No próximamente: The Sacrament

Un exponente más del género del falso documental, pero que deja de lado el gastado género sobrenatural para centrarse en un terror más realista.

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Holocausto Caníbal lo engendró, El Proyecto Blair Witch le dio popularidad mundial y filmes como Cloverfield y principalmente Actividad Paranormal lo revivieron con fuerza. El subgénero de las películas presentadas como falsos documentales, con la acción captada por sus propios protagonistas, goza aún de una enorme popularidad y se ha prestado especialmente bien para los filmes de temática sobrenatural.

A modo de ilustrar esto, uno puede tener en cuenta el simple hecho de que solo este mes tenemos dos de esas películas en estreno en Paraguay. Esta abundancia puede resultar en cierto grado de aburrimiento una vez que las películas de este tipo, independientemente de su calidad -y hay algunas que no están mal-, empiezan a volverse demasiado frecuentes.

Y, sin embargo, aquí estoy para hablarles de otro de esos filmes. La diferencia entre todos los que últimamente llegan a cines y el filme que nos ocupa, The Sacrament, es que deja de lado la temática sobrenatural y, aunque trata temas religiosos, lo hace sin recurrir a posesiones demoníacas o exorcismos. Y aunque no es ninguna maravilla a nivel argumental, es una película que muestra un indudablemente apto manejo de la tensión y el suspenso.

El filme, que toma como inspiración un muy famoso caso de una tragedia masiva en torno a un culto religioso ocurrido décadas atrás, consiste en las filmaciones hechas por un equipo de un medio neoyorquino cuando fueron a visitar las tierras que un grupo religioso compró en África y convirtió en una utópica sociedad casi totalmente autónoma.

Patrick es un fotógrafo de modas que recibe un misterioso mensaje de su hermana Caroline, una exadicta reformada que lo invita a visitar la Parroquia Edén, una comunidad cerrada en África fundada por un reclusivo líder religioso. Sus amigos deciden acompañarlo para filmar un documental sobre el lugar.

Un punto a favor del filme es que no tiene pretensiones de querer sorprender con la revelación de que la aparentemente idílica comunidad tiene oscuros secretos. En vez de tratar de hacer al expectador preguntarse si algo malo va a pasar -el expectador obviamente sabe que sí desde el momento en que comienza a ver la película-, la película concentra todos sus esfuerzos en hacer bien tenso el recorrido hacia esa inevitable conclusión.

A pesar de un breve pero intenso momento de tensión inicial durante un encuentro con los guardias armados con rifles automáticos que custodian la entrada al terreno, los tres visitantes pronto encuentran que los habitantes de la comunidad, en su mayoría personas con historias similares a la de Caroline, parecen genuinamente felices en su nueva vida y que la infraestructura de la comunidad es bastante impresionante. Todas las personas con las que hablan no tienen más que palabras de elogio para el lugar y para su líder, a quien solo se refieren como “Padre”.

A través de todo este tiempo de preparación, el director Ti West llena de pequeños detalles el filme, pequeños indicios -la mayoría de ellos muy sutiles- de que algo no anda bien. La forma demasiado alegre en la que Caroline habla, como si estuviera poniendo demasiado esfuerzo en dar una imagen de felicidad. Mucho antes de que la primera auténtica confirmación de que algo anda terriblemente mal llegue, el filme ya lo dijo implícitamente.

Cuando las cosas se ponen sangrientas, el filme va por derroteros más predecibles, aunque siempre manteniendo la tensión y dando lugar a algunas escenas sorprendentemente fuertes, lo que es aún más impresionante por el hecho de que el filme no es en exceso sangriento. Hay una cantidad considerable de hemoglobina, pero la mayor parte de la violencia ocurre fuera de cámara o es filmada de una forma muy realista. No hay más que un par de escenas de violencia muy explícita y golpean especialmente fuerte precisamente porque el filme no ha estado dando escena tras escena de carnicería hasta hacer que el público pierda la sensibilidad.

Aunque no sea una obra maestra, The Sacrament es un buen ejemplo de tensión aplicada con habilidad. Se puede contar entre aquellas películas para pasarlo bien pasándolo mal.

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THE SACRAMENT

Dirigida por Ti West

Escrita por Ti West

Producida por Eli Roth, Molly Conners, Jacob Jaffke, Peter Phok y Christopher Woodrow

Edición por Ti West

Dirección de fotografía por Eric Robbins

Banda sonora compuesta por Tyler Bates

Elenco: Joe Swanberg, AJ Bowen, Kentucker Audley, Gene Jones, Amy Seimetz, Kate Lyn Sheil, Donna Biscoe y Shaun Clay

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