“Purga” histórica

Como en la película “12 Horas para Sobrevivir” que se estrenó este viernes, la historia cuenta con un ejemplo de violencia organizada a modo de tradición y por fines “prácticos”.

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En el thriller de suspenso 12 Horas para Sobrevivir transcurre en el futuro cercano, en la próxima década concretamente, y plantea que en los Estados Unidos las autoridades permiten que cada año, por espacio de 12 horas, todo tipo de crimen, desde el robo hasta los abusos sexuales y el asesinato, sea legal.

Dentro del argumento del filme, una secuela de la exitosa película de 2013 La Noche de la Expiación (The Purge), esa curiosa determinación de las autoridades no es una simple expresión de sadismo, sino que las autoridades la presentan como un método de catarsis masiva, una forma de liberar impulsos violentos en un solo instante prolongado de descontrol y garantizar así que la vida en el resto del año sea más tranquila y con menos incidentes de violencia; además, sirve como un método de controlar los índices de población, ya que, como se ve en ambos filmes, los desamparados e indigentes son las víctimas más comunes durante las 12 horas de “purga”.

Esto puede parecer como que el director y guionista James DeMonaco simplemente conjuró en su imaginación el altamente cínico escenario, y bien puede ser el caso, auque en la Historia no dejan de existir ejemplos muy reales de “purgas” o de liberaciones “controladas“ de violencia.

Quizá el ejemplo más cercano a lo que se ve en las dos películas de la saga The Purge es la Krypteia, una tradición de la antigua Esparta.

Aún en la actualidad la verdadera meta de esta práctica y muchos de sus detalles son motivo de debate, pero lo concreto es que tenía como protagonistas exclusivamente a los jóvenes de la sociedad guerrera espartana, específicamente los que se destacaron durante el brutal entrenamiento que debían pasar desde los siete años, el agoge.

Según historiadores, con la llegada de cada otoño, los éforos -líderes religiosos de la sociedad espartana, con un poder equiparable al del rey- declaraban la guerra a la población ilota, siervos subyugados a Esparta que estaban a medio camino entre esclavos y hombres libres, decretando que cualquier ciudadano de Esparta podía asesinar ilotas sin temer represalias.

Los jóvenes guerreros seleccionados para la Krypteia (denominados “kryptes”) actuaban de noche, con las instrucciones de ir, armados con cuchillos, a los emplazamientos ilotas para matar a cualquier miembro de esa población que encontrasen.

Esto da fuerza a la teoría de que la Krypteia era una institución no distinta a una policía secreta, algo también reforzado por otra versión que afirma que los “kryptes” también llevaban a cabo labores de espionaje sobre la población ilota, con el fin de prevenir cualquier posible rebelión y mantener bajo control las zonas agrarias bajo influencia de los ilotas, muy importantes para el abastecimiento de Esparta.

La Krypteia también parece haber actuado como un modo de entrenamiento adicional al del agoge, como un método para probar las habilidades de los guerreros en la práctica. Versiones indican que cualquier participante de la Krypteia que no fuera lo suficientemente sigiloso y fuera descubierto, era severamente castigado con latigazos.

La naturaleza sigilosa y solitaria de las actividades de los “kryptes” contrasta fuertemente con la doctrina grupal y coordinada más tradicionalmente asociada con los guerreros espartanos, por lo que expertos estiman que esta práctica podía suponer un entrenamiento para la eventual situación de que un combatiente se encontrase separado de su unidad en territorio hostil.

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