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Adam Wingard lo hace de nuevo. Tras la excelente Cacería Macabra, que básicamente era una historia común propia de “cine B” que se convertía en algo especial gracias a cierta medida de negro sentido del humor, creatividad y un personaje central inolvidable para unirlo todo, el joven director repite el truco con igual éxito en The Guest.
La premisa es sencilla y para nada novedosa: una familia estadounidense perdió a su hijo Caleb en la guerra en Medio Oriente, y recibe la visita de un hombre que dice haber sido un amigo cercano del fallecido mientras ambos se hallaban desplegados, y que viene a cumplir la promesa que hizo de visitar a la familia.
El visitante es David (Dan Stevens), un hombre apuesto, encantador y enormemente cordial. Una fotografía en la sala de la familia que muestra a Caleb con sus compañeros de armas corrobora lo que dice. En poco tiempo el visitante se gana el favor de toda la familia, pero algo claramente no es lo que parece.
El visitante con un secreto es un recurso que no pocos filmes de suspenso han empleado en el pasado, pero Wingard y su guionista Simon Barrett ya han probado en el pasado ser buenos a la hora de tomar premisas gastadas y darles giros emocionantes y frescos. Si en Cacería Macabra tomaban la premisa de asesinos acechando en una casa y la ponían de cabeza, en The Guest se apoyan totalmente en su protagonista para contar una historia que rechaza géneros o distinciones.
Tomando inspiración en algunos de los mejores psicópatas de la historia del cine, David es una figura que encanta al público tanto como lo hace con la familia del filme, manteniendo un aire de cordialidad que es al mismo tiempo atractivo y en no poca medida inquietante. Sea ganándose a los padres de la familia mediante la conversación o a los hijos volviéndose su confidente, o cometiendo actos de horrible violencia, David nunca pierde la actitud cordial, y ese contraste lo hace memorable.
Esto, por supuesto, es en parte posible gracias a una magistral actuación de Dan Stevens en el papel protagónico. Stevens ya venía llamando la atención con su trabajo en la serie Downton Abbey, - y como les dije hace poco - fue por lejos lo mejor de la intrascendente tercera entrega de Una Noche en el Museo, pero aquí demuestra ser un verdadero peso pesado. Es difícil no ver unas pizcas de Hannibal Lecter o Norman Bates en la interpretación de Stevens, influencias que Wingard y Barrett tiran sobre una historia que invierte la trama de cierta saga de filmes de acción recientes, aunque decir cuál sería dar demasiados detalles sobre el final de la cinta.
Wingard y Barrett se toman su tiempo con el filme, pintando de a poco la imagen completa de lo que es realmente David a través del personaje de la hija de la familia, Anna (Maika Monroe), cuya desconfianza inicial de David va cediendo ante los encantos del visitante. Ella ve a un hombre comprensivo y atento, su hermano Luke ve a un protector y amigo, y los padres ven a un sonriente y carismático nuevo miembro de su familia. Solo cuando está solo David refleja una naturaleza oscura.
Cuando el filme cambia bruscamente de género hacia el final, sorprendentemente no pierde nada de fuerza gracias a que Wingard mantiene la misma intensidad y tensión con una pizca de humor negro que marca todo el filme. Incluso la banda sonora parece una extensión de la psique de David, un sonido ambiguo, esquizofrénico pero relajado, amistoso.
Si quiere un filme con bastante suspenso, algo de acción y un protagonista de esos que dan miedo y aprehensión pero que son un goce en cada segundo que están en pantalla, The Guest es su película.
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THE GUEST
Dirigida por Adam Wingard
Escrita por Simon Barrett
Producida por Keith Calder y Jessica Wu
Dirección de fotografía por Robby Baumgartner
Banda sonora compuesta por Steve Moore
Elenco: Dan Stevens, Maika Monroe, Lance Reddick, Brendan Meyer, Sheila Kelley, Leland Orser, Tabatha Shaun, Chase Williamson y Joel David Moore