Cargando...
Devine, quien también se desempeña como profesor universitario en los Estados Unidos, visitó nuestro país el mes pasado, justamente para evaluar un proyecto que propone la transformación de la educación, según cuenta él mismo. Este mismo proyecto ha sido aplicado exitosamente en muchos países con características parecidas a las del Paraguay.
Desde hace cinco años, esta organización ha desarrollado en nuestro país una capacitación transversal para el desarrollo del carácter y la creatividad de los docentes, así como también ha trabajado con los niños. La experiencia ha sido reproducida en unas 50 escuelas de Asunción, pero esperan extenderse a otras más debido a que los primeros resultados han sido bastante positivos.
Pero, ¿qué es lo que hacen? Devine cuenta que lo primero ha sido mirar los problemas de las escuelas de países subdesarrollados y tratar de suplir las carencias, teniendo en cuenta lo que el contexto actual les exige a los estudiantes de hoy. Esto los llevó a concluir que el “cambio de cultura” empezando desde los profesores y directores es fundamental.
Uno de los problemas de la educación en que más se concentraron fue la deserción escolar. Hay muchas razones por las que esto ocurre, pero la más importante –según Devine– es que simplemente los niños están “aburridos”. Pero este “aburrimiento” no tiene que ver con el hecho de que los estudiantes estén sencillamente descontentos, sino que es debido a que sienten una “desconexión” entre lo que escuchan o ven en la escuela y su propia realidad, explica.
Para el experto, los niños no desarrollan en la escuela regular sus habilidades naturales, por lo que están limitados en el desarrollo de la creatividad, que en el futuro es lo que los lleva a adoptar una capacidad de liderazgo, por dar un ejemplo. “Hay una curiosidad natural en cada uno. Cada persona es individual y debe ser tratada de esa manera”, reflexiona.
Reconoció que los problemas de pobreza, falta de alimentación y de apoyo en la casa, entre otros, también son importantes para evitar la deserción escolar. Sin embargo, el problema “macro” tiene que ver con esto: el divorcio entre la realidad misma del niño y lo que encuentra en la escuela.
Según Devine, esta “transformación” en la educación debe empezar con los mismos profesores, que es uno de los enfoques del proyecto que llevan adelante. “Que el profesor dé la bienvenida lo conecta con los estudiantes. Es la primera razón por la que a uno le puede gustar la escuela. (Los alumnos) deben encontrar motivos”, manifestó.
Dentro del proyecto se desarrollan actividades no muy complicadas pero que finalmente tienen amplia respuesta de los estudiantes. Por ejemplo, la resolución de problemas con el trabajo en equipo es uno de los ejes del programa. Otro, que según el testimonio de los mismos estudiantes paraguayos ha sido de mucho impacto, es el voluntariado, comentó Devine. Estas acciones dan la impresión de ser pequeñas; sin embargo, son las cosas que realmente desarrollan las habilidades del estudiante, que en el futuro podrá ser no solamente un buen profesional, sino un buen ciudadano, explica el experto.
Un tema importante dentro de lo que tiene que ver con la “transformación de la educación” es el "bullying" o acoso escolar, reconoció el vicepresidente de Paz Global. Es un problema que está instalado en alguna medida en todas las escuelas del mundo, dijo.
“Es el gran problema en todo el mundo. Un programa que trata solamente esta situación no funciona. En Estados Unidos, por ejemplo, hay 25 programas diferentes contra el bullying, pero casi no han dado resultados”, describió. Explicó luego que esto se debe, una vez más, a que los encargados de la enseñanza en las escuelas ven el problema como algo aislado, siendo que el chico abusador y el abusado son producto de toda una serie de factores que empiezan ya desde la casa.
“Debemos lograr que los estudiantes se conecten unos con otros”, inicia diciendo Devine. El servicio, ayudar a otros, enfrentar los problemas individuales por los que cada estudiante atraviesa y el trabajo en equipo son las recomendaciones para entender y luego tratar de erradicar el acoso escolar.
La experiencia que tuvieron con este programa en Kenia es un ejemplo muy acertado sobre cómo encarar el problema de la violencia. “En ese país, inclusive, la violencia es mucho mayor. Los estudiantes llegaban a quemar las aulas”, contó.
Entonces, implementaron en siete escuelas este mismo programa. Con mucha paciencia y en exactamente dos años, lograron cambiar este comportamiento de los estudiantes, quienes se mostraban luego más sensibles a desarrollar actividades sociales con sus pares. Es importante mencionar que también los mismos docentes van desarrollando estas mismas prácticas, debido a que son ellos quienes luego tienen que promoverlas en las aulas una vez que los tutores del programa terminen su tarea.