No dejar morir la filigrana

Con el objetivo de no dejar morir el arte de la filigrana, los luqueños Luis Aguilera y Vicente Sosa enseñan la técnica en la escuela de joyería Itaju. Sus alumnos son incluso extranjeros, quienes están interesados en la artesanía insignia de Luque.

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"Nosotros aquí les mostramos todos los pasos para la elaboración de las joyas de filigrana, pero dejamos que los alumnos usen su creatividad. Les dejamos a ellos que hagan sus diseños y amen la filigrana", dijo Luis Aguilera.

Con finísimos hilos de oro o plata, los artesanos luqueños crean las delicadas joyas que son la carta de presentación de la ciudad auriazul. Sentados en su "escritorio" rodeados de rudimentarias herramientas, la mayoría inventadas por los artesanos, elaboran las más bellas creaciones. 

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El objetivo de estos dos antiguos joyeros no es solo que el alumno sepa hacer joyas en filigrana, sino que aprenda todo el proceso de la orfebrería, desde derretir el metal y moldearlo hasta pulirlo y crear las más bellas joyas.

"El proceso para terminar una joya es mucho más que la filigrana; va desde la selección del metal hasta el pulido. Debe pasar por la persona que pule incluso y nuestra intención es que todo ese proceso lo haga solo el artesano, que sea solo su trabajo", dijo Aguilera.

La filigrana es una de las técnicas más utilizadas en la joyería luqueña cuyo uso va evolucionando, no solo en aros o collares, sino también con apliques en prendas de vestir, sombreros y accesorios como lentes, gemelos y aprietacorbatas.

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Propios y extraños admiran el delicado tramado del metal, que, sumado a la creatividad y paciencia de los orfebres, da lugar a un sinfín de objetos de admirable belleza. La delicadeza y la belleza de cada trabajo situó a la filigrana como la reina de las joyas luqueñas. 

Luque, ubicada a 21 kilómetros de Asunción, es considerada la capital universal de la filigrana debido a la gran cantidad de personas dedicadas a moldearla. "La filigrana es nuestra carta de presentación, por eso estamos trabajando con la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Luque y la Senatur para que delegaciones extranjeras puedan apreciar nuestro trabajo", dijo Aguilera.

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Por su parte, Vicente Sosa manifestó que aprendió la técnica de su padre. Comenzó a trabajar en la orfebrería a los 7 años y se especializó en trabajos por catálogo. Es decir, puede crear todas las joyas que los clientes deseen.

Sin embargo, agregó que lo que mejor le sale son los trabajos "huecos": aros, cadenas, anillos y todas las piezas que tengan el centro hueco. El artesano manifestó que hoy en día muy pocos jóvenes se dedican a la joyería, porque es un trabajo muy lento, y que la juventud de ahora quiere ganar plata rápida o se entusiasma con la tecnología. Sin embargo, rescata que los pocos que vienen a practicar tienen mucha habilidad.

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Los primeros trabajos de orfebrería con esta técnica se remontan al año 1864, durante el traslado de la capital de la República a Luque, tras la ocupación de soldados aliados en la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870). Los primeros joyeros llegaron a la ciudad huyendo de los invasores brasileños y argentinos.

Algunos de los artesanos se quedaron finalmente y montaron sus talleres en Luque, que se mantienen hasta hoy en manos de sus descendientes.

Desde entonces, la tradición del tramado de los hilos de plata y oro se traslada de generación en generación; tanto es así que el 1% de la población local se dedica exclusivamente a la orfebrería.

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Es decir, de los más de 300.000 luqueños, unos 3.000 se dedican a este delicado trabajo. Por este motivo, la ciudad se ganó el título de "Capital universal de la filigrana", secundada por la Ciudad de México, en donde también hay una importante cantidad de filigraneros.

Las principales piezas en filigrana se encuentran en las coquetas joyerías ubicadas sobre la avenida Cerro Corá, en pleno microcentro. Sin embargo, los filigraneros, los verdaderos artesanos, están en las compañías, trabajando en sus humildes talleres o bajo la planta de un mango. Allí, con sus rústicas herramientas, crean una infinidad de joyas con apliques en filigrana.

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