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Un informe denominado “Finlandia: El sistema escolar más asombroso del mundo” elaborado por el investigador de Harvard, Tony Wagner, describe las cualidades del sistema educativo de Finlandia, muy diferente al resto de los países en el mundo.
Los estudiantes inician más tarde la escuela, toman menos clases y tienen tres meses de vacaciones y raras veces evaluaciones. Entonces… ¿cómo es que la educación en Finlandia constituye un pilar más que importante en su desarrollo?
Con 4,5 millones de habitantes de mentalidad austera ya que en boca de sus mismas autoridades la educación “llega a todos sin distinción de clases”, lograron que el promedio de enseñanza y las calificaciones de los alumnos en áreas como ciencia y lectura sean las más desarrolladas en el mundo, índices calificados a través de un examen por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La convicción colectiva finlandesa con respecto a la educación es que todas las personas tienen algún talento y potencial para desarrollarlo, cuyos estudiantes son instruidos y acompañados por el docente que imparte clases sin transmitir al alumno el temor a errar.
Puesto al gremio docente como la piedra angular de la educación finesa, esto refleja el aspecto más importante de la cuestión.
Primeramente, no cualquier persona puede llegar a convertirse en profesor. “Si eres muy bueno, quizás podrías ser aceptado”, señala una entrenadora de docentes, en alusión a que por más excelente que sean académicamente hablando, los aspirantes no son automáticamente aceptados.
Por lo general, consideran apropiado que el estudiante permanezca con el mismo maestro durante todo el ciclo escolar de modo a crear patrones de aprendizaje.
Wagner entrevistó a un profesor de una de las principales escuelas públicas de Helsinki, quien manifestó que la enseñanza consecuentemente es la más destacada por la forma en que se aprenden las disciplinas. “Existen muchas formas de aprender algo, siempre tratamos de enfatizar que el aprendizaje depende de uno mismo, que es bueno para tu futuro y que es divertido aprender”, dijo el maestro agregando que las familias de los jóvenes no llegan a preocuparse por si sus hijos hacen o no las tareas.
Es quizá en este aspecto lo que más se diferencia a nuestro sistema educativo. Los expertos concuerdan que para que la calidad de la educación de un país sea el mejor, el 80% depende de la formación docente.
Finlandia al igual que Paraguay salió lisiada de una guerra atroz, devastando el crecimiento poblacional y económico. Sin embargo hoy, casi con la misma cantidad de habitantes que nuestro país, Finlandia es líder en la industria electrónica y manufacturera.
Por tanto, ¿por qué nuestro sistema está lejos de parecerse al de Finlandia?
Quizás el problema radique en erróneos procesos que se llevaron a cabo en el sistema académico durante décadas en el Paraguay.
Preocupan los docentes en general, pasando por la evaluación de cómo se enseñaba antes y cómo en la actualidad, qué porcentaje de los programas de estudios se cumple, la evaluación de la tarea por parte de las autoridades educativas y otras cuestiones reveladoras sobre la educación.
Según las últimas estadísticas del Ministerio de Educación, en el 2011, unos 200.000 jóvenes quedaron fuera del año lectivo y solo el 47 % de los estudiantes del ciclo medio culminan sus estudios. Esto significa que el 53 % de los jóvenes estudiantes paraguayos quedan fuera del sistema educativo.
Los esfuerzos del Gobierno nacional aún son insuficientes. Aunque este año se haya incrementado el presupuesto a la educación en un 15,5 %, que representa G. 133.487 millones, sigue siendo una ínfima parte del Presupuesto General de la Nación. Paraguay solo invierte 0,06% de su PIB en investigación.
Paraguay no figura en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), que se mide cada tres años por encargo de la OCDE; el mismo que califica como número uno a Finlandia.
El sistema de Finlandia demuestra que no precisamente una abultada carga horaria, excesivas evaluaciones y tareas escolares hacen el futuro de un estudiante. El éxito nace desde el compromiso de la sociedad con la educación, como independencia verdadera y de progreso… porque menos es más.