¿Quién dijo que ser futbolista es fácil?

Para la mayoría, la vida del futbolista está relacionada con la fama, el dinero y los lujos, pero no todos tienen la fortuna de llegar a la meta. Nadie sabe del sacrificio, sufrimiento y frustraciones que experimentan durante su corta y difícil carrera.

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Wilfrido Bazán, un guerrero dentro y fuera de la cancha, que tuvo que abandonar el fútbol por graves lesiones en la rodilla apenas a los 29 años, cuenta su historia y los diferentes problemas que se deben sortear desde el inicio de la carrera.

Bazán se desempeñaba como mediocampista y se inició en Cerro Porteño, donde hizo todas las inferiores, jugando un solo partido en Primera. Luego encontró su lugar en el fútbol: Rubio Ñu, donde estuvo más de seis años. A finales del año 2013, sintió que ya no estaba para alta competencia y, muy a pesar de su voluntad, tuvo que dejar de jugar lo que tanto ama: el fútbol.

Aunque 29 años suene muy prematuro, en realidad ya era una hazaña lo que logró Wilfrido, pues tuvo que superar siete operaciones en las rodillas: dos en una y cinco en la otra. “Me operé siete veces, entre problemas de meniscos y ligamentos cruzados. A finales del año pasado sentí que ya no estaba para competir en alto nivel. Podía jugar un partido entero, pero después tenía que descansar tres o cuatro partidos, y así ya no podía”, confesó.

Bazán cuenta que sufrió mucho con la decisión de abandonar el fútbol como atleta, pero dijo que tuvo soporte humano importante para superar el hecho. “Me dolió por el tema que uno quiere seguir jugando. Gracias a Dios, tuve gente a mi lado que me ayudó mucho, mi familia y los entrenadores que tuve, como Hernán Lisi y el profe ‘Chiqui’ Arce, quienes me ayudaron a no desanimarme”, prosiguió.

El ahora entrenador de la categoría sub 13 de Cerro Porteño habló sobre lo difícil que es intentar y ser futbolista. Dijo que la gente no sabe todo lo que pasa un jugador desde sus inicios. “Mucha gente no sabe, el mundo del futbolista no es fácil. Se deja todo por la profesión. Uno como futbolista pasa frío, calor, hasta hambre muchas veces, tiene que dejar a la familia por entrenamientos, concentraciones, nadie valora eso, pero se sufre mucho”, afirmó.

Según Bazán, en el fútbol hay dos realidades. No todos la pasan bien, pues la gente externa a este deporte solo observa y analiza la vida de un jugador que triunfa afuera. “Hay dos realidades: a algunos le sonríe un poquito más la profesión y los otros que deben pelearle siempre. El único secreto -creo yo- es el sacrificio. Además, hay que levantarse siempre, porque podés caer muchas veces”, agregó.

El exfutbolista de Rubio Ñu señaló que la profesión depara muchos problemas, principalmente económicos, y hay que estar preparados para eso. Pero, ¿cómo? “En este ámbito uno debe estar preparado para todo, principalmente para cuando hay atrasos de sueldos, algo que se hizo costumbre últimamente. En esos casos hay que usar los ahorros, yo por eso ahorro, no hay que desperdiciar el dinero, porque uno no sabe lo que le espera”, aseguró.

Contó además que ya le tocó pasar por eso y lamentó tener que ver a compañeros desesperados por no tener para el pasaje e incluso por no tener ni para comer. “Ya me tocó muchas veces, compañeros que no tenían para el pasaje ni para comer, porque las prácticas son todos los días. Cuando pasa eso, se hace una colecta y tratamos de dar a los que más necesitan. Esas cosas no todos saben, pero pasan casi siempre”, explicó.

Muchas veces, varios futbolistas se frustran por ser ignorados, pero según Bazán, esto no debe ser motivo para abandonar el sueño, pues la paciencia es clave si uno quiere progresar en esta profesión. “Esta carrera es un poco injusta. Lastimosamente, no pueden jugar 24 ni 30 jugadores; muchos abandonan por la falta de paciencia. Todos deben saber que van tener su oportunidad, es cuestión de esperar y por sobre todo aprovechar”, sostuvo.

Wilfrido Bazán habló de uno de los motivos principales por el cual fracasan los jóvenes. Como testigo principal al dirigir una categoría formativa, aseguró que la presión de los padres es lo que ahora frustra a muchos chicos, que no tienen la capacidad de absorber ser el “futuro de la familia”.

“Hoy en día, el fútbol es muy complejo, presionan mucho al chico. Se perdió el amor por el juego, los padres le ven al hijo con la insignia del dólar. Dicen que sus hijos los van a salvar, los ven como mercancías y les tiran la responsabilidad. El niño de hoy ya no disfruta, que es la esencia principal de este hermoso deporte”, sentenció.

Tras abandonar el fútbol como jugador a fines del 2013, Wilfrido Bazán se puso el buzo de entrenador y dirige la sub 13 de Cerro Porteño. Además, está cursando el primer año de la carrera de director técnico en la ENEF.

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