espacios son exclusivos para la circulación de peatones.
El adelantamiento por la derecha se multa con G. 812.520 y la circulación entre carriles se sanciona con G. 325.008.
Para Giménez, aún falta mucho compromiso de las autoridades para que los conductores tomen conciencia.
Como principal punto a tomar en cuenta señala “la emisión de la licencia que se hace con requisitos muy someros, sólo con un examen teórico, siendo que la ley obliga a hacer un examen para determinar la aptitud del conductor, que comprende una prueba teórica, una prueba práctica y un test psicofísico. También se debe considerar que la licencia debe ser otorgada de acuerdo a las cilindradas y nuestra ley no contempla eso”.
Recordó que ante las altas cifras de muertes en los últimos años, además de la gran cantidad de lesionados y que quedan con secuelas graves, la única alternativa es seguir insistiendo en la necesidad de utilizar el casco protector, y sobre todo el respeto de las velocidades máximas. “En zona urbana debe ser de 40 a 50 km/h (según lo establecido por al autoridad municipal) y en zonas rurales es de 110 km/h”, subraya.
“El casco es el principal elemento protector para los motociclistas; sin embargo, 3 de cada 10 conductores de moto de la región lo usan incorrectamente. Esto debe instarnos a reforzar las campañas de prevención y concientización para buscar disminuir los índices de mortalidad vial”, recomienda por su parte Pablo Azorin, jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).