Cargando...
Así como hay quienes no ven novedad en el método KonMari hay otros que lo adoptaron como filosofía de vida, casi una religión. También están aquellos que vieron en esta “manía” una oportunidad de hacer negocios.
En nuestro país existen varias emprendedoras que se convirtieron en las Marie Kondo paraguayas -aunque a algunas no les gusta que se las llame así-. Estas llevaron su pasión por el orden a otro nivel y lo transformaron en un negocio sostenible.
María Mersán creadora de Ordenizar junto a su socia Ernestina Zacur, es una de las emprendedoras que incursionó en el rubro. “El primer paso para comenzar a ordenar es tomar conciencia y decidir”, señala como inicio del proceso de organizar un entorno. “Sea cual sea el espacio que se quiera ordenar es poner todo visible, vaciar los muebles, cajones y a partir de ahí arrancar la clasificación”, expresó.
“La principal barrera a superar para llevar una vida ordenada es el apego a las cosas”, comentó y enfatizó que si no nos desaferramos, las posesiones nos terminan asfixiando y venciendo.
Para ella organizar brinda sensación de libertad, frescura, fluidez, paz, armonía y sobre todo control. Los expertos en el tema refieren que la mayor satisfacción que brinda el orden es tener el control y dominio sobre algo y saber que se pueden manejar muchas cosas a partir de una simple decisión.
“Si tomamos conciencia y decidimos a poner orden en un ámbito de nuestras vidas, tomamos el control de esa situación y a partir de ahí viene una oleada sincronizada de situaciones que se van ordenando como consecuencia de ese primer paso y de la seguridad que nos genera tener el control”, subrayó Mersán al respecto.
Otra emprendedora dedicada a la organización es Cintia Estay. Ella dirige Vive Simple, una empresa que se hizo popular mediante las redes sociales y también con los talleres que su propietaria imparte.
Estay explica que está comprobado que los espacios en donde vivimos y desarrollamos nuestras actividades tienen un impacto sobre nuestras emociones y nuestra calidad de vida. Es por ello que hay una tendencia mundial que repiensa la gestión del tiempo y del espacio como factores de salubridad y bienestar, según manifestó.
Comentó que vivir en un espacio desordenado o sucio, o ambas cosas, puede elevar el nivel de estrés de las personas, ya que la gestión de ese sitio es una carga que se suma a las otras que ya posee. Además de otros factores asociados al desorden, como los accidentes, intoxicaciones e incluso plagas domiciliarias, según refirió.
Destacó que cuando una casa está organizada es más fácil mantener el orden y que mantener una casa ordenada y limpia tiene muchas ventajas entre ellas menos distracciones, menos estrés, más paz, más espacio y menos mantenimiento.
“Sumado al factor estrés, están la vergüenza e incluso humillación que siente la persona al vivir en un lugar sucio y desordenado y que disminuye su seguridad y autoestima”, resaltó.
“No hay que subestimar el poder que tiene el desorden: nos hace sufrir en niveles profundos, ya que convivir con él, ejerce un ataque sin tregua que afecta nuestro bienestar”, reflexionó.
También habló sobre el tema Lourdes Benítez, asesora y organizadora de espacios. Ella destacó que existe una diferencia entre ordenar y organizar. "Ordenar es el acto de guardar las cosas y ponerlas en su lugar. Mientras que organizar es utilizar nuestra creatividad para la buscar soluciones y crear un sistema de guardado", señaló.
Estos negocios de organización que en su mayoría son dirigidos por mujeres, son novedosos y de alta demanda hoy en día, pues considerando los aspectos positivos que el orden brinda, la inversión que realizan las personas en mejorar su ambiente, es retribuida en calidad de vida.
Desde una perspectiva psicológica la manía por el orden aporta factores positivos a la vida. La psicóloga Delfina Lugo, recalcó algunos aspectos puntuales sobre el tema. “En la actualidad, todas las personas buscan encontrar su bienestar y mejorar su calidad de vida a través de la adquisición de objetos.
El consumismo bombardea con imágenes provocando estímulos que incitan a comprar objetos que no son necesarios, todo ésto hace que llenemos nuestros hogares de cosas que, a la larga significan la acumulación de los mismos”, manifestó.
También indicó que nos volvemos acumuladores de cosas que significan muchas veces la compensación de carencias afectivas y/o emocionales. “En respuesta a éste fenómeno que afecta cada vez a más personas, aparecen los mentores del orden, como una forma de vida, que busca fomentar el desarrollo de calidad de vida a través del orden, en especial en el hogar”, recalcó.
Según explica, el ejercicio de poner en orden en el hogar va de la mano con poner en orden las ideas, buscar el equilibrio y fomentar el desapego maduro de las relaciones sentimentales, familiares y con el entorno en general.
“Ciertamente las personas indecisas son las más propensas a desarrollar el apego a las cosas y convertirse en acumuladoras”, subrayó. La acumulación lleva al desorden, según indicó y por tanto, apuntar a un cambio en los hábitos procurando superar el desorden redundaría en mejorar el ambiente, lo que se traduce en calidad de vida, describe.
Consideró que adoptar este método de organización es positivo y puede ser aprehendido como un ejercicio en pos del equilibrio emocional.
El método KonMari está inspirado en corrientes como el minimalismo y el feng shui con un agregado terapéutico, que tal vez no haya sido intencional, pero que provoca una receptividad positiva a su filosofía.
Del minimalismo adoptó lo referente a reducir las posesiones a lo esencial y despojarse de lo restante. Del feng shui adquirió los principios de acomodar de forma armónica y consciente los objetos para que estos produzcan una influencia positiva en la vida.
Su sistema de organización se puede resumir en 9 pasos esenciales para iniciarse en el camino hacía la armonía del hogar, por medio de la organización.
1. Saludar a la casa: cuando se ingresa a un lugar con problemas de organización, lo primero que hace Marie Kondo es saludarla y conectar con ella para entender las sensaciones que le transmite.
2. Se tiene que organizar por categorías no por habitaciones: en este punto indica que se deben organizar las cosas de un mismo tipo en un mismo lugar. Sus categorías son ropa, libros, papeles, Komono y objetos sentimentales.
3. Se debe empezar por la ropa, que es lo que más se tiende a acumular: lo ideal es sacar todo del placard, hacer un montón y de allí seleccionar lo que queda y lo que se va. Las ropas deben ser dobladas y colocadas de forma vertical, para que de una mirada se pueda ver todo lo que hay en el closet.
5. Distribuir los objetos en la cocina según la frecuencia del uso: los más usados deben estar de forma accesible y los que no, pueden ir en estantes más altos o en sectores donde no estorben a la hora de cocinar.
6. Los objetos de valor sentimental tienen que ir en cajas bonitas y en lugares de la casa que produzcan felicidad: se pueden organizar por años o períodos como el colegio, la universidad y demás, para que los recuerdos queden organizados de forma más fácil de localizar. Su idea es la creación de un “caja de tesoros” con aquellos elementos que nos evocan nuestro pasado.
7. Utilizar cajas y cestos para facilitar la organización: esto ayudará a disponer de forma más efectiva los espacios que se necesitan para guardar cosas.
8. Involucrar en el proceso de ordenamiento a toda la familia: para que la formación del hábito sea perdurable.
9. Para organizar los libros se sigue la misma regla que para las ropas: considerando si brinda felicidad y también si el mismo aporta valores positivos a la vida.
¿Querés poner tu vida en orden? Definitivamente tenés que empezar a ver ¡A ordenar con Marie Kondo! la serie de Netflix, implementar sus técnicas y también seguir en las redes sociales a las “kondo paraguayas” que ofrecen tips y consejos para organizar el entorno.