La protección sanitaria total, aún una utopía

Paraguay invierte en los papeles US$ 464 (unos G. 2.598.000) cada año por cada habitante en salud. Sin embargo, solo da cobertura a apenas el 40% de la población a través de las Unidades de Salud de la Familia. La cobertura universal aún está lejos.

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Un estudio titulado “Financiamiento de la cobertura universal de salud en el Paraguay” hecho por Rubén Gaete, en representación de “Paraguay Debate 2.0”, que lo componen varias organizaciones, detalló varios aspectos sobre el estado de la salud y su cobertura en el Paraguay. Además, plantea posibles soluciones para que los candidatos a la presidencia de la República las tengan en cuenta para su gestión de gobierno.

Gaete cita datos de la Organización Mundial de la Salud publicados en 2015 en los cuales se cuenta que el gasto total en salud —la suma del gasto público y gasto privado— en Paraguay subió de 7,1% del PIB en el año 2008 a 9,8% del PIB en el año 2014. Es decir, se pasó de US$ 1.307 millones en el año 2008 a US$ 3.041 millones en el año 2014, lo cual implica que se tuvo un crecimiento de 2,3%.

“En cuanto a la evolución del gasto per cápita total, en el año 2014 fue US$ 464, que representa un aumento significativo con relación al año 2008, que fue de US$ 216”, reza otra parte del estudio. Otra cuestión llamativa, haciendo las comparaciones, es que, a pesar de este “repunte”, no todos los paraguayos tienen una cobertura de salud. Teniendo como parámetro el Ministerio de Salud Pública, solo existen 801 Unidades de Salud de la Familia (USF), lo que da cobertura al 40% de la población. Esto es en referencia a la cobertura básica.

Gaete, máster en Gobierno y Gerencia Pública por Universidad Americana de Asunción e investigador del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), explicó que la cobertura de salud significa que “todas las personas tengan acceso a los servicios de salud que necesitan, con la calidad adecuada, sin que alguna barrera económica se lo impida o que la capacidad de pago sea una barrera para ello”. Además, proporcionarles todos los “medicamentos e insumos, los procedimientos de diagnósticos requeridos, sistemas de transporte sanitario y demás servicios necesarios”.

Otros datos publicados cifran la cobertura de la población a través del Instituto de Previsión Social en solo 21,5%, el 8,6% con algún tipo de seguro privado y el 70,88% no tiene seguro médico alguno.

“Probablemente, el desafío para nuestro país sea primero ampliar la cobertura de sus servicios básicos de manera que toda la población esté incluida (...) y después ampliarlo (...) O bien, el país podría decidir enfrentar los desafíos de ambas dimensiones simultáneamente”, manifestó Gaete.

El investigador afirmó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el principal objetivo de la función de financiamiento en todo sistema de salud es el de brindar protección financiera ante el riesgo asociado con la salud.

“El Paraguay sigue rezagado en comparación a los países del Cono Sur, pues el gasto per cápita de nuestro país en ese año representaba una cifra equivalente al doble de Bolivia, pero muy inferior al de Argentina y Brasil, y tres veces menos que Uruguay”, sentenció Gaete.

En 2015, basado en datos de la Encuesta de Población de Hogares, unos 2.173.080 personas, el 31,4% de los paraguayos manifestó haber estado enfermo o accidentado. El 18,6% (404.845 personas) no buscó atención médica. Esto podría tener como base que la automedicación a la que se sometieron se dio por falta de acceso a los servicios de salud.

Que se aumente el dinero de inversión pero que este no llegue a ser efectivo en la cobertura puede tener “su raíz en los recursos, o en la organización y modalidades gerenciales, o se explican por una combinación de dichos factores. En ese sentido, aunque son necesarios recursos adicionales, también debe fortalecerse la capacidad para hacer un uso racional, institucional, equitativa y socialmente eficiente de los mismos”, escribió Gaete.

Entre las recomendaciones citadas dentro del estudio figuran:

1. Universalizar la Atención Primaria de la Salud.

2. Ampliar e institucionalizar los mecanismos de interacción entre el Ministerio de Salud Pública y el Instituto de Previsión Social para disminuir la tradicional segmentación entre la seguridad social contributiva y el sistema público no contributivo.

3. Incrementar los recursos públicos a través de la creación de nuevos impuestos directos adicionales que sean destinados al sector salud.

4. Elevar el número de cotizantes y afiliados al IPS, incluyendo a trabajadores formales no inscriptos.

5. Incrementar la eficiencia en la asignación de recursos (...) y combinarlos con mecanismos de gestión para resultados.

6. Considerar aumentar la autonomía de los hospitales y regiones sanitarias para lograr una utilización más flexible de los recursos.

7. Implementar el Fondo Nacional de Recursos Solidarios para la Salud (Fonaress, Ley 4.392) para financiar la atención médica de patologías de alto costo y complejidad.

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