Niños, los más expuestos a la gripe

Los niños son quienes más se exponen a cuadros respiratorios. Se estima que podrían engriparse hasta cuatro veces o más al año. Un especialista recomienda consultar ante el mínimo síntoma y, así, evitar complicaciones como otitis, sinusitis y neumonía.

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El invierno y los cambios de clima, como últimamente ocurre en nuestro país, son las condiciones  propicias para la proliferación de cuadros respiratorios. De hecho, el Ministerio de Salud ha notificado el gran incremento de los cuatros gripales durante estos últimos meses.

En este contexto, los niños están entre los que más expuestos están a este tipo de enfermedades considerando que resulta particularmente imposible protegerlos de los gérmenes que se encuentran en todos lados. Por este motivo, se estima que un niño debería engriparse hasta cuatro veces al año como máximo, por lo que el Dr. Ricardo Iramain, titular del Congreso de Cuidados Intesivos Pediátricos, insta a tomar todas las precauciones debidas.

“Estamos recibiendo bastante cuadros respiratorios fundamentalmente gripes, debido a la influenza, pero hay que tener en cuenta diferencias entre resfrío y gripe”, especificó.

Señaló que la gripe es una enfermedad causada por virus, que cada año es ligeramente diferente debido a que hay diversos tipos de virus que actúan.

En cuanto a las diferencias, los síntomas de un resfrío en los niños tiene como síntomas congestión nasal, pequeño chorreo nasal, pero el niño sigue jugando igual, está activo, no tiene tos y tiene buen apetito.

Sin embargo, con la gripe, el pequeño puede presentar fiebre repentina, temblores y escalofríos, cansancio extremo (decaídos), no tienen ganas de jugar. Los niños más grandes suelen referir que tienen dolores de cabeza, tos seca que a veces suele ser intensa, dolor de garganta y en los más pequeños hasta vómitos.

“La gripe no suele traer complicaciones serias, pero sí puede haber complicaciones importantes como por ejemplo la otitis media (oído), congestión nasal que puede desembocar en sinusitis y la más seria, quizás, es la neumonía, llamada popularmente "pulmonía". Señaló que la tos persistente en los niños que ya no presentan un cuadro respiratorio debe ser una señal de alerta porque puede significar que bajó a las vías respiratorias inferiores, y también puede significar que el niño es alérgico.

En cuanto a esto último dijo que para tratar los casos es importante saber si el paciente es alérgico, ya que si bien la gripe a veces es un disparador de reacciones alérgicas en un alérgico, se presenta de manera diferente. “En pacientes en que la tos tarda en desaparecer, son terreno propicio para infección e inflamación de vías respiratorias y pueden quedarse con bronquitis aguda pero si el paciente es alérgico, es para que persista más tiempo la tos”, señaló.

Aunque resulte reiterativo, Iramain remarcó la importancia de evitar la automedicación, y lamentó que en nuestro país sea una práctica muy arraigada ya que incluso los farmacéuticos suelen ser guías de las personas que se prestan a hacerlo.

Se refirió específicamente al caso de los antibióticos, que generalmente son inmediatamente aplicados en casos de gripes y advirtió sobre esta práctica. “No es nada justificable aplicar antibióticos para cuadros como la gripe, que generalmente son de virósicos. El antibiótico se puede usar en el marco de una gripe cuando hay complicaciones bacterianas y así sí amerita pensar su uso”, especificó.

En cuanto a los menores de un año, y más aún los menores de seis meses, los profesionales médicos aplican una medicación sintomática, ya que en los mismos no es recomendable aplicar antigripales porque puede resultar peligroso. “Es ahí donde radica la relevancia de irse a consulta con el pediatra, porque a los menores de un año no se debe indicar antigripales”, sentenció.

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