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Satisfecho, expectante... pero tranquilo. Así se escucha a Fausto Nicolás García Hume -simplemente conocido como Nico García-, el actor de 35 años que, desde Asunción, saltó a la popularidad en 2005 con su personaje protagónico de Juan José en González vs. Bonetti (2005). Poco después repitió el éxito en series de comedia como La chuchi (2006) y ficciones diarias como De mil amores (2009) y La doña (2010). Pero, sin dudas, el éxito de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, 7 cajas (2012), fue el condimento que -a pesar de su cuestionada interpretación como antagonista, tanto por parte de la crítica local como internacional- le faltaba para saborear el éxito internacional.
Después de acompañar a Malena Pichot en las series Por Ahora y Jorge, este lunes será el momento de debutar en el competitivo prime time argentino, de la mano de La leona. Allí, García interpreta a Charly Leone, un paraguayo rescatado de la calle, al que adoptaron con 15 años y pasó a formar parte de la familia llena de roles estelares: su madre Isabella Medeiros es interpretado por Patricia Palmer; mientras que sus hermanastras son Nancy Dupláa (María Leone), Dolores Fonzi (Eugenia Leone) y su padre adoptivo es Hugo Arana (Pedro Leone). Los cabos se unen en una fábrica textil a punto de quebrar.
"Para mí es genial trabajar en un elenco con gente tan maravillosa y con tanto oficio. Para mí es genial; un crecimiento buenísimo", cuenta el actor en un contacto telefónico desde Buenos Aires. La ficción se grabó durante 2015 y, tras su estreno en la Argentina, está confirmado el estreno local para el mes de marzo, a través de Unicanal. "Me tocó un elenco de gente maravillosa, con la cual pude trabajar sin ningún problema, fueron todos muy buenos compañeros. Fue un ambiente de trabajo muy lindo entre todos, fomentado por ellos también... porque es difícil armar un elenco en el que toditos nos llevemos bien. Y, por suerte, sucedió eso y ojala pueda trascender la pantalla", dice.
-¿Cómo llegaste a este proyecto?
-Fue directo. Me llaman a proponer un papel, me hablan del papel -si tenía ganas de interpretarlo- y, después de unas conversaciones por Skype, entré en negociaciones con mi representante.
-Uno de los ganchos más importantes de la tira es la reunión entre Pablo Echarri y Nancy Dupláa (ambos pareja en la vida real). ¿Cómo fue trabajar con ellos?
-Fabuloso. Un ingrediente increíble que sean pareja y hace mucho tiempo que no están trabajando juntos... como pareja es la primera vez que trabajan, y la energía de los dos es fabulosa. Nancy es una líder de grupo, es como una mamá con sus pollitos. Está pendiente de todo y Pablo es como el papá mayor, que también -aparte de ser protagonista- es el productor. Entonces como que estamos todos bajo el ala de los dos y la energía de los dos es fabulosa.
-Junto a figuras tan masivas y en una pantalla tan caliente, ¿en qué sentís que especialmente suma este proyecto a tu carrera?
-Suma muchísimo... trabajar con toda esta gente que tiene mucho oficio es como irte a jugar a Barcelona, ¿entendés? Nadie para la pelota... toditos te pasan de primera y tenés que estar listo para correr. Y si te sale, la tenés que tirar.
-¿Qué se viene de acá en adelante?
-Tengo proyectos acá, en Buenos Aires, también para Paraguay... nada de lo que se pueda hablar, porque podemos grabar dentro de dos meses o tres años. Una vez que no esté cerrado todavía no quiero contar nada. Pero la verdad es que estamos pisando fuerte afuera; está Lali también acá laburando mucho... y gente en España y México.
-Tu personaje en 7 cajas fue controversial. A la distancia, ¿qué te dejaron las críticas?
-Te soy sincero: la verdad, me 'chupó un huevo' siempre. Pero me surgió de una forma también de no darle bola un poquitito, a lo que son la críticas buenas y a las críticas malas. En la vida del artista uno tiene que tratar de no darle bola, porque no es algo que a vos te haga mejor o peor artista, o te haga crecer. El camino se recorre de una forma y todo lo que vos hagas en tu camino te trae una cosa al final de la vida.
-En Paraguay el artista -sea actor o cineasta, entre otros- es generalmente intolerante a la crítica. ¿Qué les recomendarías a tus pares, a partir de tu experiencia?
-En Paraguay no hay nadie que sea crítico de arte, o los críticos de arte van a criticar algo que es muy comercial y tiene que ver con cómo le va a ir a la película o cómo va a facturar. Tiene que ver algo más con la parte comercial que con la parte artística.
A nivel de lo que es el laburo, mi laburo es algo muy personal y tiene que ver con el director y un montón de personas. Mi mejor consejo, para mí, es no darle bola a la crítica, ni positiva ni negativa, porque también es muy fuerte que te llenen la cabeza: ¡qué genial! (con efusividad). Podés tocar el cielo con las manos: creerte eso también es muy peligroso, como deprimirse porque hay personas a la que no le gustó tu laburo. El crecimiento del actor viene por otro lado.