El hombre que se curó de corrupción

Fue ministro de Justicia y Trabajo y malversó fondos destinados a la cárcel de Tacumbú. Fue procesado y condenado por ese delito, cumplió su condena y hoy sigue ayudando a sus excompañeros de prisión.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2074

Cargando...

Ésta es, en resumidas líneas, la historia de Silvio Ferreira, quien hoy goza de libertad condicional al haber purgado las dos terceras partes de su sentencia de cinco años y seis meses de cárcel que se le aplicó al encontrarlo culpable por una sobrefacturación en la compra de carne y materiales de construcción para la Penitenciaría Nacional de Tacumbú en el año 2000.

Ferreira fue beneficiado con la libertad condicional por el juez Víctor Medina, quien le impuso algunas medidas como prohibición de salida del país, cambiar de domicilio, portar armas de fuego y consumir bebidas alcohólicas.

Sin embargo, Silvio Ferreira solicitó al juzgado también hacer un servicio de consultorio médico dentro del penal de Tacumbú, tres veces a la semana.

El exreo fue responsable de la sobrefacturación en la compra de carne y materiales de construcción para la Penitenciaría Nacional de Tacumbú en el año 2000, durante el gobierno colorado de Luis Ángel González Macchi.

El juez Medina dispuso que el condenado entre a un programa de reinserción penitenciaria por dos años. Asimismo, debe donar G. 500.000 a una entidad de beneficencia y presentarse en el juzgado todos los meses.

“Estuve tres años y nueve meses privado de libertad. Hoy vuelvo a la tranquilidad familiar, soy médico, pero vengo a la cárcel tres veces a la semana a hacer consultorio. Esa es una medida que solicité se me imponga”, dijo Silvio Ferreira, a quien encontramos en los pasillos de la cárcel mayor.

Ferreira estuvo al frente del MJT por varios años, hasta que se denunció un millonario faltante de dinero. El proceso fue largo y con muchos incidentes. Ferreira se llevó la plata de una cárcel que muchos años después le iba a albergar.

Para el exministro Silvio Ferreira, su paso por la cárcel cambió su visión. Señaló que dotar a la Policía de más patrulleras y de más agentes no es la forma de combatir la inseguridad.

“La inseguridad no se combate con más patrulleras y policías, y luego el resultado es que la mayor parte de la Policía es corrupta. Se tiene que enfocar más en la rehabilitación de la persona, reinsertar a la gente en educación y trabajo. En los barrios marginales no se invierte en esos aspectos”, apuntó Ferreira.

“Los lunes entran de 18 a 24 personas al penal, por semana son 100. Más de la mitad son reincidentes. El crack es un flagelo muy perjudicial, lo tenemos en muchos barrios. Se combate el microtráfico, pero si no se trabaja sobre la persona es difícil combatir estos males”, reflexionó Silvio Ferreira.

En otra parte de la nota, el exreo explicó que dentro del penal se trabaja en reinsertar a los presos a la sociedad una vez que cumplan con su condena.

“Acá dentro del penal existen muchos talleres que ayudan a los presos a conseguir un oficio y prepararse para salir a la calle y poder ganarse la vida”, dijo Ferreira.

“Hace tres años empezamos a hacer unos cursos de formación ayudados por el SNPP y otras entidades y formamos a 300 jóvenes en profesiones como electricidad y plomería. Estas personas trabajan dentro del penal y ganan dinero para ayudar a sus familias”, señaló.

Tras purgar su condena, Ferreira explicó que está plenamente rehabilitado y que volverá a su vida cotidiana, sin olvidar su compromiso con los que por más de tres años fueron sus compañeros en la cárcel de Tacumbú.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...