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Días atrás, la Dirección de Meteorología e Hidrología informaba sobre un pico histórico de calor en el país, con una temperatura máxima en la capital de 41,8ºC, la más alta registrada en los últimos 55 años.
En Mariscal Estigarribia, Chaco paraguayo, también se batió otro récord, con 44,6ºC, por encima de su máxima de los 44ºC registrados en noviembre de 1968. Dichas temperaturas se presentaron a pesar de que no se inició oficialmente el verano austral, dentro de una ola de calor que azotó a otros países de Sudamérica.
Como medida de protección de la capa de ozono, la Secretaría del Ambiente (Seam) firmó una resolución, la 1.242/14, través de la cual se establece un "programa de reducción gradual de importación de tecnologías que utilizan sustancias agotadoras de la capa de ozono", que entrará en vigencia el 3 de marzo de 2015.
Al respecto, el ingeniero Ulises Lovera, de la Dirección General del Aire (DGA), explicó que la tecnología de la mayoría de los acondicionadores de aire que se comercializan en nuestro país funcionan con el gas refrigerante Hidroclorofluorcarbonos (HCFC), el cual representa una doble amenaza, al ser una sustancia que contribuye con “un alto potencial” al calentamiento global y produce un agotamiento de la capa de ozono.
El Ing. Lovera explicó que la restricción solo se establece para la importación de nuevos aparatos con capacidad de enfriamiento de hasta 24.000 BTU/h, hasta 60.000 BTH/h o su equivalencia en kW, o superior a 60.000 BTU/h, o su equivalencia en KW, y no al uso por parte de la población que ya cuente con acondicionadores de estas capacidades.
“La ciudadanía podrá usar los aparatos con HCFC tranquilamente el tiempo que dure la vida útil”, enfatizó Lovera y añadió que, asimismo, aquellos acondicionadores de aire con las características mencionadas en la resolución que sean importados hasta el 1 de marzo podrán seguir siendo comercializados hasta agotar existencia.
El especialista agregó que, tras la difusión de la información, surgieron muchas dudas y temores, por lo que aclaró que esto no significa que se dejará de importar acondicionadores de aire en el país. Al respecto, mencionó que lo que se pretende es reemplazar por otros con tecnología alternativa que funcionan con gases más ecológicos, como el Hidrofluorocarbono (HFC). Sobre el punto argumentó que en nuestro país ya se encuentran disponibles para la venta y representan un costo similar o mínimamente superior a los aparatos con HCFC.
“Estas primeras sustancias de reemplazo HFC son gases que contienen los aires acondicionados alternativos y ya no alteran o dañan la capa de ozono, pero sí tienen un porcentaje pequeño de calentamiento global”, refirió Lovera. Con relación a esto último, sostuvo que en la República Popular de China se instalaron nueve fábricas con fondos del Protocolo de Montreal*, las cuales están desarrollando y fabricando una nueva tecnología de acondicionadores de aire que funcionan con un gas compuesto por Hidrocarburos naturales, los cuales no afectan la capa de ozono y tampoco contribuyen al efecto invernadero.
Estimó que éstos estarán disponibles desde la segunda mitad de este siglo, entre 2015 y 2016.
Conforme a los datos más recientes a nivel mundial ofrecidos por las Naciones Unidas, el agujero en la capa de ozono se encuentra en fase de recuperación y se espera que el daño sea completamente subsanado en el año 2050, explica el Ing. Mauricio Rodas, de la DGA.
“Esto se da porque la vida destructora de algunas sustancias es bastante amplia”, explica Rodas y ejemplifica que algunos gases, a pesar de ser discontinuado su uso, pueden quedarse en la estratósfera hasta por 20 años, por lo que continúan haciendo daño. Con relación al HCFC, sustancia cuyo uso será regulado desde el próximo año en nuestro país, “permanecen en la estratósfera por un tiempo estimado de 12 años”.
Estos motivos son los que obligaron a los gobiernos del mundo a adoptar medidas para reducir el daño en la capa de ozono y reducir la emisión de gases de efecto invernadero, estrategias de las cuales nuestro país no está exento.