La yerba que genera plata

La yerba mate es uno de los productos más consumidos y exportados en nuestro país. El sistema de producción varía entre el tradicional y el orgánico. Un estudio reveló los beneficios económicos y ambientales de plantar orgánico.

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El ingeniero Hernán Ortellado Ferreira, recientemente se graduó de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción, defendió una tesis que dio como resultado que el sistema orgánico de producción de yerba mate reditúa más dinero a los productores y además beneficia al medio ambiente gracias a una serie de factores entre las cuales figuran la reducción de uso de químicos sobre los terrenos donde se siembran los plantines.

El estudio se realizó a través de encuestas y materiales brindados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería según el manual de buenas prácticas agrícolas. En la investigación se utilizó un proceso de análisis económico de los datos recogidos a través de encuestas directas con empresas de los departamentos de Itapuá y Canindeyú, que producen un gran flujo de yerba.

Los datos recabados comprendieron los últimos cinco años, que sirvió para la obtención de las rentabilidades de tres yerbateras que se dedican a la producción bajo el sistema de producción orgánica que posteriormente fueron comparadas con el sistema convencional.

El ingeniero Ortellado detalló que es este es el primer estudio de la Facultad de Ciencias Agrarias que vincula producción y rentabilidad económica de la yerba mate. Además, explicó que el sistema de producción tradicional es uno en el cual se produce una cuota fija de cosecha y en donde la degradación del suelo es más importante por el agua que se utiliza a través de los sistemas de riego y los agroquímicos usados.

En el sistema orgánico los suelos se degradan menos ya que los plantines crecen en lo que vendría a ser el hábitat natural. Además, los productos usados para la cosecha son orgánicos y no químicos, aseveró. El profesional también realizó un análisis de la ley 3001/06, de Servicios Ambientales, cuya aplicación al cultivo de yerba mate genera ingresos extra considerando que la explotación contribuye a la regeneración de los bosques y por ende la recuperación de hábitats para especies de pájaros y algunos mamíferos.

Ortellado afirmó que la yerba orgánica es un producto muy codiciado en el extranjero. Lo importan países como Alemania, Francia, Corea del Sur, Siria y Catar. Este “boom” orgánico contribuye a ello desde el punto de vista económico, ya que si los productores cosecharan con ese método no solo ganarían más, sino que ayudarían al medio ambiente.

Existe, sin embargo, un problema. Las tierras en donde se cultiva de modo tradicional demorarían unos cinco años en ser “adaptadas” para el sistema orgánico. Pocas son las empresas que pueden absorber económicamente la espera. “El sistema de producción orgánica podría cambiar completamente en unos 20 o 25 años”, proyectó el ingeniero.

Ortellado informó que la yerba se cosecha en los meses fríos, desde mayo hasta julio, y que con suerte puede haber hasta dos cosechas por año, dependiendo de las lluvias. Al respecto datos de la Asociación de productores de yerba de Itapúa afirmaron que el costo de producción de la yerba tradicional es de G. 8 millones por hectárea, y el rendimiento de entre 7.000 y 8.000 kilos por Ha., por lo que para que sea rentable al productor primario, el precio no debe ser inferior a G. 2.000 por kilo. Actualmente solo perciben G. 1.400 por kilo.

Par el ingeniero, existe también el factor del desconocimiento para que los productores no se arriesguen a hacer el cambio en el sistema de plantación, el cual puede modificarse con programas especiales de explicación.

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