Pesebre hidráulico aguarda a visitantes

Las campanas de los ángeles del “Pesebre Hidráulico” de la familia Sabaté de Luque ya anuncian el nacimiento del Niño Dios. Como desde hace 64 años esta familia instala bajo su parralera un original pesebre con piezas que se mueven con la fuerza del agua.

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Esta tradición se inició en el año 1953 con don Esteban Sabaté (padre), ya fallecido, con un pequeño pesebre bajo la parralera. Entonces el luqueño prometió ir ampliando la obra con el transcurrir del tiempo.

Hoy por hoy está hecho en el mismo lugar pero es gigantesco, con más de 200 piezas. Tiene todas las figuras típicas de un pesebre paraguayo y varias de ellas se mueven con la fuerza del agua, gracias a un sistema hidráulico.

Don Esteban Sabaté falleció hace casi 30 años. Como su heredero, su hijo que se llama igual que él, junto con sus cuatro hijos (Arturo, Marlene, Esteban y Viviana) se encargó de continuar con la tradición.

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La familia cada año va colocando nuevas figuras en el pesebre y este año es el turno del “Lijador de madera”, quien hace compañía del carpintero en un costado del gigantesco pesebre.

Los Sabaté trabajan arduamente durante un mes para colocar todas las piezas en su lugar, verifican las cañerías que distribuyen el vital líquido para dar movimiento a las figuras del gran pesebre luqueño. Se encargan de hermosear el jardín que está bajo la parralera para luego ir instalando las piezas móviles y estáticas. 

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“Ahora trabajamos los fines de semana o cuando disponemos de un poco de tiempo porque todos mis hijos ya están grandes y tienen sus responsabilidades fuera de la casa”, dijo don Esteban.

Entre las imágenes se pueden apreciar el pescador, el músico, el carpintero, el agricultor, la tejedora, el pastor, así como las artesanas de karanda’y y de ñandutí.

“Este pesebre es una representación física de las costumbres de nuestro país. Las artesanas, el carpintero, el agricultor y muchas otras costumbres paraguayas que van ingresando uno por año”, dijo Esteban.

Don Esteban manifestó que lo único que le pide al Niño Jesús cada año es salud y que el resto llega por añadidura. Indicó que el objetivo principal de su padres era es inculcar el amor al Niño Jesús, para que esta tradición de más de medio siglo continúe de generación en generación.

"Desde que era chico, cuando papá instalaba el pesebre yo siempre le pedía salud y en toda mi vida nunca sufrí ninguna afección que requirió una internación o inyección. Además siempre le pido que proteja a mis hijos y todos son jóvenes de bien", puntualizó Esteban.

Este año el que se encargó de idear qué figura nueva instalar en el pesebre fue Arturo, el menor de los cuatro hermanos.

“Como teníamos ya un carpintero pensé que la hacía falta un ayudante para lijar la madera, entonces le propuse eso a papá y comenzamos a trabajar con la figura”, dijo el joven.

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Los integrantes de la familia señalaron que cada año más de 2.000 personas visitan por día el pesebre, cantidad que se duplica el día de la Navidad. 

En la Nochebuena hay conciertos de villancicos y varios artistas amenizan la velada para que los turistas tengan un ambiente navideño y armónico. 

El gran pesebre hidráulico, ubicado sobre la calle Yrendagué y Benigno González, del barrio Bella Vista de Luque, estará abierto al público en general que lo quiera apreciar desde el 22 al 30 de este mes, a partir de las 18:00, en forma totalmente gratuita.

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