Melodías del arpa, de vuelta a casa

De vuelta a la tierra que lo vio nacer, Víctor Espínola, el multiinstrumentista y cantante paraguayo que hizo carrera en EE.UU., se presentará el 27 de marzo, como cierre del ciclo de verano en el Teatro Municipal.

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Luego de una larga estadía en el exterior, el artista deleitará con los acordes de su arpa al público paraguayo por primera vez a lo largo de su carrera. Promete un espectáculo cargado de energía y ritmo, donde volcará en escena todo el sentir y la nostalgia que lo acompaña estando lejos de su cuna guaraní.

Víctor tiene 50 años y su talento musical lo llevó a recorrer el mundo. Él es uno de los pocos artistas nacionales que puede ostentar haberse presentado en los escenarios más prestigiosos del mundo.

Medio Oriente, Estados Unidos, México, Suiza, Italia, Austria, Alemania, Egipto, China, Europa del Este y África son sólo algunos de los sitios a los que llegó con su arte.

El Madison Square Garden de Nueva York, el Royal Albert Hall de Londres, frente a las Pirámides de Egipto, el Kremlin de Moscú, el Luna Park de Argentina, el Movistar de Chile y otros escenarios de gran prestigio tuvieron en escena a Víctor y su grupo llamado Forbidden.

Víctor llevó su amor por el arpa en alto y hasta la convirtió en la protagonista de su banda. “Con el arpa crecí, es mi instrumento guaraní, es mi alma. Es mi espíritu, mi nación, mi bandera. El arpa paraguaya es para mí mi nación representada en mis brazos”, comenta.

Dedicación, esfuerzo y sacrificio son las palabras con las que describe el proceso que lo llevó a poder vivir de su sueño de ser músico y ganar prestigio internacional. "Ser músico, vivir de la música, vender música es unas de las profesiones más difíciles en el mundo. La música no se puede tocar, no se puede palpar, no se puede oler, no se puede gustar: se puede oír. Por tanto es una profesión que vende espíritu, que vende poesía, que vende alma, que vende corazón, que vende sentimientos, que vende romance, rabia, amor… Todo eso que tiene que ver con lo invisible. Entonces vender algo invisible, que solamente se puede escuchar, es lo más difícil que uno puede vender. La música siempre fue la profesión más difícil”, reflexiona.

Confiesa que como profesional desarrolló exigencia, la que considera fundamental en todo artista. "Yo creo que en cualquier profesión –y más en la música– llegar a la perfección o llegar lo más cerca a lo perfecto es lo ideal. Es difícil, pero siempre hay que tratar de perfeccionar absolutamente todo en la música”, sostiene.

Aunque lleva más tiempo viviendo fuera que en el país, Víctor se mantiene al tanto de las novedades del rubro en Paraguay. Sobre este punto manifiesta que está muy contento de la expansión y la formación de nuevas agrupaciones musicales nacionales.

Comenta que está muy sorprendido y feliz de que jóvenes talentos se animen a seguir sus sueños y hacer de la música su forma de vida. “Si tienen la música por dentro, si tienen la vocación de ser músicos, que sigan sus sueños, que nunca dejen de soñar. Si tienen música en su alma, que la expongan al mundo, que se lo muestren y no tengan miedo de subirse a un escenario y exponer su música, su corazón, derramar su alma frente al público”, expresa.

Cada show brindado por el artista es preparado con mucha dedicación. Aclara que los ensayos y el tiempo que invierte en la planificación de los conciertos son clave en la realización de un espectáculo de nivel.

“Mucha concentración, mucho ensayo. Especialmente estudiar al público local, al que te va a escuchar, un poco de ejercicio, comida sana pero por sobre todo mucha concentración y mucho ensayo. Yo soy medio perfeccionista, así que el show completo lo ensayo por lo menos unas siete u ocho veces el día antes de la presentación”, cuenta.

Como cada escenario es único y cada público diferente, Víctor expresa que siente nervios antes de subir a las tablas. “En cualquier escenario del mundo siempre hay un poco de nervios. Y especialmente cuando es la primera vez que vas a tocar en un país, siento un poquito de nervios”, relata.

En una de las giras internacionales desarrolladas por Víctor, le tocó ir a la capital de México. Como los productores de estos eventos eran de allí, le solicitaron que visite la escuela donde iban sus hijos. Esta experiencia le cambió la vida y le proporcionó un nuevo sueño.

Tal fue la recepción positiva que tuvo su presentación ante los niños que fue invitado a ir a otras instituciones educativas. “Terminamos haciendo una minigira de 40 escuelas, donde los niños se entusiasmaban y se conmovían con la música”, resalta.

Esta vivencia fue la inspiración que lo volcó a idear el proyecto de llevar música a las escuelas en Paraguay. Aún no concretó el mismo pero está en tratativas de cumplir este sueño en su tierra, pues siente el compromiso y la responsabilidad de compartir su talento con la niñez de su país.

Destaca que con las presentaciones ante los estudiantes se puede lograr la integración y una mejor comunicación. También despertar y descubrir la vocación de algunos y fomentar la formación artística.

Aprovechando su visita al país, Víctor Espínola dará un concierto en el Teatro Municipal el próximo 27 de marzo. En esta oportunidad tocará con músicos nacionales de gran prestigio.

“Es una cuenta pendiente que tengo con mi país. Es un honor para mí cerrar el ciclo de verano del Teatro Municipal y es un honor también estar por primera vez en mi país, con un show completamente nuevo y entregar mi arte, entregar mi música a mi pueblo. Me llena de orgullo estar en Paraguay y espero que la gente disfrute mucho del show que voy a dar. Tengo muchas sorpresas”, sostiene.

En el espectáculo hará un recorrido por sus composiciones emblemáticas y también incluirá parte de su nueva producción. “Tengo mucha música nueva. Mucho de lo nuevo de Víctor Espínola se va a escuchar en este concierto que es tan especial para mi. Música que nunca se ha oído, música totalmente nueva. Y también un poquitito de mis temas de antes”, indica.

“Venir a Paraguay, a mi país, a mi tierra guaraní, venir a la tierra que me vio nacer y que me dio el arpa, venir a la tierra que me dio a la música y me dio a mis padres, quienes me enseñaron el arte de la música paraguaya; mis padres me dieron su arte. Venir a tocar a mi tierra significa todo. Y especialmente después de recorrer escenarios de todas partes del mundo. Era una deuda que tenía pendiente con mi país. Venir a tocar a mi tierra es lo más lindo que me va a pasar en mucho tiempo. Y estoy muy orgulloso de venir a tocar a mi querido Paraguay”, subraya.

Víctor Espínola formó parte de la orquesta de Yanni, el famoso pianista y compositor griego. Durante su carrera musical tocó en prestigiosos escenarios internacionales, pero nunca tuvo oportunidad de hacerlo en Paraguay.

Nació en Asunción en el año 1969. Actualmente reside en Florida, Estados Unidos. Está casado y tiene 5 hijas, quienes - según cuenta- heredaron el amor hacia la música y las costumbres nacionales.

Nunca estudió música, aprendió escuchando tocar a su papá, quien también ejecuta el arpa. Citó a Mangoré, José Asunción Flores, como los maestros de quienes toma inspiración. Papi Galán, Marcelo Rojas, Martín Portillo y Nicolás Caballero son otros arpistas a quienes admira.

Se dice muy orgulloso de la cultura paraguaya, amante de los asados, el vori vori y el olor a naranjo mata del campo. Su mayor añoranza al estar fuera de su país es la comida de su mamá y la candidez de la gente de su barrio, en Ytororó.

De vuelta a casa, Víctor subirá a la tablas del Teatro Municipal, en un homenaje a la tierra que le brindó su instrumento, su amor y la pasión de su vida: el arpa.

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