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Es bien conocido que cuando se trata de enviar droga a través de vuelos aéreos, los controles en los aeropuertos son cada vez más estrictos, por eso se suelen utilizar vehículos y llevar la mercadería por las rutas.
Pero también existe una parte previa antes que la droga salga de su punto de partida y más todavía cuando se trata de marihuana.
Esta droga es primero plantada en los montes. En muchos casos se procesa la hierba en el mismo lugar, dentro de campamentos precarios.
Para los órganos represivos es muy difícil llegar hasta los tupidos montes, siempre se tropieza con el primer obstáculo que es la naturaleza misma, luego también se suma a ello que los traficantes suelen ocultarse en la selva y ante la llegada de los antidrogas huyen con mucha facilidad ayudados por los mismos campesinos que generalmente están confabulados con los narcos o amenazados por ellos.
A todo esto ya sabido, ahora surge un nuevo y peligro problema para los antidrogas, que es que los traficantes comenzaron a poner artefactos “cazabobos” cercando el sector donde están sus campamentos.
Esto ocurrió en un procedimiento que llevaron a cabo los agentes policiales del departamento de Antinarcóticos, que hicieron una incursión en los montes de la zona de Yasy Kañy, departamento de Canindeyú, donde se encontraron con seis “cazabobos” que resguardaban igual cantidad de campamentos narcos.
En este caso los "cazabobos" no son bombas o artefactos explosivos: lo explica un alto mando policial.
El jefe de Antinarcóticos, comisario Rufino Gill, explicó que sus agentes llegaron hasta el sitio indicado donde encontraron unas 25 hectáreas de marihuana etapa de crecimiento, pero también se quedaron sorprendidos por el hallazgo de “cazabobos”.
“Mis agentes encontraron seis artefactos de fabricación casera con perdigones de escopetas. Son 'cazabobos', que fueron puestos en el lugar, para que cualquiera que entre al lugar tropiece con ellos y les cause un gran daño”, señaló el comisario Gill.
Estos artefactos son puestos en los montes para que sean accionados por cualquier persona extraña al lugar y también por el grupo de traficantes. En caso que sean fuerzas antidrogas las que penetren hasta el sitio al accionar uno de estos cazabobos, no solo van a herir a los uniformados, sino que también dará tiempo a que los delincuentes huyan.
“Estos artefactos son muy peligrosos, ya que al detonar los perdigones se disparan como al salir de una escopeta y las heridas pueden llegar a ser mortales”, señaló el comisario Rufino Gill.
“Ahora vamos a tener que tener mucho más cuidado para entrar hasta estos sitios, ya que este nuevo accionar de los traficantes es muy peligroso”, apuntó el jefe antidrogas.
Los primeros en utilizar este tipo de artefactos fueron los miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) quienes usan los “cazabobos” siempre que comenten un ataque en los montes, a fin de poder cubrir su escape.
En el secuestro del ganadero Fidel Zavala, una bomba “cazabobo” fue plantada en la camioneta de la víctima y un agente de policía que abrió la puerta fue alcanzado por las esquirlas y quedó en estado delicado.
Los narcotraficantes se ven cada vez más cercados por las fuerzas especiales, por esa razón van también innovando en materia de defensa y escape.