Cargando...
Siendo el fin de semana de Halloween, lógicamente tenía la intención de hacer que la película de esta semana sea temáticamente acorde, así que me sumergí en las profundidades más ocultas de Netflix buscando algo interesante entre lanzamientos recientes de terror. La algo apresurada búsqueda arrojó un par de resultados, más notablemente el thriller de Ti West The Sacrament, un filme del cual probablemente les hable más adelante.
Y es que The Sacrament iba a ser mi propuesta de terror para este artículo hasta que me encontré con esta curiosidad española y vi que la dirección era nada menos que de Álex de la Iglesia, un cineasta que no siempre acierta en sus películas, pero que rara vez deja de hacerlas interesantes. Como añadido, la imagen con la que Netflix promociona el filme cuando uno lo resalta es la de un hombre disfrazado de Jesús disparando una escopeta desde el asiento del acompañante de un taxi. Como soy solo un ser humano, no me pude resistir a algo como eso.
Todo lo que uno necesita saber de la película, su tono e intenciones, está plasmado en los primeros minutos, en los que tras una breve introducción de tres auténticas brujas haciendo una enigmática profecía sobre oro, una esponja amarilla, un soldado verde y demás cosas aparentemente sin relación. A esto sigue un montaje de créditos muy al estilo de la típica película de terror sobrenatural, con imágenes tétricas de brujas a través de la historia -alguna que otra persona famosa resulta haber sido usuaria de magia negra, aparentemente-, música macabra, etcétera.
Es entonces cuando la profecía se hace clara y conocemos a nuestros protagonistas, un grupo de criminales que intenta asaltar un comercio de oro en plena Plaza del Sol de Madrid, disfrazados como algunos de los artistas que atraen a los turistas en la zona. El atraco sale mal, y solo dos de los ladrones, Tony (Mario Casas) y José (Hugo Silva), junto al hijo de este último, logran escapar con el botín. Los criminales roban un taxi y obligan al conductor a llevarlos hasta la frontera con Francia. En su camino, paran en un pequeño pueblo de nombre Zugarramurdi, y todos sus planes se arruinan.
La película se siente como un la compilación de influencias, y es en estructura parecida especialmente al clásico de violencia vampírica de Robert Rodríguez Del crepúsculo al amanecer, en el hecho de que durante la primera media hora el filme es uno, y luego de esos primeros 30 minutos es totalmente otro. Va de comedia criminal a comedia de terror, y se las arregla para hacer bien ambos géneros, aunque la transición no es tan marcada y sorprendente como en la película de Rodríguez, que bien podría ser una recomendación para este Halloween si aún no la vio usted. De hecho, si no vio alguno de los filmes que voy a mencionar en los próximos párrafos, siéntase libre de dejar de hacer lo que está haciendo -después de terminar de leer esto, si es posible- y ponerse a buscarlas.
En cierta forma la película se siente como una versión algo menos pulida de los filmes de Edgar Wright, con el humor físico abundante en “gore” caricaturesco y chistes verbales a alta velocidad que tan importantes eran en Shaun of the Dead y Hot Fuzz, y que se mantienen constantes antes y después del cambio de género de la película. También hay una buena cantidad de sangre y demás fluidos, para no dejar fuera de la ecuación a Sam Raimi y sus películas como Evil Dead y Arrástrame al Infierno. Nunca deja pasar demasiado tiempo sin que alguno de sus chistes dé en el blanco, aún cuando no todos lo hacen.
Además hay algo sutilmente inteligente en la forma en que el filme puede interpretarse, como una parodia y una crítica a la mentalidad de muchos hombres que atraviesan problemas de parejas. Del trío protagonista, José es divorciado y vive en constante conflicto con su exesposa en torno a la custodia del niño, y tanto Tony como el taxista Manuel hablan de experiencias menos que ideales con las mujeres de sus vidas. Son hombres que viven en cierta forma intimidados e incluso resentidos –algunas de sus conversaciones lo dejan más que claro-, así que tiene sentido que sean enfrentados por un peligro de naturaleza femenina y exageradamente maligna, que cada vez se va volviendo más ridículo, lo que viene a ser como un comentario en plan de burla contra la forma ilógica en que estos hombres ven a las mujeres, literalizada y llevada al mayor de los extremos.
Por supuesto, esa es solo mi interpretación, y si uno no se siente con ganas de tratar de hallarle algún significado al filme, siempre puede apreciar la constancia del humor y la sorprendentemente alta factura del filme en lo que a técnica se refiere. Hay mucha imaginación y espectáculo especialmente hacia el final –ciertos personajes y diseños de vestuario no estarían fuera de lugar en un filme de Guillermo del Toro-, y aún con algunos efectos especiales no del todo convincentes –y por momentos directamente malos- el filme sale bien parado en lo visual.
La película sufre un poco por momentos en los que no pasa nada demasiado interesante, como cuando la película decide dar tiempo en pantalla a la exesposa de José y los dos detectives que buscan resolver el caso del robo en Madrid, personajes que no aportan demasiado. El cambio de bando de cierto personaje en el tramo final, por otro lado, se siente repentino, y ese personaje se hubiera beneficiado mucho de algo más de tiempo en pantalla. Sin embargo, esto y otras fallas que puede tener la película no le restan demasiado al final.
No le dará miedo, pero quizá Las Brujas de Zugarramurdi le haga reír como a mí. O quizá no. Quizá no le guste. Como sea, la garantía es que no le va a aburrir o a dejar indiferente.
-----------------------------------------------------------------------
LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI
Dirigida por Álex de la Iglesia
Escrita por Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría
Producida por Enrique Cerezo, Vérane Frédiani y Franck Ribière
Edición por Pablo Blanco
Dirección de fotografía por Kiko de la Rica
Banda sonora compuesta por Joan Valent
Elenco: Hugo Silva, Mario Casas, Jaime Ordóñez, Carolina Bang, Carmen Maura, Terele Pávez, Carlos Areces, Santiago Segura, Javier Botet, Secun de la Rosa, Pepón Nieto, Macarena Gómez y Enrique Villén