Paraguay precisa un comité de agua

Los recursos hídricos de nuestro país actualmente son centro de ciertos problemas como la contaminación o la sobreexplotación debido a que no existe un marco institucional y jurídico que reglamente o regule el uso de los mismos.

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Nuestro país cuenta con dos cuencas principales: la del río Paraguay y la del río Paraná. De la primera se desprenden las subcuencas del Apa, Aquidabán, Ypané, Jejuí, Manduvirá y Piribebuy, Tebicuary, Bajo Paraná y Chaco; de la segunda, la del Alto Paraná, Acaray, Monday y Bajo Paraná. Nuevamente de estas se desprenden otras redes que son explotadas por las comunidades dependientes de cada departamento.

“Como contexto podemos ver lo que está ocurriendo en Paraguay, hay mucha contaminación, mucha disputa por el uso del agua”, introdujo con respecto a la problemática del recurso el doctor Juan Francisco Facetti, presidente del Comité Científico de la Asociación Paraguaya de Recursos Hídricos.

Habitantes del interior del país utilizan el agua proveniente de cada red de cuenca, en ocasiones durante épocas en las que hay poca agua, haciendo que el curso se resienta. Dicho recurso es utilizado mayoritariamente para cultivos agrícolas, así como también para la potabilización destinada al consumo de la población. También el sector industrial hace uso para descargar sus afluentes dentro o fuera de norma.

Facetti mencionó que hay países en donde existen conceptos modernos para el cuidado de los recursos hídricos, donde hay una institucionalización de entre 20 y 30 años. En estas naciones, muchas de la Unión Europea y también de Sudamérica, “la gestión del agua ya no se hace desde la capital, se hace a nivel local, no a nivel de un distrito o municipio, sino al de una cuenca”, enfatizó.

Esto porque es la cuenca hídrica la que recibe el agua de lluvia que cae y luego se filtra por el suelo; del mismo modo, recibe fuentes de agua que hay alrededor pero al mismo tiempo recibe toda la contaminación contenida en cada cuenca. Así también se observa una gran extracción del recurso que se debe a los usos, agrícolas, industrial y humano. Todo esto termina afectando.

Años atrás se trabajó en una versión de este organismo que “no fue aprobada lastimosamente porque fue muy modificada en el Senado y salió muy mal”, expresó Facetti al hacer referencia a la Ley “de los Recursos hídricos del Paraguay”. La actual legislación es considerada como un fracaso, ya que no cuenta con las herramientas necesarias.

Con la Ley 3.239 se pretendía descentralizar la gestión del recurso hídrico, pero se convirtió en “un fracaso porque se centraliza nuevamente, no se crearon los comités de agua, los comités de cuenca hidrográfica”. Además, la autoridad de aplicación que es la Secretaría del Ambiente (Seam) es muy lenta para descentralizar las funciones. Además, la cartera es un órgano que promueve la conservación y no la administración

Según explica el especialista en el Artículo 13° de la presente ley la cartera ambiental “tiene en sus manos la posibilidad de que a través de una simple resolución puede transferir responsabilidades o atribuir funciones a las autoridades locales, lo que hasta el momento no ha ocurrido para el cuidado de los recursos hídricos.

“Ya tenemos una crisis, en el lago Ypacaraí ya estamos en una crisis que requiere de una inversión gigantesca”, subrayó. En el sector de recursos hídricos, se observa que día a día se tienen más cuencas con problemas relacionadas a la contaminación o a la sobreutilización del agua.

De esta problemática es que surge la idea de la gestión por cuenca hidrográfica, “justamente de que en cada cuenca se pueda reunir a cada uno de los representantes de cada sector que hace uso del recurso, agrícola, industrial. Salud para el uso del agua potable, poder reunirlos y en primer lugar planificar el uso del recurso”, expresó.

Citó como ejemplo el río Tebicuary, donde en primer lugar se debe calcular el caudal ecológico, los requerimientos mínimos para mantener las funciones ecológicas de ese ecosistema acuático, pero, por otra parte se deben definir los puntos que necesitan las ciudades que dependen de esa fuente, esa es la función de un Comité de Cuenca Hidrográfica, cuya creación se pretendía.

Así también, se tenía pensado el establecimiento de “los cánones por el uso que se le dé al agua y también por verter un efluente tratado y no un efluente crudo, que sería un efluente de alguna industria, o de origen doméstico o de la propia Essap, Junta de Saneamiento. Entonces, la idea era esa en un principio y ahora.

Lo preocupante es que en nuestro país no contamos con las herramientas jurídicas de gestión y una buena sería una Ley de Aguas, porque con la que contamos actualmente “no nos sirve porque no es participativa; no asegura la participación de los que realmente usan el recurso y tampoco los mecanismos para que haya una participación”, indicó.

Para una buena administración de las cuencas, es necesaria la creación de los comités en lugares donde hay abundancia o escases de los recursos hídricos, para que de esta forma la convocatoria este ligada a la voluntad de autoridad de aplicación para organizar a dichos órganos regulatorios.

Entonces, una herramienta que debe ser considerada para la buena gestión es es el marco jurídico a través del cual se establecerá el marco institucional, donde no solamente estarán integrados los actores gubernamentales sino también permitirá la participación de sectores privados, como el agrícola, industrial y el capital humano.

En el año 1937 se realizó el primer estudio al lago Ypacaraí, donde se hallaron algunas fuentes contaminantes difusas. Luego, en el año 1976, otro estudio realizado al mismo ecosistema arrojó resultados en los que se pudo observar una seria degradación de este, según explicó el Dr. Juan Facetti.

En ese tiempo ya existían algunas instituciones, pero lo que no había era un trabajo interinstitucional con el cual se pueda realizar la gestión y la administración de dicho lago, porque cada secretaría tenía su departamento con énfasis en el ambiente pero trabajaban de forma separada y de acuerdo al énfasis de la institución a la que representaban.

De esta forma, si no se tiene un orden o no se tienen instituciones “que hagan el papel de rectoría y se encargue de la distribución de los cupos para explotación de recursos, etc., es imposible vivir bien, en el sector hídrico necesitamos esa institucionalidad para evitar que sigamos degradando el recurso”, advirtió el especialista.

En cada cuenta, cuando existe una disminución del recurso se debe a la sobreutilización y esto desencadena la degradación del recurso hídrico. A la vez esto trae “tres casos de conflicto: cuando la calidad del recurso decrece, cuando hay escases de recurso o cuando hay mala distribución del recurso”, que terminan afectando al sector turismo y económico de la zona.

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