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Letras sensibles bañadas de poesía y otras con arreglos rockeros son las que destila Tommy Torres (42), el músico y compositor puertorriqueño que conquistó al público de la Quinta Vergara, en la 55 edición del Festival Internacional de Viña del Mar.
El género de la canción no es novedad para él. Después de trasladarse de Puerto Rico a Nueva York a fines de la década de los ‘90, pispeó en sesiones de grabación de figuras como Michael Jackson, Mariah Carey y Jennifer López. Por esos días confirmaba su pasión musical, a nivel profesional.
En 1998, se radicó en Miami, donde se ha dedicado a escribir para cantantes como Ricky Martin, Paulina Rubio y Jaci Velásquez. Más adelante vendrían producciones para Alejandro Sanz, Ricardo Arjona y Jesse & Joy.
En su carrera en solitario, lleva grabados cuatro discos, el último de los cuales lleva por título 12 historias (Warner, 2012), álbum en el que el autor se desprende del protagonismo para dejarse llevar por otros personajes.
“En 12 historias quise cambiar un poco mi manera de abordar en la composición. Hasta el momento, en la mayoría de mis discos, las canciones habían sido más como ‘fórmulas’; el tipo de canción donde uno canta en primera persona y uno habla de uno mismo… y le cuenta o le habla a una chica”, explica Torres. “En 12 historias yo quise cambiar un poco el rol mío y convertirme más en un narrador, hablando en tercera persona”.
Y, entre esas historias –sin dudas– se destaca Querido Tommy, tema inspirado en la peculiar situación de un seguidor de Twitter (Paco, de Santiago de Chile) que pide al cantante una ayuda para conquistar a su chica, fanática suya.
Torres decidió responder al pedido, aunque recién después del lanzamiento del álbum. Apenas estrenado en las redes sociales, el tema empezó a gozar de amplia popularidad en toda Latinoamérica. “Mi nombre es Paco y te escribo de Santiago. Hay una chica que no se sale de mi mente, para eso eres tan elocuente…”, le había escrito el muchacho enamorado. Y él decidió convertirla en canción.
“No he sabido nada de Paco… a mí me parece que yo le he hecho un daño”, dice Tommy, mientras ríe. “Me escribió hace unos años ya… cuando el disco salió –fue lanzado en 2012– ya había pasado fácilmente año y medio de que me habría escrito, entonces utilicé sus cartas (tuits) como inspiración para una canción. Sin embargo, no sirvieron lógicamente… porque quería dejar como sorpresa la canción, no quería arruinar el drama de la respuesta a través de la canción”, reflexiona Torres desde el Hotel Sheraton de Viña del Mar.
Es entonces cuando el artista se detiene, y expresa: “Que no haya aparecido me hace pensar a mí que pueda no estar en condición para que le convenga salir adelante y decir: ‘Sí, yo estaba enamorado’. No sé en qué situación de su vida estará en este momento para salir a decirlo”.
Tommy Torres se presentó en febrero en el Festival Internacional de Viña del Mar para desempeñarse como parte del jurado internacional, donde compartió créditos con la legendaria española Paloma San Basilio, el chileno Gepe y el cantautor español Melendi, entre otros.
En la primera noche–el 23 de febrero pasado–, su compatriota Ricky Martin lo invitó a cantar a dúo Tu recuerdo, tema de su autoría. “Fueron muy cariñosos, ¡cantaron la canción entera!”, expresó, aún sorprendido.
La última jornada del festival –el viernes 28 pasado–, Torres tuvo la oportunidad de subir al escenario con un show propio, extendido… y aplaudido.
Hubo lugar para canciones de su carrera solista, como Tarde o temprano y Corazón roto, así como creaciones para Alejandro Sanz (Desde cuándo), Jesse & Joy (Corre) y Ricky Martin (Pégate y Tu recuerdo).
El público celebró el debut, entregándole las Gaviotas y Antorchas, de oro y plata. Y, para el cierre, contó con la colaboración del dúo mexicano Jesse & Joy, con quienes interpretó el tema Imparable.
Sobre su talento para la composición, el músico boricua asegura que la pasión y exigencia lo acompañan a lo largo de su trabajo. “Yo hago pues mi trabajo con mucha pasión y me exijo mucho, especialmente en la composición. Siempre quiero escribir la mejor canción que he escrito; siempre busco una canción que no pase con el tiempo. Que dure… que en 10 años la gente la esté cantando. Entonces, cuando pongo ese parámetro, desecho cosas que son parte de la moda del momento, se eliminan muchas cosas que pueden ser fáciles de digerir en el momento en que se las escucha”, reflexiona.
Es por ello que, según confiesa, acostumbra escribir “muy poco”. “Eso realmente la gente no lo sabe, pero yo voy a escribir diez canciones en un año, como mucho. Y hay años que no escribo absolutamente nada. Depende de los momentos y la necesidad”, aclara.
Sobre la búsqueda creativa de importantes figuras pop, quienes lo convocan para sus producciones, el músico considera un honor. “Siempre que un artista me contacta o me da posibilidad de colaborar con ellos para sus discos, yo lo tomo siempre como un gran honor. Porque, imagínate: te están diciendo, en pocas palabras: ‘Me gusta tu música, me gustaría que formaras parte de mi carrera…’ y, siempre que uno puede generar una conexión musical con otro artista, me parece muy bonito”.
Cantautores como Joaquín Sabina, Bob Dylan y Paul Simmons sirvieron de influencia en su más reciente producción, señala. “Me di cuenta que se utilizaba mucho y ya no se utiliza ese tipo de escritura. El recurso del cantautor-trovador, que va por ahí hablando del mundo. Es un poco más exigente el trabajo cuando uno tiene que contar la historia que le pasa a otro, escribir exactamente cómo esa persona se sintió, y que –el que la escucha– la sienta igual de emotivo”.
Para el músico, el balance creativo de su más reciente producción es positivo. “Cualquiera de las canciones yo las puedo leer (sin música), y se sostienen por sí mismas. Son historias, de verdad. Eso era lo que yo quería. Que la escritura fuera suficiente, hasta sin música (…). Esos son los retos que uno toma como compositor, para mantenerse y no caer en ninguna fórmula, para mantenerse más vivo y seguir creciendo como compositor”.