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Luque, la ciudad de las joyas, de la música, de los artesanos, de las tradiciones que se pasan de padres a hijos y a nietos, es también la cuna de Luz Borja, una apasionada lutier que para no ver perdida la tradición familiar un día abandonó su trabajo y regresó al taller de su padre, Aníbal Borja, quien durante más de cuatro décadas produjo guitarras para diversas marcas, tal como lo hicieron su padre y su abuelo respectivamente.
Luz, al igual que sus hermanos, creció entre madera, aserrín y viruta, lijando, cortando y sobre todo amando el mundo de la lutería o simplemente la artesanía, como lo definen los antiguos maestros lutieres de Luque. Con una sólida formación profesional -Licenciada en Ciencias de la Educación, posgraduada en didáctica universitaria y especializada en administración de proyectos (project management)- Luz tenía un buen trabajo y una vida que podría llamarse normal y corriente.
Pero un día, una lanza le atravesó el corazón: “Mi padre un día me dice: ‘Luz, yo ya voy a dejar de hacer guitarras, yo ya no puedo trabajar para otra persona, ya no me siento más cómodo trabajando solo en mi taller, me dejaste vos, me dejó tu hermano, yo ya no puedo hacer esto, quiero pero no puedo solo’, y eso es como una lanza que atraviesa tu alma, tu corazón, de que tu padre toda su vida hizo guitarras y encima que hubo generaciones anteriores, que mi padre, el maestro principal abandone este arte fue muy doloroso”, recuerda Luz el momento que la puso a reflexionar en qué sentido tendría toda su vida si el taller de su familia desaparecía.
Fue entonces cuando el amor por la madera y la viruta pudo más. Luz abandonó un buen puesto de trabajo y cambió el aire de la oficina por el olor a aserrín y las melodías de las cuerdas en medio de los cuales creció. También su hermano, Cayetano, decidió abandonar su trabajo y volcarse de lleno al proyecto de su hermana y su padre.
De eso ya pasaron casi cinco años y hoy Don Aníbal, Luz y Cayetano están trabajando en su stand de la Expo Luque que se desarrolla en las plazas Mariscal López y Gral. Elizardo Aquino hasta el próximo 13 de setiembre. Coloridas, de diferentes formas y tamaños, con distintivos y personalísimos detalles cuando son por encargo, las Guitarras Borja, creatividad con sello de mujer, cumplirán un año como una Pymes el próximo 27 de setiembre.
Pero en la vida nada es fácil, hay que sufrirla y pelearla. Luz empezó capacitándose más en la lutería, mediante un curso en Buenos Aires. Además, aplicó sus conocimientos profesionales para una pequeña investigación sobre el rubro en Luque, que le mostró que el 85 por ciento de los maestros lutieres de la zona de Marín Ka'aguy son adultos mayores y que casi no hay involucramiento de la gente joven. Eso fue un signo de alarma, porque amenazaba con la desaparición de un arte y una ciencia -la lutería es considerada una ciencia-, que es tradición en numerosas familias de Luque.
En la zona mencionada, hay unos 45 talleres, la mayoría con dos lutieres y en algunos casos solamente el maestro lutier principal. Luz decidió entonces que había que ir más allá del taller de su padre, y puerta en puerta fue buscando apoyo para crear la primera Escuela-Taller de Lutería en Paraguay, que desde febrero de este año está funcionando con el apoyo de Fondec. Rememora que durante casi cinco años fue tocando puertas sin que casi nadie entienda o se interese por su proyecto, e incluso se le margine porque era "artesano nomás". En ese sentido, Luz considera que en Paraguay no se dimensiona la oportunidad económica que representa la guitarra paraguaya para el país.
En la escuela el objetivo principal es desarrollar el concepto de lo que es la guitarra paraguaya, porque si bien las guitarras hechas en Paraguay hoy pueden competir en Europa, según cuenta Luz, aún no se había desarrollado la parte académica. Aquí un lutier hace una guitarra magnífica, pero no normatiza o sistematiza los centímetros y milímetros, señala.
“Lo hacen muy bien y nuestras guitarras están compitiendo allá por Europa y imagínate que le demos un valor agregado de lo que son los planos de construcción de guitarra, que es lo que agregamos en la escuela de lutería, física acústica, botánica de la madera, todo lo que tiene que ver con esos procesos científicos”, explica la lutier, que resalta que quieren que los jóvenes se involucren.
Luz sueña con posicionar la guitarra paraguaya en el mundo y a nivel local mejorar no solo estéticamente, sino también acústicamente, ya que en Paraguay no se desarrolló la parte de la capacitación porque hay un concepto errado sobre que "son artesanos nomás co luego", dice Luz. “Yo me arrepentí cuando le vi a mi papá llorar y decir que iba a dejar este arte porque yo me fui a estudiar, era máster, nambré, y no estaba haciendo lo que me hacía feliz, y al final digo, que estoy otra vez feliz de haber ido a estudiar todo por todos esos títulos que tengo, porque ese conocimiento técnico, científico, de investigación es lo que me permite potenciar este arte, porque si yo solamente me quedaba en el taller de mi padre, capaz que no tenía la visión que hoy yo tengo”, afirma.
Congreso de lutieres. También en el marco de la capacitación, el año pasado Luz organizó el primer Foro Internacional de Lutería en Paraguay, con importantes personalidades del mundo de la construcción de Guitarra. “Ouro treinta che rajy javy’ama ara porque la gente ko ndohejasei italler” (Si vienen treinta personas tenemos que alegranos, mi hija, porque la gente no quiere dejar su taller), le había dicho su padre, que al igual que ella se sorprendió con la asistencia de 180 personas. El encuentro al igual que el de este año es totalmente gratuito. Este año se llevará a cabo el 9 y 10 setiembre en el Hotel Borbon, con apoyo de la Embjada de México, de Argentina y el Fondec.
Luz destaca que la guitarra paraguaya es muy apreciada y buscada por extranjeros y así, sus guitarras han ido a parar, cuenta, a manos de embajadores de otros países y hace poco le tocó preparar por encargo una guitarra para la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que estuvo en Paraguay en una visita oficial. Fue uno de los desafíos más grandes para Luz, hacer una guitarra para otro mujer afisionada al instrumento. Le tomó 45 días elaborar la guitarra, una especial, de colección, con detalles muy personales, describe.
Fue un desafío, que para esta luqueña, cabeza de hogar, madre de una niña de siete años que es guitarrista y además ya vive con las lijas en manos, fue solo un peldaño más en su claro objetivo por conservar, mejorar y llevar en alto el nombre de los lutieres paraguayos.