Los “narcointendentes” electos en comicios

Cerca de una decena de políticos electos (o reelectos) como intendentes en zonas conocidas por la presencia del narcotráfico estaría vinculado con el “negocio” o al menos serían cercanos a personas vinculadas al crimen organizado. Los “narcointendentes”.

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Cuando en mayo pasado agentes de la Senad detenían al diputado suplente por Amambay, Carlos Rubén Sánchez Garcete, alias “Chicharõ”, sus intenciones de convertirse en intendente del distrito de Capitán Bado estaban a punto de frustrarse.

“Chicharõ” fue detenido horas después de haber visitado Mburuvichá Róga, la residencia del presidente de la República, donde había intentando conseguir el apoyo del oficialismo colorado de cara a las elecciones internas de su partido. Sobre el político colorado pesaba una orden de captura emanada el 11 de mayo por el fiscal antidroga Marcelo Pecci, en el marco de una investigación por lavado de dinero vinculado al narcotráfico. Un cargo similar al que le costó una condena en la justicia brasileña.

Las posibilidades de que uno de los cinco distritos del departamento de Amambay, limítrofe con el Brasil, quedara bajo su influencia se redujeron aún más cuando horas después era detenido su hermano menor Ardonio, quien había ido hasta la sede de la Senad para tratar de asistir legalmente al legislador suplente.

Finalmente, “Chicharõ” encontró en el menor de sus hermanos, Denilso Sánchez Garcete, una alternativa para seguir adelante con la pugna por ganar la candidatura colorada para la intendencia de Capitán Bado. Los medios terminaron por ponerle a Denilso el alias de “Chicharõcito”.

Como parte de su campaña, Denilso utilizó el eslogan “Tu voto vale doble”, con el que afirmaba que una vez elegido intendente municipal de Capitán Bado haría todo lo posible para ayudar a conseguir la libertad de sus hermanos, actualmente presos.

Sin mayores problemas, Denilso se impuso en las internas coloradas y finalmente el domingo terminó ganando la intendencia de Capitán Bado con un total de 4.193 votos frente a los 2.987 conseguido por su opositor liberal.

Pero hay un (no tan) pequeño problema. Y es que Denilso es actualmente prófugo de la justicia paraguaya y desde hace meses se encuentra en la clandestinidad, al menos para el Ministerio Público. Sobre el nuevo intendente electo de Capitán Bado pesa una orden de captura emanada por el fiscal Marcelo Pecci. Sí, el mismo que investiga a sus dos hermanos por lavado de dinero.

Denilso es investigado por el Ministerio Público por su participación en el supuesto hecho ilícito de lavado de activos. De acuerdo a la hipótesis manejada por la Fiscalía, el ahora candidato colorado a la intendencia de Capitán Bado también habría sido parte de una estructura que se habría beneficiado de bienes que no tienen un sustento patrimonial válido y cuya fuente de ingreso conocida sería el lavado de dinero proveniente del narcotráfico, un hecho que es atribuible a Carlos Rubén Sánchez Garcete, de acuerdo a sentencia dictada en Brasil por el juez federal Odilón de Oliveira en 2010.

Los hermanos Sánchez Garcete no solamente son familiares, sino que también son socios familiares. Denilso es investigado principalmente por sus aportes e integración de capital para la sociedad Norte Porá S.A., que habría sido parte del esquema de lavado de dinero.

De hecho, Denilso no tiene trabajo conocido pero si cuenta con un gran caudal económico.

Para Brasil, de hecho, “Chicharõ” es mano derecha del peligroso capo del narcotráfico Luis Carlos Da Rocha, más conocido como Cabeza Branca, uno de los más grandes narcotraficantes del vecino país.

¿Cómo hizo para ser electo? La cuestión es que aún estando imputado y prófugo, el sistema electoral paraguayo permite que alguien como Denilso sea candidato hasta tanto no tenga condena firme y ejecutoriada. Algo que, en el sistema judicial paraguayo, puede tardar varios años.

Lo cierto es que al momento de presentarse para jurar como intendente de Capitán Bado, Denilso debería ser detenido o por la Policía o por agentes de la Senad. De ser así ¿cómo cumpliría con sus funciones recluido en algún penal?

Un dato no menor es que “Chicharõ” se habría encargado de constituirse en el operador más importante para la campaña proselitista de su hermano menor, aún estando recluido en la penitenciaría de Tacumbú.

De hecho, algunas versiones señalan que el detenido diputado suplente se habría encargado de conseguir el dinero necesario para financiar la campaña de su hermano. El mismo “Chicharõ” publicó que trabajaría desde su celda en Asunción para llevar a su hermano a la intendencia.

El procesado por lavado de dinero tampoco tuvo demasiados problemas para publicar una foto en la que se lo ve festejando la victoria de su hermano en las internas coloradas de julio pasado. Una imagen que le terminaría costando el puesto al director de la penitenciaría de Tacumbú.

Algunos pobladores de Bado señalaron a ABC Color que durante la jornada electoral de las internas, el movimiento que impulsaba la candidatura de Denilso llegó a pagar G. 500.000 por cada cédula y que ya a las 17:00, el mismo “Chicharõ” llamó a una radio local para felicitar al pueblo por la victoria de su hermano.

Por ser frontera seca con el Brasil y por la gran cantidad de cultivos de marihuana que existen en las colonias aledañas, Capitán Bado es considerada una pieza fundamental dentro de la ruta del narcotráfico para llegar a los mercados del vecino país.

De hecho, los cultivos más grandes de marihuana de América Latina son los que se encuentran en las afueras de Capitán Bado. Esto ha generado años de enfrentamientos entre los grandes narcotraficantes de los grupos criminales brasileños Primer Comando Capital (PCC) y Comando Vermelho.

Además, algunos consideran que la marihuana cultivada en tierras del Amambay contiene uno de los mayores porcentajes de alucinógenos, lo que la hace reconocida internacionalmente. En algunos mercados pedir un “Pedro Juan” significa estar buscando droga de alta calidad, más cara y producida en el decimotercer departamento.

Hablando de distritos marcados por la fuerte presencia del narcotráfico, aparece Pedro Juan Caballero, vecino de Capitán Bado y también clave en la ruta de la droga que sale desde nuestro país rumbo a Brasil y desde allí al mundo.

Bajo influencia liberal desde hace varios años, allí José Carlos Acevedo, hermano del senador por el PLRA Robert Acevedo, fue reelecto para un tercer período consecutivo como jefe comunal de la capital del departamento de Amambay.

Es de público conocimiento que el candidato liberal que aspira a su tercer mandato consecutivo, José Carlos Acevedo, es socio comercial de Nasser Jamil, hermano del “padrino” de la mafia fronteriza Fahd Jamil.

Semanas antes de las elecciones, Acevedo recibió el apoyo de varios políticos brasileños con quienes compartió una tarima; entre los brasileños se encontraba Francisco “Chico” Ximenez, tío de Jarvis Ximenez Pavao. Se habla de que Pavao habría colaborado fuertemente en la campaña de Acevedo a cambio de que este no lo perjudique en sus negocios afincados en el Amambay.

Como es habitual en las jornadas electorales en Pedro Juan Caballero, largas filas de gente esperando cobrar luego de haber depositado su voto a favor del candidato liberal se daban en algunas de las estaciones de servicio pertenecientes a la familia Acevedo.

En agosto de 2013, un automóvil Nissan Sunny sin chapa era detenido en la zona Aguaraymí, distrito de San Pedro del Ycuamandyyú, cerca del límite con Nueva Germania. En el interior del vehículo se encontraron 77 kilogramos de marihuana picada.

Durante el procedimiento fueron detenidos tres hombres: Rafael Rojas Ríos (23), Milciades Verdún Duré (33), Jonathan Cardozo Paoli (21), quien resultó medio hermano de la intendenta de Nueva Germania, Alicia González Paoli de Saiz (ANR). Luego de las verificaciones correspondientes, se descubrió que el vehículo utilizado para transportar la droga pertenecía, de hecho, a la jefa comunal.

A partir de allí, los vínculos de la familia Saiz con el narcotráfico comenzó a centrar la atención y se reveló que las conexiones en realidad eran varias. Teodoro Trinidad Saiz Silvera, pariente de la intendenta de Nueva Germania, Alicia González de Saiz, se encuentra recluido tras haber sido condenado a 18 años de prisión, por su implicancia en una red de narcotráfico que operaba entre Paraguay y Chile.

Había sido detenido en 2002, mientras se encontraba hospedado en el hotel City de Santiago de Chile. Durante los procedimientos iniciales se detuvieron a 10 paraguayos, una chilena y un brasileño.

Los arrestos se produjeron poco después de que las autoridades policiales de Chile decomisaran un cargamento de 1.900 kilos de marihuana, proveniente de Paraguay. La investigación, denominada “Operación Zafiro”, logró desbaratar una banda de narcos que tenía ramificaciones en Gran Asunción y en Amambay.

Teodoro Saiz Silvera y su padre, Teodoro Saiz Franco, habían sido requeridos por la justicia chilena de ese entonces, por su implicancia en envíos de droga. Ambos eran conocidos caudillos de la ANR en la localidad del departamento de San Pedro.

Saiz Silvera sigue recluido tras haber sido condenado a 18 años por narcotráfico.

Teodoro Trinidad Saiz Silvera fue el primer intendente del distrito de Nueva Germania, electo tras la caída del régimen del dictador Alfredo Stroessner, ocupando la jefatura comunal en el período 1991-1996.

Su administración fue intervenida por la Contraloría General de la República, a raíz de la detección de un faltante de unos G. 200.000.000.

Saiz Silvera fue denunciado por su sucesor Valdovino Rivas, pero, gracias a la impunidad, el acusado de narcotráfico logró blanquearse y nuevamente se presentó en las elecciones coloradas, en las que fue elegido como presidente de la seccional colorada de Nueva Germania.

Antes de ser detenido, Saiz Silvera era una especie de “nómada” de la política, ya que se cambió varias veces de carpa, pero según los reportes de ese entonces, estaba identificado con el nicanorismo argañista.

“Los Saiz son conocidos narcotraficantes de la zona”, señalaron este lunes a ABC Color fuentes vinculadas a la lucha contra el crimen organizado.

Tal es el poder que tiene la familia en la zona, que luego de que cayera el cargamento de droga transportado en el vehículo de la jefa comunal, ella solicitó el cambio del jefe policial de la zona. Como respuesta, días después, desconocidos acribillaron la casa de Alicia González.

El domingo, Alicia González se impuso para un nuevo período consiguiendo un total de 1.822 votos, equivalentes al 66,76%, frente a los escasos 826 votos que logró su contendiente liberal.

En el distrito de La Paloma, departamento de Canindeyú, el padrinazgo político del clan Villalba, encabezado por la diputada Cristina y el intendente Carlos Antonio, no cuenta con oposición alguna. De hecho, en casi todo el decimocuarto departamento es así.

Cristina Villalba y su hermano, Carlos “Cabrito” Villalba, eterno intendente del distrito de La Paloma, son los todopoderosos de su departamento y fuertes aliados políticos de Cartes. Es por eso que la diputada se ganó el apodo de “La reina del Norte”.

Si Cristina Villalba es considerada la reina de la zona norte del país, su hermano mayor, Carlos, podría ser sin ningún problema el “rey”. El intendente de La Paloma es considerado el hombre más poderoso de todo Canindeyú, donde su padrinazgo casi no cuenta con oposición. Arrastra con él una larga historia de denuncias de actividades ilícitas.

El intendente de La Paloma estaría presuntamente involucrado en el contrabando de mercaderías al Brasil, siendo uno de los principales rubros el cigarrillo, aunque se le suman otros como insumos agrícolas o electrónicos.

Villalba López ya fue denunciado por sus cercanas vinculaciones con Claudecir da Silveira, alias “Mano”, un brasileño con orden de captura que vive protegido en territorio paraguayo desde hace años y sindicado como uno de los principales líderes de una poderosa mafia que domina en la zona fronteriza el tráfico de cocaína, armas y hasta animales.

Sus detractores afirman que su padrinazgo sin discusión se basa en presiones a sus opositores.

Carlos Villalba apareció en el escenario político hace ya casi dos décadas cuando en 1996 ganó por primera vez las elecciones municipales en La Paloma, un distrito ubicado a unos 380 kilómetros de Asunción. A partir de ahí, construyó un padrinazgo político casi indiscutible en todo el departamento de Canindeyú apoyado en un poderío económico que fue en aumento exponencial desde que asumió la jefatura comunal.

Desde entonces, Villalba gana por goleada todas las elecciones y casi nadie se anima a enfrentarlo en la arena política. En varias oportunidades obtuvo el 80 por ciento de los votos en la puja por la seccional local. La única ocasión en la que perdió fue cuando en 2001 trató de cederle el lugar en la Municipalidad a su hermana Cristina, actual diputada conocida como “La Reina”.

Avelino Rivas Jiménez, colorado de ascendencia oviedista y el que había “arrebatado” la intendencia a los Villalba en 2001, reconoció en varias oportunidades esta realidad y señalaba que es imposible competir con una persona que maneja a todos con su fortuna malhabida, que logró gracias a la impunidad.

En 2012, el intendente de La Paloma protagonizó un hecho bastante particular al ser acusado de haber amenazado de muerte a su par de Salto del Guairá, el también colorado Eduardo Paniagua Duarte.

Los Villalba son señalados como supuestos protectores de los narcos que operan en la zona. De hecho, el narcotraficante Ezequiel De Souza relató en un audio cómo supuestamente recibían dinero por parte de los capos del negocio de esa zona del país.

Como ya no podía presentarse a un nuevo período y su hermana hoy en día es diputada (y muy cercana al presidente Horacio Cartes), “Cabrito” Villalba se encargó de preparar el camino para su hermano menor: Cristóbal “Kiko” Villalba.

Una vez más, la victoria del clan fue aplastante. “Kiko” consiguió 2.382 votos, equivalente al 81,46% frente a los escasos 430 del candidato liberal.

La zona baja del departamento de Canindeyú es probablemente una de las más violentas del país y esto se debe a la fuerte presencia que tienen clanes familias vinculados al narcotráfico y al poder territorial que consiguieron gracias a sus influencias políticas.

Uno de esos clanes es el liderado por Vilmar “Neneco” Acosta Márquez, quien en 2010 llegó de la mano del coloradismo a la intendencia de Ypejhú, un pequeño distrito ubicado en la frontera seca entre Paraguay y Brasil, clave en el camino de la droga.

Luego que “Neneco” se fugara del país, acusado de ser el autor intelectual del asesinato del periodista de ABC Color Pablo Medina y la joven Antonia Almada, el concejal colorado Emigdio Morel terminó siendo electo para completar el período.

Aunque intentara desligarse de los Acosta, lo cierto es que Morel siempre fue muy cercano a Vilmar y su familia. El domingo, el sucesor “Neneco” se terminó imponiendo con 899 votos ante los candidatos del PLRA y el FG, que en caso de aliarse hubieran conseguido una amplia victoria.

En Itanará, vecino a Ypejhú, se impuso el colorado Asunción Gallardo, supuesto cuñado de Arnaldo Alderete, narcotraficante abatido a tiros semanas atrás en la ciudad brasileña de Paranhos. En Ybypytá, zona de cultivo de marihuana, fue electo el liberal Rubén González, quien, según algunas fuentes, habría sido procesado por su presunta vinculación con el narcotráfico.

En síntesis, el romance entre el narcotráfico y el poder político goza de muy buena salud, a pesar de las promesas de lucha para erradicar al crimen organizado. Si no, que lo digan los conteos de las elecciones del domingo.

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