Paraguay le debe mucho a la niñez

Pese a que el 37% de la población paraguaya son niños, la realidad de muchos es afectada por la pobreza, la falta de una educación de calidad, el trabajo infantil, el maltrato, la drogadicción, abuso sexual, entre otros. Entonces, ¿qué se festeja hoy?

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La Batalla de Acosta Ñu motiva que cada 16 de agosto recordemos el Día del Niño. Hoy en día, si bien no se trata de una contienda bélica, los más pequeños de nuestro país deben seguir luchando contra situaciones tales como alarmantes índices de desnutrición, baja escolarización, drogadicción, maltrato y abuso sexual, pese a las promesas vigentes y las propuestas de los candidatos devenidos en autoridades en los últimos años.

Hoy día, el 36,1% de la población nacional (6,8 millones de personas) se corresponde con la franja de 0 a 17 años, es decir, 2,5 millones de personas son niños y adolescentes, según datos que maneja la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia.

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Además, según la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH), aparte de todos los factores citados anteriormente, los niños son los más afectados por la pobreza, ya que en 2016, el 42,5% de la población en situación de pobreza tenía 14 años o menos, cifra que se elevó al 46,9% al incluir la pobreza extrema. Es decir, 182.000 niños pasan hambre y otros 650.000 están en situación de pobreza no extrema.

Los indígenas representan el 2% de la población general y el 54% de ésta se compone de niños, niñas y adolescentes.

Entonces, la pregunta sería: ¿Qué festejamos este 16 de agosto de 2018?

Datos que maneja la Secretaría de la Niñez dan cuenta de que ha aumentado, sin embargo, la conciencia ciudadana sobre los casos que afectan a niños, sobre todo de abusos y criadazgo, ya que esto se refleja en el número de denuncias.

“En el balance año a año se observa un importante incremento de llamadas, siendo en el 2013 (agosto a diciembre) 1.356; 2014 fue 5.366; en el 2015, 14.131; 2016, de 22.589; 2017, unos 23.629 casos, y en este 2018 (enero a junio) ingresaron unas 13.100 llamadas”, señala un informe de la cartera.

Ante la falta de una asistencia eficaz del Estado en cuestiones básicas, sobre todo para niños en situación vulnerable, surge la ayuda de organizaciones no gubernamentales que con su trabajo palian de alguna manera ese vacío. Una de ellas es Fútbol Más, que a través del deporte busca incentivar la práctica de valores positivos en niños que viven en contextos difíciles como los bañados.

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“La tarjeta verde significa que me porté bien, respeto a los profesores, no ser maleducado y trabajar entre compañeros”, cuenta Ángel (12), alumno del sexto grado de la escuela San Miguel de la Fundación Fe y Alegría, ubicada en el Bañado Sur de Asunción, zona Cateura.

Él, al igual que alrededor de 150 alumnos de dicha institución y más de 500 niños en cinco puntos del país, son beneficiados desde hace dos años por el trabajo que hace Fútbol Más.

“Creemos que con el deporte para el desarrollo podíamos vincular a las comunidades y potenciar sus habilidades para la transformación de sus territorios, porque el fútbol y el deporte en general tienen una sinergia que moviliza a las comunidades”, explica Matías Prado Cabrera, director ejecutivo de la fundación en nuestro país.

El trabajo que realizan es a través de la potenciación de la resiliencia como factor vinculativo de los territorios. “Potenciamos las habilidades para la vida de niños de 6 a 15 años a través de vínculos significativos con tutores”, señala.

En la escuela que visitamos son el profesor Wilson Bernal (profesor de Educación física) y Tania Torres (psicóloga) quienes intervienen directamente con los niños, dos días por semana durante nueve meses.

 

Bernal comenta que buscan conjugar valores como el respeto, la responsabilidad y el trabajo en equipo con la actividad física. “Tratamos de enseñarles actividades físicas, con juegos y mucha diversión, los diferentes factores de resiliencia de este programa”.

Los pequeños califican cada semana con la mayor cantidad de tarjetas verdes acumuladas para un torneo al que llaman Liga local o barrial y, para el final del año, una Liga Nacional. “La competencia la utilizamos para ver cómo desarrollaron el aspecto social”, señala el maestro.

A su turno, Torres señala que el efecto de la “tarjeta verde” se nota no sólo en la cancha. “Es un proceso lento, pero ya se ven los cambios en los chicos, como, por ejemplo, hay un mejor trabajo en equipo, hay más respeto entre ellos, que también cuesta en zonas como esta, de contexto muy vulnerable, donde la violencia está muy naturalizada. La tarjeta verde también se traslada dentro del aula y más allá de lo que es la cancha”.

Marta Silguero, directora de la institución, expresa la importancia de este programa para niños de esta comunidad, considerando que viven en un entorno con mucha violencia, lo que ya se refleja en su comportamiento. “Es importante, teniendo en cuenta la educación en valores a través de la modalidad de las tarjetas; hacen un esfuerzo porque quieren formar parte del equipo que competirá en la liga y eso lo transfieren a su entorno, en sus clases. Mediante este programa toman conciencia y que hay que tratar bien al otro y compartir, vivir la alegría, la tolerancia, el respeto y eso afianza lo que nosotros buscamos”, destaca la docente.

Interesados en apoyar esta iniciativa pueden comunicarse al mail matias.prado@futbolmas.org

Un estudio de la Unicef en Paraguay recuerda que la infancia debe ser una de las prioridades de cualquier sociedad, pero los niños y adolescentes paraguayos siguen siendo la población más vulnerable del país. “Un niño o niña que puede cumplir sus derechos será una persona joven, sana, creativa y productiva, que ejercerá su ciudadanía colaborando con la construcción de una sociedad más justa y equitativa”, señala Regina Castillo, representante de Unicef en Paraguay.

Ahora, el nuevo Gobierno también enfrentará este desafío y más porque el 3 de abril pasado, Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez, entonces candidatos a la presidencia y vicepresidencia, respectivamente, firmaron los 20 compromisos en favor de la niñez y la adolescencia.

“No podemos darles la espalda al 40% de la población paraguaya, que necesita presencia solidaria del Estado para generar un futuro diferente a nuestra nación. Lo que estamos haciendo aquí es ocuparnos de lo importante y firmamos estos compromisos no solamente de manera protocolar, porque estamos dentro de un proceso electoral, sino que lo asumimos con una enorme responsabilidad, entendiendo que de estas políticas depende el futuro de nuestra nación”, expresó el entonces presidente electo, quien ayer asumió el poder. Ahora resta esperar a ver qué acciones toma al respecto.

 

Reportaje:

Alejandra Rojas

Imágenes:

Ricardo Yúdice

Edición: 

Mario Silvero

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