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En nuestro país conviven numerosas especies exóticas que incluso nos parecen comunes; sin embargo, son invasoras de nuestro medio ambiente, por lo que su presencia y la falta de acciones para regular su población se convierten en un riesgo para la fauna y flora local, que podrían incluso desencadenar problemas de salud pública.
“En la actualidad no existe un registro administrativo de especies exóticas invasoras; lo que existe es el conocimiento que los expertos tienen de su existencia en nuestro país”, explica la Lic. Rocío Barreto, de la Dirección General de Protección y Conservación de la Biodiversidad de la Secretaría del Ambiente (Seam). En ese sentido, la Secretaría se halla abocada a la tarea de la realización de un listado de especies consideradas exóticas y con potencial invasor, dentro del marco del proyecto de Plan de Acción de Especies Exóticas Invasoras.
“Las especies pueden invadir todo tipo de ecosistemas y se pueden presentar impactos biológicos, ecológicos, económicos y en la salud. Entre los impactos biológicos más relevantes figura la propia competencia entre las especies. También se puede dar la transmisión de patógenos o la hibridación entre especies”, sostiene.
Frederick Bauer, máster en Ciencias de la Conservación y responsable de la investigación íctica del Museo de Historia Natural, cita algunas de las especies que han invadido nuestro ecosistema:
Mamíferos
La liebre europea (Lepus europaeus): no es natural del continente americano; sin embargo, ha sido introducida al mismo con fines de caza deportiva;
Chancho alzado es el chancho doméstico (Sus Scrofa domestica), que al huir de los domicilios rurales se ha asilvestrado en zonas con poca población humana como el Chaco paraguayo;
Aves
Paloma domestica (Columba livia), también de origen europeo y es una especie feral (domestica asilvestrada, como el chancho alzado). Se encuentra ampliamente distribuida en ambientes urbanos.
Reptiles
El geko casero tropical (Hemidactylus mabouia) es originario de África y fue introducido accidentalmente en muchas regiones de América, entre ellas Paraguay, donde se lo empezó a observar a fines de los años '80 en barrios de Asunción.
Peces
El bagre africano (Clarias gariepinus) es utilizado como especie productiva en la acuicultura, pese a que su uso está prohibido por su comportamiento invasivo y depredador.
El tucunaré (Cichla ocellaris), originario de las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, es pariente de la tilapia, pero por ser de mayor tamaño y resulta una presa vistosa para la pesca deportiva.
Invertebrados
El mejillón dorado (Limnoperna fortunei) y la almeja china (Corbicula fluminea) son moluscos bivalvos originarios del sudeste asiático cuyas larvas probablemente han venido dentro del agua de lastre que traen los barcos de esas regiones.
El caracol africano (Achatina fulica) fue detectado primeramente en Paraguay en la ciudad de Ayolas hace unos cinco años y desde entonces se lo ha registrado en otras regiones del país.
“Hay muchas especies consideradas invasoras y que tienen presencia en nuestro país; no obstante, necesitamos actualizar el listado y reconocerlo por resolución institucional”, refiere la Lic. Barreto.
IMPACTO AMBIENTAL
El impacto más importante –explica Barreto– de la presencia de especies exóticas invasoras es “la pérdida de biodiversidad para la ecología y, principalmente, las especies nativas con la consecuencia de las posibles extinciones puntuales afectando a especies endémicas y extinciones locales transformando paisajes homogéneos”.
La especialista añade que “en el ámbito de la salud, las especies introducidas como palomas, roedores o insectos pueden servir de vectores y de reservorios de enfermedades”.
Siguiendo los procedimientos –expone-, una especie considerada potencialmente peligrosa no debe tener permiso de introducción al país y si ha ingresado al territorio nacional de manera accidental debe ser contenida primeramente y se debe evitar por todos los medios que la misma se transporte, se establezca y, por ende, que se expanda en el medio natural.
La profesional señala que aún no se cuenta con una reglamentación específica, pero si una especie exótica invasora ya se encuentra establecida en un área silvestre protegida, por ejemplo, se incluye esa problemática en el Plan de Manejo del área silvestre protegida y se monitorea constantemente el control sobre la misma, de tal manera que las comunidades naturales queden libres de ella o por lo menos bajo control.
El Plan de Acción que se encuentra actualmente en desarrollo apunta a crear estrategias para controlar y/o erradicar a invasoras. “Se estima de que en este año estaríamos contando con dicho Plan y podríamos establecer el alcance (las resoluciones reglamentarias) a través de una resolución emanada de esta institución”, puntualiza Barreto.